Publicado: septiembre 16, 2025, 8:07 pm

En lo que le compete, Vox planteaba esta semana en el Congreso como un monográfico sobre inmigración. Traía una proposición de ley para «restringir la regularización de inmigrantes ilegales a través del arraigo», una proposición no de ley «relativa al incremento de la inseguridad en España» y una moción «sobre cuál es la política del Gobierno en materia de inmigración». Con el PP endureciendo su discurso migratorio para tratar de detener la fuga de votos a Vox, los de Santiago Abascal querían obligar a los populares a oficializar su postura a través del voto en el Congreso. Y, en la primera votación, los de Alberto Núñez Feijóo han dejado constancia de su giro en esta materia.
El PP ha apoyado la tramitación de la norma firmada por Vox que pretendía endurecer la legislación para dificultar la regularización de personas en situación irregular a través de la figura del arraigo. «La legislación vigente se ha demostrado insuficiente para disuadir de los efectos adversos que subyacen a la inmigración ilegal», reza el texto, cuya tramitación parlamentaria no seguirá adelante porque el resto de formaciones ha votado en contra.
Solo el PP ha respaldado la propuesta de Vox, bajo el argumento de que considera pertinente «abrir este debate» en el Congreso. «No hay política migratorio más inhumana y mas cruel que la política que no existe», ha defendido sobre la tribuna la diputada popular Maribel Sánchez, que ha acusado al Gobierno de «haber renunciado a proteger sus fronteras». «La inmigración ilegal está desbocada y la legal tampoco funciona», ha defendido.
Más dura en el tono ha sido la parlamentaria de Vox encargada de defender el texto, Rocío de Meer. «Se reían de nosotros cuando hablábamos de invasión [migratoria]. Nos quedábamos cortos», ha afirmado, para calificar de «delirio» la situación actual en España a este respecto. «Es urgente», ha defendido, «prohibir las regularizaciones masivas, […] la antesala para borrarnos, la antesala para el suicidio colectivo».
De Meer ha definido la figura del arraigo como un «coladero de regularizaciones masivas» y una «vía de regalo indiscriminado de lo más valioso que tenemos: nuestra nación, nuestra pertenencia y nuestra identidad», enarbolando las tesis más extremas del discurso migratorio del partido de Abascal. La dirigente de Vox considera que regularizar a personas extranjeras a través del arraigo es «malvender la nacionalidad de los españoles».
Desde el otro lado del abanico, los diputados y diputadas han cargado contra la propuesta de Vox tildándola de «racista» y defendiendo que el arraigo «ayuda a la integración de todas esas personas y permite que salgan de la oscuridad». Además, aprovechando que el debate versaba sobre una figura que facilita la regularización de inmigrantes, las formaciones más a la izquierda del espectro político han insistido en la necesidad de acelerar la tramitación de la Iniciativa Legislativa Popular que busca facilitar este proceso, y que sigue paralizada en el Congreso.