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El PP dice adiós a las primarias y nadie echa una lágrima por ellas

Publicado: julio 1, 2025, 2:07 am

El pasado lunes 16 de junio se celebró en las sedes del PP la primera votación del sistema de primarias vigente que fue aprobado en el congreso de Madrid de 2017. Alberto Núñez Feijóo obtuvo el 99,72% de los votos, aunque la participación no fue muy elevada. En la misma votación, fueron elegidos los 3.200 compromisarios que participarán este próximo fin e semana en el 21 congreso del PP. Feijóo puso en marcha en las vísperas del primer congreso de su mandato, por última vez, el sistema de primarias a doble vuelta. El presidente del PP llevaba en su cabeza desde el primer minuto que ejerció de tal un cambio en el sistema de primarias para regresar al modelo representativo que impulsó en el PP gallego. Él defiende que su modelo se corresponde más con la cultura del partido que el de una votación de los afiliados en dos urnas: una con la papeleta de un candidato y otra para la lista de compromisarios que no asumen el compromiso de apoyar al aspirante que tiene más votos de los militantes. Así fue cómo y por qué Soraya Sáenz de Santamaría ganó en la urna de los afiliados, pero perdió la votación del congreso de 2018 debido a unos pactos cruzados de las distintas candidaturas en liza cuyos aspirantes cayeron en la primera vuelta.

Lo que va del congreso ordinario de 2017 en el que el PP adoptó el sistema de primarias al congreso de Madrid que reformará el método para elegir al líder lo explica alguien que conoce bien el interior del organismo del PP. «Hay que recordar aquella época, la opinión pública estaba muy sensibilizada con la idea de la regeneración de los partidos. Ciudadanos nos estaba comiendo al electorado con el mensaje de que era imprescindible la renovación. Teníamos una urgencia por acercarnos a la gente, se nos acusaba de no tener empatía con los ciudadanos. El partido entero pedía primarias a gritos, no podíamos negarnos sin correr el riesgo de una revolución interna. El PP de Madrid siempre defendió la idea de un militante, un voto, tradicionalmente presentaba una enmienda a los estatutos en cada congreso del partido. Así que no tuvimos más remedio que ceder a la presión y planear un sistema de primarias a doble vuelta. Más por necesidad que por convicción», señala esta fuente que tuvo elevadas responsabilidades orgánicas en el pasado.

Por el contrario, ahora, en las vísperas del 21 Congreso de Madrid, nadie en el PP derrama una lágrima por la desaparición de la urna en la que los afiliados votan directamente a los candidatos que se presenten al liderazgo. En 2017 fueron cuatro. Ahora, sólo uno. «Nadie en el PP reclama ahora las primarias más puras ni hay ambiente de que suprimiendo esa votación directa vayamos en contra de la democracia interna o del derecho de los afiliados. Este sistema condujo al partido, en último extremo, a la crisis más grave de las últimas décadas: la destitución de Pablo Casado», señala otro dirigente del partido. «Las primarias son un sistema americano importado por los partidos españoles al rebufo de lo que se llamó la nueva política. En las actuales circunstancias, ya carece de sentido». Otras voces, sin embargo, sostienen que la supresión del acto de votación directa de los afiliados a los candidatos puede resultar un mensaje perjudicial para el PP. «Lo que le estamos diciendo a la gente es que te cargas las primarias que pusimos para garantizar la democracia interna del partido, no es un buen mensaje».

La mañana de la última manifestación convocada por el PP contra Pedro Sánchez, Isabel Díaz Ayuso, apareció en la primera página del Abc con el siguiente titular: «Haré las propuestas necesarias para que se cumpla un afiliado un voto en toda España». La presidenta madrileña abría así la puerta a enmendar la propuesta de reforma del Reglamento encargada por Feijóo a María Guardiola, Fernando López Miras, Daniel Sirera y Gema Igual. Sin embargo, Ayuso ha renunciado a presentar enmienda alguna a la citada ponencia.

«Isabel ha renunciado porque sabía que iba a perder la votación si pedía al plenario del congreso que se sometiera a votación su hipotética enmienda. Ahí se vería el peso del PP madrileño en el PPnacional, porque Feijóo dejó muy claro que no pensaba ceder en esta propuesta. Si el PP madrileño insistía en ella, a votar, es lo que se hizo llegar a toda la organización», señalan un dirigente popular. Ayuso ha justificado su giro en que ella ha comprobado que el sistema que busca Feijóo para elegir al líder del partido se parece mucho a la democracia representativa española -los ciudadanos votan una lista para el Congreso y el pleno elige al presidente del Gobierno- por lo que, según la presidenta madrileña, los derechos de los afiliados están garantizados. Para compensar esta renuncia, la dirección se ha comprometido a negociar con el PP madrileño el reglamento de las primarias de Feijóo, aunque se desconocen los términos y los detalles de esa negociación. El texto de la ponencia es lo suficientemente ambiguo como para que cada cual lo interprete a su manera.

«Ella sabe que no es su momento de plantear guerras orgánicas internas ni de crear conflictos con el presidente del partido. La destrucción de Sánchez ha cambiado mucho las expectativas en torno a este congreso. A nadie le interesa escenificar unas diferencias de criterio que además no son relevantes».

El ex presidente del PP Mariano Rajoy, que sucumbió a la presión para establecer las primarias que ahora desaparecerán ha dicho lo que piensa casi todo el mundo en el partido. «Las primarias las vendieron algunos partidos modernos que al final no hacían primarias porque elegían absolutamente a dedo. Producen un efecto que es muy negativo. Generan mucha división y esa división no se arregla en cinco días». En siete años, el PP ha logrado casi unanimidad sobre sí mismo.

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