El "perdón real" y regreso a España de Fàtima, la joven que barajó aceptar la pena de muerte tras siete años presa en Omán bajo un burka - España
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El «perdón real» y regreso a España de Fàtima, la joven que barajó aceptar la pena de muerte tras siete años presa en Omán bajo un burka

Publicado: marzo 30, 2025, 8:07 pm

Tuvo el trágico honor de convertirse en la española más joven en estar cumpliendo cadena perpetua en una prisión extranjera. Llegó a plantearse conmutar su castigo por la pena capital, ante el inexistente horizonte vital que vislumbraba. Pero hoy, siete años después de haber sido encerrada con solo 18 en un penal de Omán por un delito de narcotráfico, Fàtima Ofkir aterrizó en el aeropuerto de Barcelona y puso fin a su calvario tras haber sido incluida en el indulto que el sultán del país árabe, Haitham bin Tariq, concede anualmente coincidiendo con el Ramadán.

«Ya estoy en casa», celebró la joven, originaria de la población barcelonesa de L’Hospitalet de Llobregat, tras esquivar a los medios de comunicación y a sus propios familiares y amigos, que la esperaban ansiosos desde primera hora de la mañana en la terminal de llegadas del aeropuerto de El Prat. Por recomendación médica, y ante la incredulidad de su propia madre, Rosario, que inicialmente no había sido avisada con detalle del procedimiento a seguir, la joven se escabulló junto a sus abogados por una salida alternativa y completó un farragoso trámite burocrático para poner en regla su documentación.

A mediodía, tras un emocionado y discreto reencuentro con sus allegados, y ya desde las instalaciones del bufete barcelonés Vosseler, filmó un vídeo en el que prometía relatar su cruda vivencia a la opinión pública en cuanto pueda recuperarse del trauma sufrido: «Cuando esté estabilizada, hablaré».

El vía crucis de Fàtima comenzó en agosto 2018, cuando fue captada por una red de narcos y aceptó el encargo envenenado de viajar a Omán para transportar a España un paquete con siete kilos de morfina. La catalana cumplió con la primera parte del plan. Recién adquirida la mayoría de edad, viajó al destino indicado y recogió la droga. Después se arrepintió e intentó abortar su regreso a España con los estupefacientes, pero la policía omaní irrumpió en su hotel y dio con el cargamento, que se encontraba oculto en el armario de su habitación.

Inmediatamente, Fàtima fue encarcelada en el penal de mujeres de Moscat y, tras un juicio que sus representantes legales describen como «lleno de irregularidades», fue condenada a cadena perpetua. Tiempo después, se le ofreció cambiar su castigo por la pena capital. «Una terrible opción que se llegó a plantear al encontrarse inmersa en una fortísima depresión», confiesan ahora sus letrados.

Su primer abogado, el que la asistió durante el juicio, «se limitó a conseguir el dinero reunido por la familia en España sin cubrir diligentemente su caso, en un proceso en el que Fàtima estaba totalmente desamparada, sin siquiera entender lo que estaba pasando al no saber árabe», relatan en Wosseler.

La española alcanzó un aparente punto no retorno por las «insoportables» condiciones que la rodeaban en la prisión de Omán, en la que se creía abocada a pasar el resto de su vida. Su actual abogada, Mònica Santiago, cuenta que la joven se convirtió al Islam «por una cuestión de supervivencia» y que el sultanato la obligaba a llevar un burka tras el que permanecía prácticamente oculta y tenía muy limitado su campo de visión, así como a rezar cinco veces al día. A los rigores del estricto credo islámico por el que se regía la prisión, se le añadía una restrictiva política de comunicaciones con el exterior: únicamente podía hablar con sus familiares un minuto cada dos semanas.

Pese a estas duras condiciones, Fàtima continuó con sus estudios y se encontraba cerca de acabar segundo de bachillerato cuando fue liberada, explican sus representantes legales.

Además de sus gestiones, resultó clave para la excarcelación y extinción de la pena de la joven barcelonesa la intermediación del empresario catalán Antonio Sagnier y del ex juez Baltasar Garzón.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, confirmó que la llegada de Fàtima a España se produjo a las 7.25 de la mañana del domingo y agradeció al sultán de Omán su «humanidad» y el gesto «de amistad hacia España» que desembocó en la puesta en libertad de la española, que ahora cuenta 25 años. El Gobierno había solicitado ya hace tres años que la joven se beneficiara del «perdón real» y su solicitud fue satisfecha el pasado viernes «de manera muy controlada por las autoridades omanís y la embajada española».

«Ahora tiene que poder retomar la normalidad de su vida», deseó Albares. «Es una persona muy joven y, en ocasiones, se pueden cometer errores. Lo importante es que tiene el indulto y que la condena ha acabado», completó el jefe de la diplomacia española, para dar por zanjado el tormento de Fàtima.

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