Publicado: mayo 13, 2025, 2:07 am

T. L. M. son las siglas del electricista de ahora 45 años acusado de violar en reiteradas ocasiones a una niña de 12 en situación de vulnerabilidad, grabarla en vídeo y ofrecerla a otros adultos a través de la redes sociales y aplicaciones de citas para que la agredieran sexualmente y en grupo durante un año y medio, entre mayo de 2020 y octubre de 2021.
Cuando los Mossos d’Esquadra entraron en el piso de T. L. M. en el centro de Barcelona, encontraron hasta 232 fotografías de la menor, «no menos de 20 vídeos» de la niña «desnuda […] siendo penetrada por él o por terceros en las diferentes posturas y encuadres que el procesado estimaba pertinente», y una ingente cantidad de material de pornografía infantil intercambiado con otros pederastas. Ahora, la Fiscalía pide hasta 107 años de cárcel para este individuo en un escrito de acusación conocido ayer y que desvela un caso excepcional hasta la fecha.
El acusado conoció a la víctima a través de la aplicación Badoo cuando ella vivía en un centro tutelada por la Generalitat en L’Hospitalet de Llobregat. Su madre estaba enferma y no podía hacerse cargo de ella, y la menor sufría acoso escolar y «tenía muy baja autoestima», circunstancias que el acusado aprovechó para ganarse su confianza. Fue entonces cuando concertó una cita con la menor en el centro comercial Finestrelles (en Esplugues de Llobregat) la recogió y la llevó a su casa.
A partir de ese preciso momento empezaron las agresiones sexuales, incontables a tenor del escrito de acusación del Ministerio Público: «El acusado aprovechaba los días y noches que la niña se fugaba del centro de menores para proporcionarle un lugar de refugio físico y ponía películas pornográficas a la menor para que se desinhibiese y le imponía mantener relaciones sexuales vaginales y anales».
Además, la convenció para que se dejase fotografiar y grabar durante las prácticas sexuales «que le imponía», imágenes que colgó en redes sociales como «reclamo sexual» para que otros pederastas mantuviesen relaciones con la menor en su presencia. De hecho, a través de las aplicaciones Lovoo e Instagram, el acusado suplantó la identidad de la menor con un único objetivo, según el fiscal:«Ofrecía indiscriminadamente a usuarios de la red mantener relaciones sexuales grupales».
El hombre reunió al menos 20 vídeos de estos abusos y violaciones, en las que a veces él también participaba y que grababa con su iPhone XR. Fue en junio de 2022, tras la denuncia de la propia menor a finales de 2021, cuando los Mossos d’Esquadra detuvieron al individuo y registraron su domicilio por orden del Juzgado de Instrucción 20 de Barcelona. En él encontraron más de 10.000 fotografías y casi 2.000 vídeos de pornografía infantil que había hecho él o que había intercambiado con otros pederastas en sus distintos dispositivos.
Un operativo que permitió a la policía investigar, tirar del hilo y acabar desarticulando una red de pederastas con hasta 15 detenciones. De hecho, el Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona mantiene abierta una causa separada para investigar a los otros implicados.