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El modelo tutelar de La Rioja que el reparto de menores migrantes podría trastocar: «Hay que insistir en la individualidad»

Publicado: marzo 30, 2025, 10:07 am

Javier camina por la avenida con las manos en los bolsillos. De pronto saca una de ellas, disparada como un balín, que va a parar al pecho y luego a la espalda de un chico con el que se cruza. Ambos coreografían una suerte de abrazo. Se trata de uno de los menores que precisaban tutela y que él mismo asistió en un hogar de acogida. «Muchas veces vas por la calle con tu familia y te encuentras con chicos o chicas a los que has ayudado hace años: casados, con hijos, con sus trabajos y sus historias… Esa es la parte que me gusta», evoca Javier.

Todo su afán son estos niños. Es el responsable de los recursos para la protección de menores de la Fundación Diagrama en La Rioja. El proyecto conlleva «una labor brutal por parte de todo el equipo», cuenta el coordinador. Son pocos, en torno a unos 100 trabajadores, según la Consejería de Salud y Políticas Públicas de la región, que es de quién dependen.

Pronto harán falta más manos.

El pacto del Gobierno con Junts para reubicar a los más de 4.000 menores migrantes no acompañados que están hacinados en Canarias y Ceuta cayó como una losa sobre los gobiernos autonómicos; en especial sobre el riojano, que habría de asumir el ratio más alto de niños por acoger en comparación con su población. La región no alcanza los 330.000 habitantes y, según la última proyección en poder de este diario, serían 157 los menores que acogerían. El líder del Ejecutivo regional, Gonzalo Capellán, denunció que el reparto «saturaría el sistema» de acogida regional, que ya tiene previsto incrementar su capacidad un 12% en 2025 abriendo 18 plazas más.

«Llevo trabajando con Fundación Diagrama 21 años», explica Javier, «y nuestro objetivo va a ser el mismo vengan de donde vengan: tenemos que insistir en la individualidad». Sin aires de grandeza, dibuja un modelo de éxito basado en la atención personalizada. «Es fundamental que cada solución se adapte al contexto de cada uno. Hay mucha implicación personal, mucha verdad en nuestro trabajo. Mi equipo tiene una vinculación enorme con estos chicos que, al fin y al cabo, son niños, y todos requieren su atención».

Mientras Javier expone el tuétano de su oficio, otro de sus chicos lo escucha.

Moha estrenó la mayoría de edad soplando velas y queriendo detener el tiempo. El pasado julio abandonó el piso tutelado en el que vivía con otros cinco menores. «Fue uno de los momentos más duros de mi vida y si me dejaran volver, volvería. Tenía mucho cariño a los educadores, eran como líderes: guiándome, enseñándome a cumplir poco a poco los objetivos y a hacer las cosas bien para salir adelante».

Ahora vive en un hogar de convivencia, otro «recurso», como los llama Javier, de la administración y estudia un módulo de jardinería. Pero Moha, en realidad, quiere ser Policía Nacional: «Mi abuelo era policía en la frontera. Murió hace años. Y mi padre me contó que un día le dijo ‘cuando tengas un hijo o una hija que sea policía como yo’. Y yo voy a luchar y hacer lo posible por llegar ahí».

Como Moha, fueron 211 los menores asistidos en 2024 en estos centros residenciales, que apuestan por una fórmula familiar. «Nosotros intentamos que los menores entiendan que esa es su casa», incide Javier, que describe la distribución de cada vivienda. Cada una tiene una media de siete u ocho plazas para que los chicos convivan en algo parecido a «una familia muy numerosa» llevando una dinámica «que sea lo más parecida posible a la que llevaría cualquier otro chico o chica de su edad». Por ello se protege la ubicación de estos pisos, para proteger los derechos de los menores y evitar cualquier tipo de señalamiento.

Ante la posible llegada de los menores migrantes no acompañados hacinados en Canarias, La Rioja descarta de forma unánime retomar el modelo residencial -que sí implementan otras autonomías como Madrid-, en especial después de la denuncia interpuesta en 2022 por presuntos casos de prostitución con las menores de la Residencia Iregua. El complejo, que contaba con 32 plazas, se cerró ese mismo año y desde entonces, el Gobierno regional y la Fundación Diagrama han trabajado en una «coordinación máxima», reitera Javier, para sacar adelante el sistema actual.

«De los menores asistidos el año pasado, 14 niños vinieron a La Rioja por los acuerdos con Canarias«, señala la consejera de Salud, María Martín, que censura toda crítica a su región por «insolidaridad» y refuerza el horizonte dibujado por Javier: «Nosotros no distinguimos entre unos y otros». Así, para todos, el Gobierno de La Rioja dispone de 87 plazas en 11 pisos tutelados.

La Consejería de Salud cifra en 14 los menores extranjeros no acompañados atendidos en La Rioja en 2024

Javier habla de un duodécimo piso: «El centro de acogida inmediata [gestionado por otra oenegé: la Fundación para la Atención Integran del Menor (FAIM)] es un recurso de corta estancia. Se hace una observación y valoración de esos menores por parte de los profesionales y atendiendo a sus características, factores de riesgo, protección y puntos débiles o fuertes, se busca el hogar o la familia de acogida en la que mejor encajaría». Y es que esta es otra de sus apuestas para menores tutelados: «Siempre que se pueda, primará un acogimiento familiar».

El planteamiento doméstico, la implicación absoluta de los profesionales y la atención individualizada son la médula un proyecto que «al final es muy satisfactorio», recoge Marta. Ella es una de las psicólogas que atienden a estos críos. Los 11 pisos se organizan en tres grupos. Se adjudica a cada hogar de acogida un equipo de educadores sociales -seis o siete; cada niño tiene un adulto de referencia- y luego, según estipulan los contratos adjudicados por la administración, cada grupo de viviendas comparte un solo director, un coordinador, un trabajador social y un psicólogo. Así, Marta se encarga de 32 niños por su cuenta. «Además de la atención a los adultos relacionados con los menores, que es otro mundo distinto y son parte fundamental», explica la terapeuta. «Hay mucha carga de trabajo, pero esto es como en todo», recoge.

Todo el equipo debe trabajar en la misma línea, además de que el trabajo exige, como explicaba Javier, una cooperación tanto con las instituciones de las que depende este servicio como con otros profesionales. «La coordinación es constante, hacemos reuniones cada dos meses para ir hablando de los pisos, de las necesidades de los menores…», detalla la psicóloga.

«Somos muy celosos de que nadie lo dinamite [su sistema de tutela] para seguir dando la mejor atención», señaló Capellán ante la imposición de un reparto que obligaría a reestructurar el modelo. «Es imposible, ni con la mejor voluntad del mundo, poder atenderles con los medios que tenemos», añadió. Javier rehúsa hacer valoraciones al respecto: «No me toca a mí». Pero sí que vuelve a insistir en la importancia de la dinámica con la que trabajan. «Si al final tiene lugar ese reparto, el Gobierno regional nos sentará a todas las entidades sin ánimo de lucro para ver cuál es la mejor solución ante esa situación».

-¿No se están valorando o estudiando planes de adaptación?

-Yo no porque si entran chicos nuevos la dinámica va a ser la misma. Será el Gobierno el que nos dote de más recursos para poder atenderles. Y no hace falta que yo pida nada porque es objetivo: si tengo un piso con 8 plazas y todas están ocupadas, no puede venir otra persona más. Tendrán que ver cómo asumir esos números.

Se descarta la apertura de grandes centros de acogida tras una denuncia en 2022 por presuntos casos de prostitución

Tiene otro timbre la versión política: «Una de las reacciones de las asociaciones que están en contacto con estas realidades es ‘¿Esto cuándo va a parar?¿Qué hacemos si vienen otros [niños]?'», asegura Martín. La Consejería de Salud tampoco tiene una actuación prevista «partiendo de la base de que, si no sabes a ciencia cierta cuántos chavales tienes que acoger, así no se puede trabajar».

El descontrol que Martín imputa al Estado es el mismo que le afean a ella las diputadas Henar Moreno y María Somalo, de IU y PSOE, respectivamente, en el parlamento riojano. Los acuerdos de las Conferencias Sectoriales de Infancia en 2022, 2023 y 2024 adjudicaron a La Rioja once menores repartidos en cuatro, cuatro y tres recepciones cada año: «Primero dicen que han acogido a 12 menores extranjeros no acompañados, luego que son 11, ahora que 14». Reclaman, además, un plan de contingencia que implemente «recursos extraordinarios» ante la inminente llegada de «un número significativo» de menores.

Martín arguye que «no es una cuestión de cifras, estructuras o pisos, sino de personal». Y es que, aunque éstos sean importantes, los niños que lleguen del archipiélago canario precisarán de atenciones particulares. «La vía para proteger al menor es la formación y en La Rioja el 17,2% de los escolarizados son menores extranjeros», señala Martín.

Marta explica el proceso: «Primero se habla con entidades que dan clases de español. Los educadores del centro les apoyan en el día a día y se comunican con ellos a través de Google Translate. Aprenden a expresar las situaciones que han vivido muy rápido. Luego, otros menores son un apoyo importantísimo. Al final, todos están ahí por situaciones de vida complicadas, entonces ¿qué hay mejor que otro menor que está ahí por el mismo motivo para entender la situación que están viviendo?».

Moha recuerda en voz alta a su compañero de cuatro, que ahora vive en Madrid. La semana que viene irá a verle. Bueno, a él y al museo del Real Madrid. Tras un año de independencia mira hacia el futuro pensando en estudiar Derecho, por qué no, y seguir firmando ‘CR7’: «Sigo siendo un niño», ríe. Todo gracias a una atención de calidad y personalizada. Cualquier cambio metodológico, opinan los profesionales, sería sembrar «en saco roto». Y, con menores vulnerables de por medio, no están por la labor.

135 plazas para acoger menores

Centro Infantil La Cometa. Es un recurso gestionado directamente por los servicios sociales del Ejecutivo regional. Tiene 18 plazas para menores de 0-6 años.

Centro de Atención Inmediata. Tiene ocho plazas de corta estancia para niños de 6-18 años, salvo excepciones. Lo gestiona la Fundación para la Atención Integral del Menor (FAIM).

Centros residenciales. No son residencias (se descarta completamente este modelo), sino pisos. Tienen una media de siete u ocho vacantes cada uno y comprenden un total de 87 plazas. Los gestiona la Fundación Diagrama.

Centros terapéuticos. Son recursos especializados que están en otras comunidades, pero La Rioja dispone de una media de 22 plazas para los menores tutelados en la región.

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