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El informe definitivo sobre la tragedia del Pitanxo: negligencias del patrón que no cerró «las aberturas del casco ni las puertas estancas»

Publicado: mayo 3, 2025, 12:07 pm

La Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CPIAIM), dependiente del Ministerio de Transportes, ya ha enviado al Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional su esperado informe de conclusiones, todavía en fase de borrador inicial, acerca de las razones del naufragio del pesquero Villa de Pitanxo, que se fue a pique a 250 millas de Terranova el 15 de febrero del 2022. Aquella fatídica jornada murieron 21 de las 24 personas que formaban la tripulación. Sólo se consiguió recuperar nueve cadáveres. Fue la mayor tragedia pesquera de los últimos 40 años en España.

La CPIAIM concluye, al igual que ya lo hicieron los peritos judiciales, que el capitán del buque, Juan Padín -uno de los tres supervivientes junto a su sobrino y un marinero de origen africano- realizó una maniobra letal en mitad de una tempestad con el fin de no deshacerse de las capturas ni de perder el cable de sus redes. A bordo del pesquero «no se tomaron medidas precautorias ante la posibilidad de tener que realizar una virada en condiciones meteorológicas muy adversas».

Las conclusiones de los peritos sostienen también que «la zona donde se produjo el accidente era conocida por ser posibles las espichadas del arte. Esta zona, además, estaba cerca del límite del alcance de los medios aéreos de salvamento marítimo, por lo que no se podía esperar asistencia temprana en caso de presentarse (…) una maniobra que comporta riesgos si se efectúa con mal tiempo».

A pesar de ello, no se aseguró «el cierre de todas las aberturas del casco y las puertas estancas, ni se comprobó el buen funcionamiento de los medios». Añade que el buque más cercano estaba a más de cinco horas de navegación.

Respecto a esas medidas que no se tomaron, el informe, al que elmundo.es tiene acceso, señala que se debió «cerrar todas las aberturas del casco y las puertas estancas», que «no se alistaron medios para picar los cables en caso de embarre» de las redes en las profundidades y que tampoco se comprobó «el buen funcionamiento de los medios de achique». Las partes personadas en la causa que instruye Ismael Moreno podrán presentar ahora alegaciones a ese informe.

En enero de 2024, Moreno ya tuvo constancia de los motivos aportados por los peritos judiciales en su informe redactado por encargo suyo. Aquel informe pericial fue escrito por técnicos de la propia CPIAIM designados por la Audiencia Nacional. Se sustentaba en la información recogida por los robots submarinos que descendieron a 730 metros en aguas de Terranova para inspeccionar el barco.

La información aportada sirvió para confirmar la versión del superviviente de Ghana, Samuel Koufie, y desmontar la de los otros dos rescatados, Juan Padín y su sobrino, Eduardo Rial, que coincide con el relato de su empresa y propietaria del pesquero hundido, la armadora Pesquerías Nores, de Marín (Pontevedra).

«La causa más probable del hundimiento del Villa de Pitanxo fue un error humano del capitán por la falta de percepción cabal del riesgo de hundimiento que suponía la maniobra que realizó para librar el embarre del aparejo del fondo marino, con la mar y el viento de popa y la tolva de descarga de desperdicios abierta, poniendo en grave riesgo la seguridad del buque y sus tripulantes», decía aquel primer informe pericial.

Este nuevo informe, todavía en fase de borrador y al que las partes pueden presentar alegaciones, no es vinculante al elaborado por los peritos judiciales designados por la Audiencia Nacional para participar en la expedición que fue a Terranova con el buque Ártabro para inspeccionar el pecio del pesquero con un robot submarino y recabar pruebas.

Según el informe que realizó la Guardia Civil al inicio de la instrucción, Padín, el patrón, no atendió las advertencias de algunos de sus marineros. Con el pesquero embarrado -tenía los aparejos de pesca en el fondo del mar-, intentó virar la embarcación, pero el buque comenzó a inclinarse, la popa se hundió y los motores, al entrar en contacto con el mar, se pararon.

Varios de sus tripulantes le pidieron que «arriara cable» (soltar o cortar el lastre) para que el Villa de Pitanxo se estabilizase. Pero Juan Padín se negó. Fue su presunta gran negligencia y por la que se le imputan 21 delitos de homicidio por imprudencia grave. Sólo cuando el barco ya no tuvo electricidad, pidió a viva voz lanzarse al agua.

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