Publicado: octubre 26, 2025, 3:07 pm
A Juan José Mateos un atentando de ETA le apartó de la Guardia Civil. En julio de 1996, la banda terrorista puso una bomba en el aeropuerto de Reus (Tarragona), donde Mateos estaba destinado. Tenía 22 años. La onda expansiva le llevó al quirófano tres veces. Tras una complicada recuperación, regresó al Cuerpo e integró unidades de élite pero, debido a las secuelas, finalmente tuvo que abandonarlo en 2005.
Mateos tiene un profundo conocimiento de ETA y su entorno más allá de su disolución y lo ha plasmado en el libro ‘Inocentes. Las otras víctimas de ETA’, donde disecciona la situación actual en el País Vasco de ex miembros de la banda terrorista así como de las víctimas.
El libro recoge 16 testimonios de familiares de víctimas y con las ganancias de la obra organiza visitas de universitarios al Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, en Vitoria.
Está compuesto por cartas inéditas, testimonios de familias que fueron extorsionadas, a quienes negaron el saludo y a las que el miedo obligó al silencio. «Las heridas, lejos de cerrarse, están mal curadas», zanja.
«Hoy es incalculable los ex miembros de la ETA o personas se su entorno que están integrados en la educación pública vasca, navarra y en otros departamentos, instituciones o también en medios de comunicación públicos», denuncia Mateos.
Y da nombres. «Mikel Albisu Iriarte, capo de ETA y su entorno desde 1993 hasta 2004. Durante su mandato ordenó el asesinato de más de 100 personas, mutilando y asesinando en vida a cientos de inocentes que apenas se conocen. José Javier Uses, Igor Suberbiola, Ainhoa Ozaeta, Joseba Permach. Antón Morcillo es profesor en la academia de la Ertzaintza y centenares de ex etarras han sido colocados cerca de las nuevas generaciones para que su relato tergiversado siga calando. Les regalaron sus diplomaturas. Valentín Lasarte ,Urrusolo Sistiaga, López Abetxuco, Francisco Javier García Gaztelu -alias ‘Txapote’- junto con Lasarte y a bajo las órdenes de ‘Antza’ Mikel Albisu fueron capaces de asesinar a decenas de personas entre ellas Gregorio Ordoñez, Fernando Mújica, Miguel Ángel Blanco y otros inocentes no tan mediáticos, entre todos sumarían cientos de asesinatos, atentados. Por ejemplo, Txelis (José Luis Álvarez Santa Cristina, uno de los mayores ideólogos de la banda terroristas), ha sido diplomados tres veces».
El guardia civil retirado denuncia «atentados morales» hacía las víctimas en la medida en que se «regalan prebendas universitarias y de otra índole en los años 90 a los verdugos». El problema, insiste, es que «ni se han atajado ni fueron condenados judicialmente».
«Nadie en el Gobierno vasco responde a preguntas ante esos y otros muchos beneficios: ¿Qué oposiciones han superado todos los ex etarras que ocupan vacantes? Jagoba Álvarez Ereño se hizo cargo de la Dirección de Derechos Humanos de Memoria y Víctimas. En julio de 2024 fue cesado».
«Quizá eran tantas las diferencias entre apoyar a las víctimas de ETA y conceder más a los ex etarras que no pudo con ello. El Gobierno vasco desde hace años ha denegado decenas de expedientes para conceder la pensión por terrorismo a víctimas que padecieron atentados directos aun teniéndola concedida desde Madrid. Una de las funcionarias que trata con las víctimas se ha dado de baja psicológica, quizás le esté afectando demasiado este sinsentido», reflexiona.
«Un reflejo de esta situación es lo ocurrido con la publicación de mi último libro ‘Inocentes. las otras víctimas de ETA’, recojo muchos por qués de lo que la sociedad no conoce con historias reales de viudas, huérfanos, de personas que tuvieron el valor, o la necesidad, de seguir mal viviendo en el País Vasco después de que asesinaran a sus familiares, maridos, hijos o ambos y se les hiciera la vida imposible no solo con burlas, chantajes, chistes o invitaciones para abandonar Euskadi si no querían terminar en el listado de muertos».
«¿Por qué la ley 4/2008 de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismo en el País Vasco es la más carente de garantías y beneficios en España en comparación con las de otras comunidades autónomas, Euskadi con mucha diferencia es donde más atentó y actuó la eta y su entorno y donde más víctimas dejó, es curioso que aprobasen la ley 12/2016 de reconocimiento y reparación a las víctimas de vulneraciones de derechos humanos, en estos supuestos casos les ofrecen mucho más, incluso indemnizaciones monetarias cuestión que no contempla la ley de víctimas del terrorismo, esta ley no tiene desperdicio», se pregunta.

