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El Gobierno se apoya en los Reyes en China para cazar inversores y tratar de reducir el crónico déficit comercial

Publicado: noviembre 10, 2025, 7:07 pm

En el puerto de Valencia, donde la naviera estatal china COSCO opera una terminal de contenedores, cada día atracan más barcos con móviles, chips, juguetes, piezas de maquinaria y textiles procedentes del gigante asiático. En dirección contraria, los buques que parten hacia el puerto más grande del mundo, el de Shanghai, van mucho más ligeros, con contenedores cargados sobre todo de vino, aceite de oliva y productos derivados del cerdo. Esta imagen resume una historia que lleva décadas escribiéndose: la del desequilibrio comercial entre España y China. Una relación cada día más asimétrica que deja a nuestro país en una posición vulnerable en las cadenas globales principalmente porque, mientras España exporta sobre todo productos de bajo valor añadido, importa de China cada vez más tecnología y manufacturas avanzadas.

Para que los barcos desde Valencia hasta Shanghai carguen con más contenedores y que el déficit deje de ser crónico, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, propone un mayor equilibrio de la balanza comercial mediante unas relaciones más honestas. En otras palabras, que Pekín abra sus puertas de la misma manera que España lo hace con todo lo que viene de China.

«Tenemos todavía una relación muy asimétrica en el ámbito comercial con un déficit de cerca de 40.000 millones. Nuestro objetico es reforzar la cooperación en el ámbito económico y comercial para conseguir una relación más equilibrada. Buscamos aumentar la presencia de nuestras exportaciones y atraer inversiones a España que supongan mayor valor añadido y que tiren de la cadena de producción local, generen empleo y una transferencia tecnológica a nuestras empresas», ha dicho este lunes Cuerpo desde el Hotel Meliá de Chengdu, donde está acompañando a la comitiva que engorda el primer viaje de Estado de los Reyes a China, clave para estrechar más las relaciones con la superpotencia.

La primera parada de Felipe VI y Doña Letizia ha sido una mega ciudad de más de 20 millones de habitantes; uno de los músculos económicos del oeste del país asiático y famoso mundialmente por el picante de Sichuan, la provincia donde se encuentra, y la reserva de pandas gigantes más grande del mundo.

La agenda oficial de los Reyes arranca el martes con un foro empresarial que contará con la presencia de las principales autoridades de Sichuan y de 400 empresas chinas españolas. Estarán presentes destacados empresarios como el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi; el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet; o Pan Jian, copresidente de CATL, uno de los líderes mundiales en fabricación de baterías para vehículos eléctricos, que abrirá una planta en Zaragoza. «Tenemos que hacer el esfuerzo de seguir abriendo el mercado chino a otro tipo de productos en el que somos competitivos, como los bienes de equipo y el automóvil», ha subrayado Cuerpo.

Relación diplomática estrecha

Empresarios españoles asentados en China desde hace años insisten en que ahora es el mejor momento posible para firmar beneficiosos acuerdos comerciales con las autoridades chinas y atraer inversores. España nunca había mantenido una relación diplomática tan estrecha, ni una comunicación tan fluida, con los mandamases del gobernante Partido Comunista Chino (PCCh). En Pekín, durante el encuentro que se celebrará el miércoles entre el Rey y el presidente, Xi Jinping, se firmarán hasta nueve acuerdos en distintos campos, desde la agricultura hasta la cultura.

El Gobierno de Pedro Sánchez, empujando ahora al Rey hacia China, continúa acercándose al régimen de Xi. El pasado abril, durante un viaje a Washington, el ministro Cuerpo defendió la creciente sintonía con China como parte de una estrategia de diversificación comercial y tecnológica dentro de la Unión Europea, en un momento en que la administración Trump presiona a sus aliados para que no se lancen a los brazos de Pekín.

«Desde una óptica política, esta tercera visita real recuerda a las dos anteriores como gesto de España hacia China. La primera, en 1978, se produjo cuando China emprendió su reforma económica y apertura al mundo. La segunda, en 1995, tuvo lugar después de que España decidiera mantener la Comisión Mixta para Asuntos Económicos y los créditos al desarrollo con China tras la masacre de Tiananmen«, recuerda el economista Alberto Lebrón, del Instituto de Economía Política de la Universidad de Pekín, donde vive desde 2009.

«Esta tercera visita, bajo el contexto de confrontación estratégica China-Estados Unidos, refirma el compromiso político que históricamente ha tenido España con Pekín. Y supone, además, afianzar la asociación estratégica integral China-España que ratificó el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero en 2005. Es consistente, por tanto, con la política exterior española de seguir siendo el mejor amigo de China en Europa», sentencia Lebrón.

Una lluvia de inversiones hacia España, sobre todo en proyectos de energía limpia, se disparó después de que el Gobierno se abstuviera el año pasado en la votación de la UE sobre los aranceles a los coches eléctricos chinos, aunque el contrataque de Pekín golpeó directamente a España. En septiembre, el Ministerio de Comercio chino aprobó aranceles temporales de hasta un 62,4% a una serie productos derivados del porcino (excluyendo el jamón) en represalia por los aranceles europeos. «Queremos potenciar las ventas de porcino, donde un 20% del total del volumen de las exportaciones de este sector se dirigen a China», aseguró el lunes el ministro Cuerpo.

Tras la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio en 2001, el gigante asiático consolidó su papel como la gran fábrica del mundo y España, como buena parte de Europa, se benefició de los bajos costes y de la abundancia de productos, pero a un precio: un déficit comercial estructural. Aquel 2001, el déficit comercial de España con China se situaba en 4.445 millones de euros. Casi un cuarto de siglo después, en 2024, la diferencia entre exportaciones e importaciones ascendía hasta los 37.707 millones de euros. Los datos del primer semestre de 2025 apuntan a que el desequilibrio se mantiene (20.207 millones) pero por ahora representa un porcentaje menor que en años anteriores.

«Analizando los datos de enero a septiembre, me llama la atención que subieron un 3,2% nuestras exportaciones a China de productos farmacéuticos. La biomedicina será uno de los pocos sectores que ganarán protagonismo con el próximo plan quinquenal de Pekín. Esta industria puede reforzar la relación comercial», señala el economista Lebrón. «Nuestras exportaciones de partes automovilísticos, sin embargo, acumulan una caída del 20% en los primeros nueve meses del año».

Inversiones

Hay alrededor de 400 empresas españolas implantadas en China y más de 14.500 que exportan al país asiático, mientras que las compañías chinas han duplicado su presencia en España desde la pandemia, también con la llegada abundante de capital chino en forma de grandes proyectos energéticos y de automoción. En 2024, las inversiones chinas se dispararon a un récord de alrededor de 11.000 millones de euros, el doble del acumulado en los ocho años anteriores.

«Lo que va bastante bien es nuestra exportación de turismo a China. Según Turespaña, los turistas chinos se gastaron 1.820 millones de euros en 2024. Interesante, en ese sentido, la apertura del nuevo consulado en Chengdu a lo que se suma el aumento de conexiones aéreas. Que la visita real tenga como primera parada esta ciudad tiene sentido, quizás, para potenciar uno de los sectores que sí está funcionando», analiza Lebrón. «Pero es necesario liberalizar otras industrias en China y promover inversión china en España que fomente tanto el empleo como las transferencias tecnológicas. El equilibrio en los intercambios comerciales es fundamental para rebajar cualquier escenario de tensión arancelaria».

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