Publicado: julio 2, 2025, 10:07 pm

La factoría de ficciones La Moncloa va a narrativa por día. Agotado el mensaje «Sánchez toma aire» tras embarrar la cumbre de la OTAN, recupera la expresión: «Estado de shock». El lamento es un obús del Gobierno contra lo que queda del PSOE para terminar de liquidarlo. Todas las crónicas con fuentes en La Moncloa emplean los mismos términos: «El PSOE -dirigentes, cuadros, compañeros- está en estado de shock», para, consecutivamente, puntualizar que el caso Cerdán afecta al PSOE, no al Gobierno. Aunque la trama se nutría de concesiones públicas, bien del Gobierno de Navarra, bien, por el momento, del Ministerio de Transportes. Cerdán montó su «organización criminal» con cargo a los Presupuestos. Sánchez y Cerdán rehabilitaron a Ábalos cuando sabían sus andanzas.
La formulación «estado de shock» también proporciona aire por un día. Permite justificar el periodo de negación mientras sea posible mantener al Gobierno ajeno a la trama. Con «Estado de shock» Producciones La Moncloa perfila contra reloj el marco interpretativo de la estupefacción. El estupor demuestran el desconocimiento. Y es aquí donde aparecen las fisuras. Hace un mes, El Confidencial publicó que el Grupo Parlamentario Socialista montó la comparecencia simulada del comisario imputado por corrupción Martín-Blas para que difundiera informes fabricados por las cloacas también dirigidas por Cerdán. La declaración, en noviembre de 2024, pasó desapercibida por las nuevas revelaciones en torno al entorno de Cerdán, perejil de todas las putrefactas salsas y aplaudido a rabiar ese mismo mes en Congreso del PSOE.
Díaz y su troupe se reunieron ayer con Bolaños y Montero con el argumentario aprendido. Díaz sostiene, cómo no, que el PSOE sigue en «estado de shock» [la insistencia es muy sospechosa]. Añade Díaz que el PSOE «no es consciente de la gravedad de la situación». Ella, reducida a encubridora o nada, sí que no es del todo consciente de las imbricaciones de la organización montada por el «arquitecto» Cerdán. Claro que Sánchez es consciente de la situación, agravada por su debilidad: su joint venture Sánchez & Gómez.
La incógnita sigue pendiente de despejarse. Sabemos por qué los otros tres ocupantes del Peugeot unieron su destino al de Sánchez. Con él, los controles internos se disipaban. Cerdán, Koldo y Ábalos interpretaron en seguida la oportunidad que les brindaba la inescrupulosa concepción del poder que tiene Sánchez. Lo que ignoramos todavía es por qué Sánchez se vinculó a ellos. O sabía que sus secretos los esclavizaban o no encontró tal entrega en otros o eran los idóneos para sus propios excesos: con las primarias los puso a prueba.