Publicado: marzo 7, 2025, 12:07 am

No son un matrimonio. Ni siquiera una pareja de hecho. Conviven, en ocasiones obligados. Cordialidad, sin mucho más. Y ello pese a ser los dos grandes partidos nacionales, con más de un asunto de Estado pendiente de abordar. Pero para que entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se abone el diálogo se precisa de un maestro de ceremonias de nivel: Europa. Sólo así son capaces de sentarse frente a frente para hablar. La última reunión entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición data del 22 de diciembre de 2023, donde, ante el bloqueo, se acordó que la Comisión Europea mediase en la negociación para desbloquear el Poder Judicial. Quince meses después, otra vez Europa intercede. La situación de Ucrania tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la exigencia de Bruselas de que los países aumenten su gasto en Defensa ha llevado a Sánchez a adelantar las explicaciones que preveía dar a finales de marzo en una comparecencia en el Congreso de los Diputados.
Porque el contexto geopolítico está marcando el paso a los mandatarios, sobre todo con la presión de la OTAN y de la Comisión Europea para que los países gasten más en Defensa ahora. Ese foco, que cegaba a España, ha provocado que Pedro Sánchez cambie el tercio y se comprometa a acelerar el gasto en Defensa y llegar al 2% lo antes posible. Sánchez asume que estamos ante «nuevas realidades» y que toda vez que el Consejo Europeo celebrado este jueves «ha planteado nuevas herramientas, nuevos instrumentos, entre ellos la flexibilidad fiscal, es evidente que todos tenemos que hacer un esfuerzo anticipado respecto». El presidente del Gobierno no ha fijado una fecha, pero sí que España cambia el tercio y quiere alcanzar ese 2% antes de 2029.
El plan Rearmar Europa que anunció el martes Ursula von der Leyen contempla una movilización total de hasta 800.000 millones de euros en Defensa que, como casi siempre en este tipo de actuaciones, se trata de una cifra máxima difícilmente alcanzable. Pero sí es una muestra de la ambición y de las exigencias del ejecutivo comunitario, quien además pone la mayor parte del esfuerzo requerido sobre los países. Von der Leyen partió de la base de que los países miembro aumentarán su gasto anual para Defensa en un 1,5% de su Producto Interior Bruto (PIB), lo que en el caso de España son en torno a esos 25.000 millones de euros.
El Gobierno ya despliega un ejercicio de pedagogía ante un asunto que necesita de predicamento entre la sociedad y sobre el que necesita aunar unos apoyos en el Congreso que ahora mismo no tiene. «Tenemos que ser conscientes de que tenemos que aportar más desde el presupuesto nacional», ahondó el jefe del Ejecutivo tras participar en el Consejo Europeo en Bruselas. Ayer mismo, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, participó en un foro de La Vanguardia reiteró que España está dando «pasos rápidos» para destinar el 2% del PIB a Defensa.
Acelerar o elevar el gasto militar es un asunto complejo y espinoso para el Gobierno. Para empezar, porque no hay certezas de que pueda aprobar unos nuevos Presupuestos, que es la herramienta para canalizar un mayor desembolso en esta materia.
Y, en segundo lugar, porque los socios de Pedro Sánchez no comulgan con esa posición. Empezando por el propio socio de coalición, Sumar, y siguiendo por los socios de gobernabilidad como Podemos, ERC, Bildu o el BNG.
De ahí que el presidente del Gobierno haya anunciado que la próxima semana se reunirá con todos los grupos parlamentarios, excepto con Vox, para exponerles la visión de la situación y las conversaciones que se están teniendo en las diferentes reuniones de líderes que se están produciendo. Porque ante el rechazo de sus socios, un incremento del gasto en Defensa tendría que pasar por contar con los votos del Partido Popular.
«No podíamos aguantar hasta finales de marzo», admiten fuentes del Gobierno sobre esta ronda. El jefe del Ejecutivo va informar a los grupos de este propósito de acelerar el gasto militar, con el propósito de lograr un cierre de filas. Un respaldo. Tarea nada sencilla. «Puedo entender los pareceres que podamos tener, pero lo que nos une es Europa y lo que tenemos que hacer es fortalecer Europa», es el llamamiento preventivo que lanza Sánchez.
El Partido Popular ha venido insistiendo en los últimos días en que el presidente del Gobierno explicara «los compromisos internacionales» que está asumiendo, los apoyos que tiene y las consecuencias. La cita también tiene el trasfondo por parte de La Moncloa de desactivar ese discurso y estrategia de desgaste por parte de Feijóo de que Sánchez no le informa.
El jefe del Ejecutivo enmarca la cita con Feijóo en una ronda en la que hablará con los representantes de todos los grupos parlamentarios. Por tanto, concede al PP la misma relevancia que a Podemos, Junts, Bildu, ERC, el PNV… «Es una ronda de los líderes de los partidos para informar como está la situación. No es una ronda de líderes ni se va a negociar un listado de temas», señalan fuentes del Gobierno consultadas por EL MUNDO. Será una reunión privada, sin orden del día.
Pedro Sánchez escuchará los argumento y propuestas del líder del Partido Popular, pero si se hubiera quedado una negociación para cerrar unos acuerdos se tendría que haber trabajado desde hace días entre los equipos de ambos líderes. «El presidente del Gobierno convoca a Feijóo para informar de los asuntos europeos, de las reuniones y decisiones que se están manteniendo y a las puertas de un nuevo Consejo Europeo. Queremos escuchar». Otra cosa será acordar. Aunque la pretensión en La Moncloa es encontrar una respuesta positiva por parte de los grupos.