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El gasto militar quiebra la relación entre el PSOE y Podemos: «Nos toca hacer valer nuestros votos»

Publicado: marzo 15, 2025, 7:07 am

Actualizado Viernes,
14
marzo
2025

22:56

Hay una anécdota que resume la dificultad que siempre han tenido para entenderse PSOE y Podemos. En la negociación fallida de julio de 2019 para formar una coalición, Carmen Calvo envió un mensaje por Whatsapp a Pablo Echenique ofreciéndoles la cartera de Igualdad, que éste no leyó hasta horas después, cuando la negociación ya se daba por rota, porque en Podemos usan prioritariamente Telegram. Ahora no es una cuestión de una app para comunicarse, es que apenas hay interlocución. La obligación del Gobierno de aumentar el gasto en Defensa ha llevado la relación al límite, en un camino ya de por sí pedregoso, pero donde los cuatro diputados de Podemos son clave para sacar adelante cualquiera iniciativa. «Nos toca hacer valer nuestros votos», es su propósito.

Tras su reunión con Sánchez el jueves, Belarra diagnosticó que la legislatura está en «un punto crítico». La Moncloa prioriza y se centra en tener el apoyo de Puigdemont, pero de nada le vale contentar a Junts si pierde a Podemos. Y la conexión con los morados está herida de muerte. Fuentes de ambos partidos evitan hablar de ruptura, pero en la cúpula de Belarra admiten que «se van acumulando elementos» y que «parece que nuestros caminos se van separando». En el PSOE enfada, y mucho, que se refieran a Sánchez como «señor de la guerra«.

El deterioro de esta relación se aceleró cuando el Gobierno negoció a dos bandas el impuesto a las energéticas: prometiendo a Bildu, ERC o Podemos prorrogarlo y, a la vez, prometiendo a PNV y Junts que no se gravaría a las energéticas que se comprometan con la descarbonización. «Fue un tema muy relevante, como lo es ahora el del gasto en Defensa. Aquello fue un compromiso incumplido y si no se cumplen los acuerdos, es complicado, si no imposible, sentarse a negociar», constatan desde la dirección de Podemos. Al Gobierno se le acumula el malestar de sus socios, con el hándicap de que necesita el voto de todos en todo momento para sacar sus iniciativas.

Entre los partidos de izquierda existe la percepción de que se prioriza siempre a Junts y se le concede un trato de favor en las negociaciones, lo que hace que ellos afiancen la idea de no ceder en sus reivindicaciones. Y también que llegará un punto que será imposible aunar los intereses de PNV y Junts, conservadores, con los de Bildu, ERC o Podemos. «Es evidente que representamos intereses muy diferentes, si no opuestos, como se está viendo con migración, vivienda, energéticas…», reconocen los morados. «Los votos de izquierda valen tanto como los de los demás», es la queja de estos grupos.

En el PSOE saben que necesitan a Podemos. De hecho, la percepción que tienen es que, ahora mismo, tiene más solidez y fondo que Sumar y que la reagrupación a la izquierda de los socialistas no se puede hacer sin ellos. La última encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO les concede un 5,2% de los votos y 4 años, por el 6,4% y 9 asientos para Sumar. En Ferraz entienden la estrategia de Podemos como una manera de marcar perfil, a la vez que intentan difuminarlo -dicen que Yolanda Díaz está subyugada al PSOE-, para querer presentarse como los defensores de la esencia de la izquierda.

Pero el gasto militar lleva la relación PSOE-Podemos a un punto de tensión máxima. «Nos parece que marca un antes y un después», sintetizan desde la sala de mandos morada. Tienen claro que es algo que no pueden votar. Por principios, por ideología y por posición política. «Hay muchas cosas que no podemos avalar porque ideológicamente no las compartimos», dicen en la cúpula, remitiendo al impuesto a la energéticas, el hecho de que tribute el SMI, el propio gasto militar… «Nos toca hacer valer nuestros votos», repiten.

La pregunta de si Podemos sería capaz de hacer caer al Gobierno siempre ronda. En La Moncloa no dan pábulo a esa hipótesis. Los morados la esquivan alegando, por ejemplo, que ni siquiera hay conversaciones, a día de hoy, para los Presupuestos, la gran prueba del algodón. No están, a esta hora, encima de la mesa, «además, no se dan las condiciones para ponerse a negociar», apostillan los morados, recordando que el PSOE no aceptó sus condiciones: romper con Israel y bajar los alquileres un 40%. Si existe un botón que puede detonar la legislatura hay más de un dedo que podría apretarlo.

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