Publicado: septiembre 5, 2025, 6:07 pm

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha comenzado su intervención en el acto solemne de apertura del Año Judicial ante el Rey Felipe VI aludiendo a su situación procesal de procesado. García Ortiz se encuentra en la actualidad imputado por un delito de revelación de secretos por la presunta filtración de datos reservados del novio de Isabel Díaz Ayuso, el empresario Alberto González Amador.
En el inicio de su discurso para dar cuenta de la Memoria Anual del Ministerio Público, el fiscal general ha señalado que es «plenamente consciente de las singulares circunstancias que mi intervención tiene en este acto. Respeto todas las opiniones». Asimismo, García Ortiz ha señalado que cree «en la Justicia y en el Estado de Derecho».
«Si estoy aquí como fiscal general del Estado es porque creo en la justicia y en las instituciones que la conforman. Creo en el Estado de derecho, en la independencia del Poder Judicial, en los principios de legalidad e imparcialidad. Y, por supuesto, también en la verdad», ha indicado el máximo representante del Ministerio Público.
Álvaro García Ortiz, visiblemente nervioso, ha señalado que es «un honor, como jurista, como fiscal y como ciudadano de este país, estar hoy aquí -en mi condición de Fiscal General del Estado- en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo. En este acto solemne y reglado presidido por el Jefe del Estado», en referencia a Felipe VI.
El fiscal general ha accedido al Salón de Plenos acompañado del ministro de Justicia, Félix Bolaños. Ambos han ocupado asiento en los estrados de la Sala junto al Rey, la presidente del TS y el CGPJ y los cinco presidentes de Sala del Alto Tribunal. Al término del discurso de García Ortiz, se han escuchado en la sala tímidos aplausos.
Tal y como ha informado EL MUNDO, la presencia del fiscal general en el acto solemne de Apertura del Año Judicial ha generado un enorme malestar en el Tribunal Supremo, ya que se trata de una situación insólita que, en opinión de multitud de magistrados, tensiona el Estado de Derecho.
El sentir mayoritario dentro de la carrera judicial y fiscal es que, independientemente de si cometió el delito o no, García Ortiz debería haber dimitido ya por responsabilidad institucional.
Distintas asociaciones de fiscales y la Asociación Profesional de la Magistratura instaron ayer al fiscal general a no acudir al acto de apertura. Además, diez vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) pidieron este jueves a Perelló que García Ortiz no interviniese en la ceremonia.
Un discurso marcado por la actualidad
En su exposición de la actividad de la Fiscalía, García Ortiz ha querido poner el valor el papel del Ministerio Público en algunas de las cuestiones que determinan la actualidad en este tiempo. Con las causas judiciales que rodean al Gobierno marcando el inicio del curso político, el fiscal general ha abordado al comienzo de su discurso el desempeño de la Fiscalía en estos casos. García Ortiz ha calificado de «aspecto nuclear» y «protagonista» la «amplia actividad desplegada en la lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada» por el Ministerio Público.
También se ha referido García Ortiz a la crisis migratoria: «Adquieren especial relevancia todas las cuestiones surgidas por el aumento progresivo de niños y niñas que, sin acompañamiento familiar, estigmatizados y señalados públicamente por algunos sectores sociales y también políticos, se encuentran solos frente a un mundo extraño».
García Ortiz ha reivindicado la necesidad de preservar la «dignidad del ser humano» y el interés superior del menor y ha trasladado una breve valoración de esta realidad: «La respuesta que como sociedad seamos capaces de dar en el presente a niños, niñas y mayores migrantes será el juicio que de nosotros hará el futuro».
Hacia el término de su intervención, García Ortiz ha hecho mención a los incendios que han arrasado distintos puntos de la geografía española este verano. «Autoría y responsabilidad son palabras inherentes al lenguaje de los fiscales», ha apuntado el máximo representante del Ministerio Público, que sin embargo ha reconocido el «limitado papel que el Derecho penal puede tener en este desgraciado fenómeno de los incendios forestales».
«No podemos dejarnos llevar, como sociedad, por la impotencia que en ocasiones genera la incertidumbre de los incendios, la sensación de inseguridad colectiva que proyectan», ha reclamado García Ortiz, para hacer un llamamiento a «proporcionar prudencia y rigor frente a soluciones simplistas».
Defensa de las reformas de la Justicia
En la parte final de su discurso, García Ortiz se ha referido a las reformas legislativas de la Justicia que está poniendo en marcha el Gobierno, y que han generado rechazo entre los magistrados. «Celebro las iniciativas y proyectos legislativos desplegados para fortalecer y modernizar la Justicia española», ha señalado el fiscal general, en referencia, entre otras, a la Ley Bolaños, que responde a una reivindicación clásica del Ministerio Público.
«Para quienes buscan excusas o se resisten al cambio nunca habrá un momento adecuado», ha expuesto García Ortiz, para afirmar que estas personas «se escudarán en circunstancias puntuales o contingentes, que lo que demuestran es precisamente la necesidad de un replanteamiento del sistema en su globalidad».
El máximo representante de la Fiscalía también ha aprovechado su intervención frente al Rey y al ministro Bolaños para «reclamar la cristalización de una nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal que atribuya la dirección de la investigación al Ministerio Fiscal». García Ortiz ha reconocido que este cambio, en el que ya trabaja el Ejecutivo, «precisará de una metamorfosis de la Fiscalía», «especialmente en los procesos internos de toma de decisiones para encauzar las discrepancias».
El fiscal general ha abogado pues por «establecer un sistema de contrapesos en el que el interés particular no se anteponga nunca al general» e incluso ha abierto la puerta a «restringir el poder» del máximo representante del Ministerio Público, «si así se considera pertinente». «La transformación no es coyuntural ni tiene un sesgo oportunista», ha defendido García Ortiz.