Publicado: mayo 29, 2025, 4:07 am
«La Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo informa de que con motivo del inicio de su programación formativa y de asistencia técnica 2007-2008 necesita contar con candidatos cualificados para programas de asistencia técnica, consultoría y proyectos, así como pata formación profesional ocupacional y formación continua de todas las especialidades». Así rezaba el anuncio que la Faffe publicó un domingo, el 21 de enero de 2007, en el diario El País, en el que se daba de plazo para enviar por correo postal (no figuraba ninguna opción telemática) las solicitudes a los interesados hasta el 22 de febrero siguiente.
Fue a través de este anuncio, según su propia versión, cuando Carmen Ibanco, esposa de Juan Espadas, el actual portavoz del PSOE en el Senado (y antes secretario general del PSOE-A, ex alcalde de Sevilla, ex consejero y ex otros altos cargos) tuvo conocimiento del proceso de selección abierta en aquella fundación, dependiente de la Junta de Andalucía y, en respuesta, ella envió su curriculum. Lo hizo el 27 de enero, pero en lugar de hacerlo por correo ordinario a la dirección que se indicaba, lo hizo a través de un correo electrónico dirigido al mismísimo director de Recursos Humanos de la Faffe. El 1 de febrero firmaba su contratación el entonces director general de la entidad, Fernando Villén, que la fichó como técnico de nivel E con un sueldo bruto mensual de 1.783,81 euros.
Esta contratación, exprés, es la que los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han constatado que se llevó a cabo sin cumplir los más mínimos requisitos de méritos o capacidad, hasta el punto de que creen que pudo vulnerar los «principios generales de publicidad, objetividad, imparcialidad e igualdad de oportunidades» establecidos en el convenio de la propia fundación y en la normativa vigente. Por si fuera poco, los especialistas en corrupción del instituto armado también han señalado como sospechoso el ascenso con el que, al cabo de solamente un año, fue premiada la mujer de Espadas, que pasó de técnico de nivel E a técnico de nivel D, lo que suponía una subida de sueldo de alrededor de 3.500 euros al año. Éste se llevó a cabo, a juicio de la UCO, «de manera arbitraria».
En definitiva, vienen a decir que la esposa del portavoz socialista en la Cámara Alta fue enchufada en una fundación que dependía, directamente, de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, que presidieron implicados en los ERE como José Antonio Viera o Antonio Fernández, y que fue regada con millones de fondos públicos hasta que los escándalos continuos obligaron al presidente José Antonio Griñán a ordenar su extinción en 2011.
Habla la Guardia Civil, en un nuevo atestado fechado el 10 de mayo y conocido esta semana, de una «posición ventajosa» por parte de Ibanco o de cómo de las trece fases de las que debería haber constado el proceso de selección solo hay constancia de que se llevasen a efecto cuatro. En ese informe, analizan los procesos de selección de hasta 85 familiares o militantes del PSOE y altos cargos de la Junta y la conclusión viene a ser la misma: las contrataciones se hicieron a medida.
Pero el expediente laboral de la mujer de Espadas en la Faffe, en poder de este periódico, da todavía más detalles que confirmarían las irregularidades en todo el procedimiento. Por ejemplo, que el 31 de enero de 2007, apenas cuatro días después de enviar su curriculum y cuando aún quedaba bastante tiempo para recibir candidaturas, en la fundación que dirigía Villén -condenado ya por pagarse con dinero público juergas en prostíbulos– tenían decidido el fichaje de esta licenciada en Psicología, tal y como recoge en un informe interno. Pero hay más, fue todo tan rápido que ese mismo día, el 31 de enero, ya se comunica a la Seguridad Social el alta de Carmen Ibanco como empleada de la Faffe.
Decidido de antemano
De que su contratación podría estar decidida de antemano también da cuenta el fax que se envió el día 29 con los datos bancarios para cobrar la nómina y el DNI de la mujer del actual portavoz socialista en la Cámara Alta.
Por aquellos días, su marido era solo viceconsejero de Medio Ambiente, pero Ibanco siempre ha mantenido que esa circunstancia nunca influyó en su contratación por parte de la Faffe, que no es militante de «ningún partido» y que, además, ella estaba «sobrecualificada» para el puesto que le dieron. Todo esto lo declaró en septiembre de 2021, cuando se vio forzada a dar explicaciones ante la comisión de investigación que sobre la Faffe abrió el Parlamento andaluz pero cuyas conclusiones no llegaron a ser aprobadas por un adelanto electoral que disolvió la cámara autonómica.
Sobre su ascenso, Ibanco también aseguró en el Parlamento autonómico que fue producto de un «proceso de homegeneización» con sus compañeros y dijo en varias ocasiones que estaba «sobrecualificada» para el puesto para el que inicialmente fue contratada.
Ella, como la mayoría de los empleados -y enchufados, la Guardia Civil habla de 85- de la Faffe, pasó a formar parte de la plantilla del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) de la Junta de Andalucía tras ordenar el ejecutivo autonómico socialista en 2011, presidido por José Antonio Griñán, la liquidación de la fundación. Hoy sigue trabajando allí.
