Publicado: marzo 14, 2025, 9:43 am
Tener un estatus socioeconómico favorable, como altos ingresos o niveles educativos, limita el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la edad y, según un estudio que se publica en ‘ Nature Medicine ‘, reduce el envejecimiento biológico. Dirigido por investigadores del University College London (Reino Unido), la investigación subraya que las desigualdades sociales parecen tener un impacto directo en el proceso de envejecimiento . Así, escriben los autores, las personas con un mejor estatus socioeconómico tenían menos proteínas en la sangre relacionadas con el proceso de envejecimiento, incluidas aquellas relacionadas con la inflamación y el sistema inmunológico. «Este trabajo proporciona una sólida evidencia biológica de que las condiciones sociales influyen en el ritmo del envejecimiento. Durante décadas, hemos sabido que la ventaja social está relacionada con una mejor salud, pero nuestros hallazgos sugieren que también podría ralentizar el propio proceso de envejecimiento», asegura el autor principal, Mika Kivimaki . El artículo se basa en cuatro grandes estudios longitudinales que han estado haciendo seguimiento a sus participantes durante muchos años a más de 800.000 personas : el estudio Whitehall II en el Reino Unido, el Biobanco del Reino Unido, el Estudio del Sector Público Finlandés (FPS) y el estudio Atherosclerosis in Communities (ARIC) en EE. UU. Los marcadores de envejecimiento se evaluaron mediante diagnósticos de enfermedades asociadas a la edad y un análisis avanzado de proteínas en sangre. Dado que las proteínas reflejan procesos relacionados con el envejecimiento, su estudio permite detectar cambios antes de la aparición de enfermedades. Por otro lado, el impacto de los factores sociales y de mediana edad en el envejecimiento se analizó a través del seguimiento de cohortes durante más de 10 años, y hasta 20 años en los casos de Whitehall II y ARIC, para determinar su influencia a largo plazo. Los investigadores descubrieron que el riesgo de 66 enfermedades relacionadas con la edad se veía afectado por la ventaja social. En promedio, se observó un 20% más de riesgo de enfermedad en las personas de bajo nivel socioeconómico que en las de alto nivel socioeconómico. A los 15 años, las personas de bajo nivel socioeconómico presentaban un número similar de diagnósticos de enfermedades relacionadas con la edad que las personas de alto nivel socioeconómico. En el caso de algunas enfermedades, entre ellas la diabetes tipo 2, las enfermedades hepáticas, cardíacas, el cáncer de pulmón y los accidentes cerebrovasculares, el riesgo era más del doble en el grupo más desfavorecido en relación con el más favorecido. Los científicos descubrieron que los niveles de 14 proteínas plasmáticas se veían afectados por la ventaja socioeconómica, incluyendo proteínas que regulan las respuestas inflamatorias y al estrés celular. Los investigadores estimaron que hasta un 39% de la reducción del riesgo de enfermedad en personas con ventaja socioeconómica podría estar influenciada por estas proteínas. Además, el trabajo halló evidencia de que los cambios en la posición social pueden tener un impacto medible en el envejecimiento biológico, ya que las personas que progresaron desde niveles bajos de educación temprano en la vida a ventajas sociales medias o altas más tarde en la vida tenían concentraciones de proteínas más favorables en relación con aquellos cuyas circunstancias no habían mejorado. La investigadora Dame Linda Partridge matiza que «aunque nuestro estudio no nos dice por qué la ventaja social puede ralentizar el proceso de envejecimiento, otros trabajos han sugerido que puede estar relacionada con factores como el estrés de la vida, la salud mental, la exposición a la contaminación o a toxinas, y comportamientos como el tabaquismo, el consumo de drogas y alcohol, la dieta y el ejercicio, así como el acceso a exámenes médicos, chequeos, vacunas y medicamentos». Otro estudio reciente dirigido por los mismos investigadores, publicado en ‘ The Lancet Digital Health ‘. descubrió que un análisis de sangre que determine cuánto han envejecido nuestros órganos podría predecir el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad con décadas de anticipación, lo que podría ayudar con la medicina preventiva para personas que muestran signos de envejecimiento acelerado.