Publicado: marzo 30, 2025, 9:18 pm
El Real Betis Balompié amarró anoche la ansiada victoria (2-1) en el Gran Derbi liguero siete años después. Lo hizo con épica, con remontada ante un Sevilla valiente y capaz de empezar por delante en el infierno verdiblanco preparado en Heliópolis para una cita que acabó en fiesta total.
El ensordecedor recibimiento instaló la tensión en los 22 hombres de campo desde que el balón comenzó a rodar. La intensidad de cada lance era extrema y, pese a contar con el factor cancha, quizás la presión afectó más a los verdiblancos.
Los locales querían llevar la voz cantante y, además del control del balón fueron los primeros en intentar abrir el marcador. Cucho y el descarado Jesús Rodríguez probaron desde lejos; no hubo fortuna. Enfrente, el Sevilla esperaba con calma y sensatez. La contra parecía la opción más viable y así llegó la internada de Isaac Romero, cuyo disparo de puntera despejó Adrián.
El control de Pellegrini duró 17 minutos. Un balón largo de Badé pilló por sorpresa a su línea defensiva. Lukebakio, ausente hasta entonces, la bajó, llegó al área y se la dejó a Vargas en la llegada para que el suizo rematara de puntera y convirtiera al Villamarín en un velatorio.
El tanto fue un mazazo, aunque con 75 minutos de margen la pena duró poco. No cambió ni un ápice el plan verdiblanco y ocho minutos después, en una bonita jugada, Sabaly colgó el centro desde el perfil derecho del área para que Cardoso dibujara un golazo de volea.
El derbi estaba precioso. Tras los goles ganó peso el juego posicional y cobraron una importancia vital los duelos personales. Gudelj-Isco, Rodríguez – Lukebakio, Antony – Isaac… y como era de esperar llegaron las habituales tanganas.
En esa guerra de guerrillas el partido rodó hacia la seriedad y la sequía de genialidades de las estrellas. El Sevilla era más certero en su llegadas y el Betis, algo menos acertado, fue el agraciado que topó con el gol en el descuento de la primera mitad. El omnipresente Isco conectó el pase de Jesús Rodríguez con el desmarque del Cucho con tan solo un toque sutil de primeras. El colombiano avanzó ante Nyland y en el punto de penalti encontró el hueco para batirle en el mano a mano.
La reanudación restauró la situación inicial. El dominio era local y Jesús Rodríguez y Antony probaron a Nyland. Por su parte, el Sevilla esperaba rezagado y encontró la respuesta con una falta desde la frontal tirada por Gudelj y despejada por Adrián.
Sin duda, la segunda mitad ofreció menos ida y vuelta y sí más fútbol de pizarra. No obstante, dada la corta ventaja , el Betis no se confió y, lejos de relajarse,se lanzó en busca de un tercer tanto que estuvo cerca de llegar en un cañonazo desde la frontal de Cardoso.
Los hombres de Pimienta también sabían que una jugada aislada podía cambiar todo, como el error de Adrián San Miguel en la salida de balón que atragantó a todo el estadio antes de que lograra enmendarlo.
El ansia de victoria guió la templanza del Betis hasta el final. El Sevilla no pudo siquiera morder en esos minutos a la desesperada donde siempre hay espacio para la locura y el pitido final decretó el triunfo local —el sexto consecutivo en liga— que lleva a los hombres de El Ingeniero un paso más cerca de la Champions. La fiesta de anoche en Sevilla fue, siete años después, para los de las trece barras.