Publicado: noviembre 4, 2025, 6:03 pm
El Atlético de Madrid sufrió, sí, pero cumplió en la noche de este martes con la obligada victoria ante el Unión Saint – Gilloise, el campeón belga, para reengancharse a la UEFA Champions League tras la dura goleada sufrida ante el Arsenal en la jornada previa.
No se habló demasiado del Saint- Gillois en la previa, quizás se le subestimó, pues todo apuntaba a la obligación del Atlético ante un rival menor. Sin embargo, los belgas no vinieron a Madrid a perder, ni mucho menos, ya que su valiente arranque se extendió más de lo que incluso Simeone podía esperar. Oblak se vio relativamente exigido de inicio en dos ocasiones y Kevin Rodríguez fue un verdadero dolor de muelas para la defensa colchonera.
El plan del equipo español parecía el de esperar a que bajaran las pulsaciones. Pasaron casi veinte minutos hasta que Julián Álvarez encontró un primer tiro demasiado centrado.
Mientras, en la retaguardia crecían los problemas: un duro golpe dejó K.O. a Le Normand, que podría no llegar al parón internacional de la semana próxima.
Pasada la media hora se abrió un poco más el férreo esquema de los belgas y se acentuó el ida y vuelta. Giuliano no llegó a un centro lateral de Álvarez y, justo después, Mac Allister –hermano del afamado centrocampista del Liverpool– perdonó una chilena en el área pequeña.
Parecía irremediable el empate al descanso, pero lo evitó Giuliano en una gran internada al área. Una vez dentro, solo tuvo que dejarla atrás para que Julián la reventara.
El gol ‘psicológico’ pudo ser doble. Y es que, justo en el alargue, Griezmann remató dentro un tiro previo de Nahuel. La jugada quedó invalidada por fuera de juego previo de Baena.
Le sentó muy bien a los locales el paso por vestuarios. Salieron aún más enchufados que en la recta final de la primera parte y las constantes embestidas anunciaban un segundo gol, el llamado ‘gol de la tranquilidad’.
No llegó este hasta el 72’, más tarde de lo esperado, cuando el Saint – Gilloise ya empezaba a mostrar signos de reacción. Fue, eso sí, en una brillante contra lanzada por Sorloth. El noruego probó el tiro y, tras el rechace, un pase que también fue mal despejado por la defensa. Por la retaguardia llegó entonces Gallagher para reventar el cuero contra las mallas.
Parecía el tanto de la tranquilidad, aunque la realidad es que fue el del desacato. La puñalada activó más al Saint Gilloise y contaron con varias opciones de recortar distancias. Fue Sykes quien finalmente sí lo lograra, de un cabezazo, en un buen balón colgado por Boufal.
La presión era insoportable en el descuento, el momento perfecto para la aparición de Marcos Llorente, recién incorporado para cazar la segunda oportunidad tras un remate de Almada y embocar el tercero y decisivo tanto de la noche.
Sufrimiento, victoria… y tres puntos más que han permitido que el Atlético de Madrid duerma en la noche de este martes en la decimocuarta posición y todavía sueñe con alcanzar los puestos de clasificación directa.
