El amargo triunfo del funcionario que denunció el contrato fraudulento de los 76 millones de Cerdán: "No me alegro, sólo cumplí con mi obligación" - España
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


El amargo triunfo del funcionario que denunció el contrato fraudulento de los 76 millones de Cerdán: «No me alegro, sólo cumplí con mi obligación»

Publicado: septiembre 16, 2025, 1:07 am

«Yo sólo he cumplido con mi deber, he hecho lo que se esperaba de mí y punto. No busco aplausos por cumplir con mi obligación. Es un tema de responsabilidad y se acabó. Estoy muy cansado de este tema, es todo muy desagradable, no quiero hablar con ningún medio de comunicación y no, no me siento bien con esta decisión, porque no hay nada personal en ello. Es un tema de responsabilidad profesional y de integridad con las obligaciones de cada cual. Y punto».

Con esta amargura hablaba ayer a su entorno -y no a ningún medio, tampoco a este- Lorenzo Serena, el alto funcionario, con 28 años de experiencia en mesas de contratación administrativa, que denunció hasta en tres ocasiones graves irregularidades en la adjudicación a Acciona y Servinabar de 76 millones de euros en el contrato del desdoblamiento del túnel de Belate (Navarra), en enero de 2024.

La «decisión» a la que se refería: después de año y medio de pasiva lucha, narrando en varios foros -Senado español incluido- las irregularidades de la adjudicación, incluso habiendo sido desterrado por sus jefes, como represalia, a una nave de un polígono a las afueras de Pamplona (y repuesto en su lugar tras su queja, por la cual aún no se han depurado responsabilidades, por cierto), ayer la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción navarra confirmaba finalmente que sí, que Serena tenía toda la razón: que aquella adjudicación, la más cuantiosa en la región en 15 años, era «nula de pleno derecho». Que debió ser «anulada».

Y, de paso, que Chivite, que había mantenido artificialmente en su puesto, a salvo de la jubilación pese a superar los 70 años, al personaje clave para la adjudicación, el presidente de la mesa, Jesús Polo, mediante tres disposiciones adicionales hechas a medidad en leyes de presupuestos, había faltado a la verdad repetidamente cuando aseguraba, durante todos estos meses, que «todo» había sido «rigurosamente legal».

Serena, quien «antes siquiera de que la mesa se reuniera» ya había escuchado que el contrato estaba «dado de antemano», a quien no le cuadró en ningún momento la presencia de Servinabar en la Unión Temporal de Empresas con Acciona -luego la Guardia Civil descubrió que un 45% de la mercantil era propiedad del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán-, y que luego vivió en carne propia un rosario de irregularidades en el propio órgano, primero mantuvo un agrio intercambio de pareceres con Jesús Polo, presidente de la mesa -este llegó a acusarle de faltarle al respeto-. Después emitió un voto particular contra la adjudicación, como lo hizo también el mismísimo interventor. Más tarde, con los 76 millones ya otorgados a Acciona, Servinabar y Osés (esta tercera mercantil se suele olvidar, pero ahí está), dirigió una denuncia a la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción de la comunidad foral.

La oposición había llevado al Parlamento regional los votos particulares y las sospechas sobre Belate, y la mayoría de Gobierno, además de negarlo todo, «se rió de nosotros», comentó en su día Serena a EL MUNDO. La prensa regional publicó aquel día, 25 de enero de 2024, el choque de trenes en el Parlamento regional, y Serena envió una misiva bomba, denunciando de nuevo los hechos, a todos los grupos políticos, indignado por que los políticos trataran a los funcionarios díscolos como «idiotas».

Pero luego, en junio pasado, casi año y medio después, cuando las obras ya habían comenzado y todo iba a quedar enterrado, apareció la Guardia Civil, en concrego la Unidad Central Operativa (UCO). Quien destapó que la trama Koldo pudo cobrar mordidas a cambio de contratos públicos con aquella pequeña empresa que «nadie sabía por qué estaba allí», llegó a declarar Serena: Servinabar. Y todo se reactivó. EL MUNDO publicó primero la carta del funcionario a los diputados navarros, y después el increíble intercambio de mails (400 páginas) entre Serena y Polo.

El segundo se empeñaba en no reunir a la mesa, y el primero, junto con el interventor y otro miembro, presentaba su primer voto particular «en 28 años de adjudicaciones». «Acabemos con este sainete», le decía Serena a Polo, que contestaba enfadado: «No eres consciente del daño que me has hecho, sobre lo que es RESPETO tenemos opiniones divergentes». «Esto está derivando en un caos absurdo», reponía, educado, el secretario.

Unión del Pueblo Navarro llamaba declarar en el Senado a Serena, que se despachaba a gusto con las decenas de irregularides detectadas, y era represaliado, enviado a un polígono, situado debajo de una escalera -y repuesto al denunciar la «chiquillada», como él mismo denominó a la increíble situación-.

Entremedias, la presidenta Chivite respaldó una decena de veces la adjudicación, realizada por su tío Oscar como consejero de Cohesión Territorial. «Intentan ensuciar una licitación que es plenamente legal», dijo por ejemplo en febrero de 2024, «todo es plenamente transparente y legal». O, sin ir más lejos, en junio pasado, aseveró: «La adjudicación de Belate fue probablemente la más transparente que se haya hecho en la Administración de Navarra».

Hasta que este lunes, Anticorrupción confirmaba, de forma no vinculante, que Serena tenía razón. La adjudicación era «nula de pleno derecho» porque Polo, aunque Serena se lo pidió mil veces, no llegó a reunir a la mesa; porque Polo calificó a Servinabar conociendo las notas de todos los demás, y porque se superó el plazo de 80 días para adjudicar.

El Gobierno navarro lo admitió ayer: el contrato fue irregular.

¿Y Serena? Ya no está en adjudicaciones, pidió el cambio a Conservación, y en breve deberá volver a la comisión de investigación del Parlamento navarro. «Al final, la obra se está haciendo, no ha servido de nada», confiesa a los suyos. «Todo ha sido horrible, ya nada me alegra».

Related Articles