Más de dos semanas han pasado desde que el martes 28 de octubre una DANA convirtiese Valencia en el escenario de unas de las tragedias más importantes de la historia española. Los hogares de la víctimas fueron los principales escenarios de esta catástrofe hace 20 días. El 45,8% de las 218 víctimas mortales de la DANA en la Comunidad Valenciana fueron halladas en el interior de casas (68) y garajes (32).
Los datos provisionales publicados por Centro de Integración de Datos (CID) muestran que la mayoría (137) de los levantamientos de cuerpos realizados por los forenses se hicieron en interiores destacando las casas como los principales escenarios, seguidos de los garajes, parking subterráneos (5), ascensores (2) o bajos comerciales (1).
Hasta cuatro personas entraron con vida en un hospital de la zona, pero finalmente fallecieron en el centro sanitario. A estas, también se le suman 10 personas que perdieron la vida en residencias y una en un templo religioso.
En cuanto a las víctimas de una de las tragedias más crueles de la historia española, el 37% (81) fueron encontradas en el exterior. En su mayoría, en zonas naturales como el campo (22), acequias (3), barrancos (3), las playas de El Saler, Pinedo y Sueca (3) o la Albufera (1).
Una de las imágenes más impactantes vistas desde que empezó la tragedia ha sido la de la riada arrastrando coches a kilómetros de distancia de donde estaban estacionados. Durante las primeras horas de la catástrofe uno de los principales focos de preocupación fueron las personas que podían haberse quedado encerradas en el interior de sus coches. Con las cifras provisionales proporcionadas, oficialmente siete personas fueron halladas en vehículos y dos junto a estos.
Los municipios valencianos donde se recuperaron la mayoría de estos cuerpos sin vida fueron Paiporta (45), Catarroja (25), Valencia (16), Alfafar (15), Massanassa (12) y Picanya, Torrent y Benetússer con 10. Cabe destacar que se considera el término municipal y la zona exacta donde se produce el levantamiento del cadáver, no el municipio de empadronamiento de la persona fallecida. El análisis de estas cifras y de los lugares donde fueron encontradas la víctimas señala de forma clara la magnitud gigantesca de una de las cicatrices imborrables en la población valenciana.