Publicado: septiembre 4, 2025, 1:07 am

Yolanda Díaz irá hasta el final y hasta las últimas consecuencias. Aunque éstas sean, si no hay un giro, las de encajar su mayor derrota política desde que es vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo. Su ley estrella de esta legislatura, que es la reducción de la jornada laboral a 37 horas y media, se dirige a toda velocidad hacia un precipicio, porque el miércoles se votan en el Congreso las propuestas de PP, Vox y Junts para vetar la ley. Los tres arman una mayoría parlamentaria suficiente como para arrojar al vacío el proyecto de Díaz y asestar a Sumar la caída de su gran bandera.
La vicepresidenta segunda tiene en su mano la capacidad de retirar el proyecto de ley antes del debate en el Congreso, si ve que a lo largo de estos días no prosperan en absoluto las negociaciones con Junts para intentar cambiar su voto en contra a la reducción de jornada. Sería un mal menor para evitar una derrota parlamentaria a ojos de todos y sustituirla por una retirada a tiempo que minimice en algo los daños políticos. Sin embargo, fuentes oficiales del Ministerio de Trabajo zanjan la cuestión y no dan pie a la duda. «No la vamos a retirar», subrayan. No es un escenario que se contemple. Quizá porque perder la votación o retirar la ley sea en esencia lo mismo.
De hecho, el enfoque de la vicepresidenta segunda es precisamente lo contrario al paso atrás. Se irá hasta el final, el Congreso votará y si el proyecto de ley sale derrotado y es arrojado a la papelera, pues se volverá a presentar una segunda vez.
Díaz fue la primera que ayer verbalizó esta intención de volver a presentarlo si, como todo indica, la votación torna en una derrota. «El debate se dará la semana que viene, con lo que pase lo volveremos a llevar. Mi paciencia es infinita», advirtió, para reforzar la idea de que a pesar de las dificultades insistirá en el objetivo histórico que se había marcado para esta segunda legislatura.
La retirada de una ley para no perder una votación es algo que ya se ha visto con este Gobierno. Sucedió con la Ley del Suelo, cuando en el Congreso se iba a visualizar un cisma dentro del propio Ejecutivo. Con Sumar votando en contra de una ley impulsada por el Consejo de Ministros del que forma parte. El PSOE se iba a quedar solo e iba a ser apaleado por la izquierda, así que, cuando veía asomar el precipicio, frenó en seco. Díaz no va a hacerlo ahora, así que para bien o para mal, habrá una votación y con eso habrá que hacer después un control de daños. Si es que, como parece, la ley no sale.
A diferencia de la reforma laboral, Díaz no baraja dimitir. No ha vinculado su cargo al resultado de la reducción, como si llegó a hacer con su ley estrella de la primera legislatura. Aquella reforma laboral salió adelante con el voto por error de un diputado del PP y la historia de Díaz como vicepresidenta y ministra pudo continuar hasta lo que es hoy, la líder del socio minoritario del Gobierno.
La votación del Congreso se ha precipitado por una cadena de errores de PSOE y Sumar sin haber logrado antes persuadir a Junts para al menos abstenerse y dejar que el trámite pueda continuar y no decaer a las primeras de cambio. El partido de Puigdemont está completamente alineado con las críticas de la patronal de Cataluña y, a pesar de que los contactos vienen siendo recurrentes desde hace un año, la realidad es que poco o nada se ha movido. Por mucho que Trabajo haya planteado ayudas para pymes y otras medidas para aliviar el impacto en las pequeñas y medianas empresas.
Tan difícil está la situación con Junts que ayer Díaz se comenzó a colocar la venda antes de que sangre la herida. «Quien está fallando no es el Gobierno, sino la oposición», dijo, por ir en contra de los trabajadores. Ella recalcó que «ha cumplido» con su promesa de presentar la reducción de jornada y pelearla en todos los ámbitos. Y avisó a quienes el miércoles voten en contra que «les va a perseguir en términos democráticos en todo el mundo» porque es la medida que se espera «como agua de mayo».
«Esto no está en manos de quien cumple, sino de quien quiere golpear los derechos de los trabajadores», lamentó en una rueda de prensa en el Ministerio de Trabajo.
Por no enterrar ninguna posibilidad conJunts y mantener viva la esperanza -dijo que negociará «hasta el último minuto»-, Díaz evitó hacer cualquier crítica a los de Puigdemont y cargó con dureza exclusivamente contra el PP. A pesar de que los dos partidos -más Vox- votarían lo mismo. «Nosotros estamos para hacer el bien y otros para hacer el mal, y hablo de 137 diputados que están bloqueando todo lo que hacemos», aguijoneó Díaz, que recrimina al PP estar «en campaña electoral permanente».
La líder de Sumar tachó de «muy mala» a la oposición por perjudicar a los trabajadores y avisó al PP de que éstos «saben» lo que van a hacer, y que los del comercio, la hostelería o la agricultura, que tiene las jornadas más largas, también «lo van a saber».Entretanto, Díaz asumió que la hora «ha llegado» y que es el momento de «cada uno que rinda cuentas» y demuestre dónde se encuentra.
SUMAR SE REÚNE HOY CON OTEGI
BILDU. La plana mayor de Movimiento Sumar (el partido de Yolanda Díaz) se reúne hoy con Arnaldo Otegi y otros dirigentes de EHBildu en Bilbao.
OTRO MÁS. Es la primera vez que Otegi se reúne con el partido de Díaz pero en los últimos meses ha mantenido encuentros institucionales con los líderes de IU y Podemos, así como con una delegación de Más Madrid.