De "ayatolá de Montellano" a primer fontanero de Sánchez: así medró Paco Salazar hasta incrustarse en Moncloa - España
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


De «ayatolá de Montellano» a primer fontanero de Sánchez: así medró Paco Salazar hasta incrustarse en Moncloa

Publicado: julio 6, 2025, 6:07 am

A Francisco, Paco, Salazar, le conocían sus primeros enemigos dentro del PSOE sevillano como el «ayatolá de Montellano«. Eran los tiempos en los que el fontanero de confianza de Pedro Sánchez -y protagonista del último incendio dentro del partido tras las denuncias de acoso sexual- era alcalde de Montellano, un pequeño pueblo de poco más de 7.000 habitantes en la Sierra Sur de Sevilla. Allí nació Salazar y allí llegó a ser regidor entre 2003 y 2008.

En el PSOE de Montellano cuesta encontrar a alguien que hable de Salazar, a pesar de que su última etapa en la Alcaldía no fue buena y, de hecho, el partido perdió las siguientes elecciones. Su poder y su influencia en La Moncloa -de la que presumía sin pudor- se han traducido en una especie de omertá o ley del silencio que, al menos hasta ahora, le evitaba cualquier crítica en su cuna política.

En aquellos años al frente del Ayuntamiento, el PSOE de Sevilla estaba dirigido por José Caballos, un histórico del socialismo andaluz, y el alcalde de Montellano, abiertamente enfrentado a la dirección provincial, provocaba dolores de cabeza en las reuniones orgánicas, en las que «pontificaba como un ayatolá», cuentan fuentes del partido.

Aquel enfrentamiento con Caballos -entonces todopoderoso- y su gente marcó el inicio del camino que le llevó a las cañerías del PSOE federal y, acto seguido, de La Moncloa, incrustado en el círculo de confianza de Pedro Sánchez, junto a José Luis Ábalos o Santos Cerdán, en el que ha ido ganando peso a medida que se reducía a golpe de escándalos y renuncias. Hasta ser el elegido para tutelar, en nombre del presidente, la nueva dirección del PSOE en una maniobra finalmente fallida tras desvelarse testimonios de trabajadoras del partido que le señalan como un supuesto acosador sexual.

Los díscolos

Su posicionamiento en contra de quienes mandaban en el PSOE sevillano le llevó hasta Dos Hermanas, prácticamente la única agrupación local díscola con la dirección. Francisco Toscano, más tarde el padrino de Sánchez en las primarias de 2017, era alcalde y líder de la formación y acogió a Salazar entre sus filas después de que dejara la Alcaldía de Montellano, donde, cuentan diversas fuentes consultadas, «no acabó bien».

Primero, en 2008, le buscaron acomodo en la Consejería de Justicia que dirigía Evangelina Naranjo -como director general de Memoria Histórica- y luego fue el propio Toscano el que le contrató como técnico municipal responsable del Hipódromo de Dos Hermanas. Salazar cambió su residencia al municipio nazareno y también mudó su militancia socialista haciéndose afiliado del PSOE de Dos Hermanas. Cuando el Peugeot de Pedro Sánchez recaló en Dos Hermanas y Toscano le abrió las puertas de par en par, Paco Salazar ya estaba allí y se subió a aquel coche.

Cuentan en el PSOE andaluz que fue «fruto de la casualidad», que en el equipo de Sánchez para aquellas primarias a vida o muerte faltaban manos y que Toscano ofreció algunas que no le eran indispensables. Mandó a Madrid a Salazar y a su sobrino, Francisco Toscano, hoy subdelegado del Gobierno en Sevilla, para que ayudasen y el «ayatolá de Montellano» ya no volvió.

Tras ganar aquellas primarias, Sánchez le ofreció una silla en la ejecutiva federal, donde era de los pocos que se ha mantenido en estos años. Hasta ayer. Y, al llegar a La Moncloa, se lo llevó con él. Primero como director general del Departamento de Análisis y Estudios de la Presidencia del Gobierno (2018-2019) y posteriormente como director adjunto de la Presidencia del Gobierno (2020-2021). Fue el número dos de Iván Redondo y la caída de éste, cuentan quienes le conocen, provocó la suya también, siendo enviado a dirigir el Hipódromo de la Zarzuela, donde estuvo un año.

«El presidente»

Volvió al Ejecutivo en 2022 como secretario general de Planificación Política del Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Desde septiembre de 2024 ocupaba el cargo de secretario general de Coordinación Institucional. O sea, siempre cerca de Sánchez, dentro del gabinete de Presidencia, en su equipo de colaboradores más próximos. Algo de lo que, insisten las fuentes consultadas, siempre alardeaba. «En cualquier charla repetía una y otra vez que había hablado con Sánchez, que había estado con él en el coche y siempre le llamaba el presidente, nunca por su nombre», cuenta un socialista andaluz que tuvo tratos orgánicos con él.

«Era un sobrado con ínfulas de grandeza», añade este ex dirigente del PSOE andaluz, que no tiene dudas de que jugó un papel en las primarias que en 2021 desalojaron a Susana Díaz de la Secretaría General y en las que José Luis Ábalos -y su sombra, Koldo García– jugaron un papel principal en el supuesto amaño de los resultados con el objetivo de que ganara Juan Espadas, el hombre designado por Sánchez.

Salazar, un fontanero de segundo nivel en aquellos tiempos, transmitía mensajes a los lugartenientes de Díaz, siempre en segunda línea detrás de Ábalos o Cerdán, con quien, por cierto, dicen que compartió piso durante una temporada en Madrid.

Mensajes privados

Sobre las denuncias aparecidas por sus comportamientos con varias trabajadoras del PSOE, las fuentes consultadas no muestran extrañeza y explican que se comentaban los mensajes que, al parecer, enviaba a jóvenes por privado desde su perfil de Instagram, en el que ayer aparecieron comentarios críticos en este sentido.

«A mí siempre me ha tratado con respeto, mi experiencia con él no fue esa», aseguraba a este periódico otra mujer que había trabajado junto a Salazar en el pasado.

Pero los testimonios publicados han sido suficientes no solo para frustrar el aterrizaje en Ferraz del escudero de Sánchez destinado a salvar el PSOE, sino, además, para propiciar su caída total con la renuncia a sus cargos en La Moncloa y en la propia ejecutiva federal, siguiendo la estela de Ábalos o Cerdán, con los que compartía algo más que el trabajo en aquellas primarias. Los tres siguieron una trayectoria similar: de fontaneros de segunda o tercera, a la primera fila y al poder de la mano de Pedro Sánchez hasta caer víctimas de sus propios errores o corruptelas.

Related Articles