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David Azagra, el director imputado, vuelve a estrenar su ciclo de óperas en Badajoz

Publicado: noviembre 24, 2024, 7:07 pm

Actualizado Domingo,
24
noviembre
2024

21:00

No era la primera vez que David Sánchez Pérez-Castejón estrena una ópera. Es verdad que en esta ocasión no se ponía el frac con chaleco blanco y no cogía la batuta negra para para dirigir a los músicos. Sí había ocurrido en las primeras ocasiones cuando aterrizó en Extremadura para asumir la dirección de los conservatorios de la Diputación de Badajoz, a lo que luego se unió su gran sueño: crear el ciclo ‘Ópera Joven’.

Ya hace algunas ediciones que no ocupa el foso y por tanto no pasa el filtro de los críticos (que lo tildaron siempre de «desastre») pero sigue al frente como máximo responsable del ciclo completo, siempre polémico por su inversión (desde más de 128.000 euros de la primera edición hasta 405.080 euros la licitación de la última). Pero este año el morbo estaba servido porque era la primera vez que acudía a un estreno en su condición de imputado desde que se abrió una causa judicial contra él este verano y se llegaron a intervenir por la UCO sus correos electrónicos por la UCO -junto a otros 15 cargos de la Diputación, entre ellos su presidente, Miguel Ángel Gallardo, máximo responsable del PSOE en Extremadura. Al hermano del presidente del Gobierno se le investiga por un presunto delito continuado contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, tráfico de influencias y prevaricación, en especial por un posible ‘enchufe’ a la hora de conseguir el cargo.

Así que la expectación era máxima en el Teatro López de Ayala de Badajoz. Desde hace casi dos años, David Azagra (su nombre artístico) tiene el cargo ahora de director de la Oficina de Artes Escénicas del organismo pacense. Y no se sabe si llegó al estreno desde la localidad fronteriza de Elvas, donde asegura al fisco que vive, o desde la propia Badajoz, donde atestiguan en cambio muchos vecinos pacenses. En cualquier caso, nadie le vio entrar en el edificio desde que media hora antes se abrieron las puertas, aunque una butaca en la fila 12 de las autoridades y protocolo estaba reservada.

La expectación no defraudó. Si en años anteriores el estreno había estado desangelado de público (la primera fue el 28 de noviembre de 2019, con la representación L’Elisir D’Amore), anoche en Badajoz (y este domingo en Villafranca de los Barros) el recinto se llenó, con entradas populares, entre 8 y 10 euros. Se habían agotado las entradas en los días previos cuando en el primer año de este programa musical la recaudación no superó los 2.000 euros. Es verdad que buena parte de los espectadores eran familiares y amigos del numeroso plantel de los músicos de los conservatorios de Badajoz, Cáceres y Almendralejo, dirigidos por Pedro Mauricio Sotelo-Romero. Y que también actuó el coro de Cámara de Extremadura y hasta el infantil de la Ópera Joven, a lo que see sumó la colaboraron numerosos alumnos de numerosos institutos. También el cartel ayudó: ‘Carmen’ es ‘Carmen’, una de las óperas dramáticas (Bizet) más representadas de la historia.

Hasta momentos antes de comenzar la representación, David Azagra aguantó hasta ocupar su butaca. Tiempo que se hizo eterno. Y aunque su intención parecía que era pasar inadvertido, no pudo conseguirlo. Muchos asistentes sacaron sus teléfonos móviles para inmortalizar el momento a su llegada a la fila 12 desde una puerta lateral, siempre cercano diputado provincial socialista, Ricardo Cabezas, último candidato del PSOE a la alcaldía pacense y ahora responsable del área de Cultura de la propia Diputación.

Como en la rueda de prensa de la presentación del programa, hace unos días, Cabezas estuvo siempre a su lado y no le abandonó en ningún momento. Una especie de protector que hasta incluso en esa presentación quiso limitar a la prensa en sus preguntas. A la derecha del músico, Paloma Morcillo, directora del teatro pacense. Y cuando los fotógrafos fueron a inmortalizar el momento, el hermano de Pedro Sánchez esbozó una sonrisa, que casi nunca perdería hasta que se apagaron las luces. No se le vio incómodo ni presionado por los acontecimientos, sino todo lo contrario, hasta a gusto y satisfecho. Se le escucharía decir, con cierta ironía: «Vaya expectación por el estreno de una ópera».

En el programa de mano de la representación, se subrayaba, a modo de resumen, que era versión de ‘Carmen’ era «moderna y contemporánea», pretendiendo ser un «canto a la libertad en una España del mañana donde el fanatismo está en auge», donde la ópera explora «el conflicto entre la libertad individual y la presión social, entre la libertad de amar y la posesión por controlar». Ironías de la vida. Al finalizar la obra, tras cuatro actos, el polémico músico se volvió a perder de vista entre bambalinas… Hasta la próxima decisión judicial.

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