Publicado: octubre 10, 2025, 1:05 am
Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental , una fecha que invita a reflexionar sobre el bienestar de quienes padecen trastornos mentales pero, también, del de quienes los acompañan en su día a día: los cuidadores no profesionales. Una labor silenciosa pero exigente , que implica un riesgo constante de agotamiento físico y emocional. Detrás de cada gesto de ayuda, hay un riesgo latente para quienes no son profesionales de la salud de acabar colapsando. Para la enfermera del Instituto de Investigación y especialista en Salud Mental, Elvira Pértega , reconocer y proteger la propia salud es fundamental para no claudicar en la tarea esencial de cuidar. Pértega, miembro del Consejo General de Enfermería (CGE), recuerda que «si no nos cuidamos, podemos enfermar, y si enfermamos, no podemos cuidar ». Subraya que los problemas de salud mental no siempre se ven, lo que puede llevar a subestimar la carga emocional que supone acompañar a una persona con un trastorno: «Reconocer la gravedad de la situación es clave para proteger nuestra energía , que no es infinita». Para prevenir el agotamiento, esta enfermera aconseja detenerse, observar cómo nos sentimos y dedicarnos tiempo para escucharnos y hablar con compasión: «Evitar que la labor de cuidar se convierta en un sacrificio que nos vacíe emocionalmente es fundamental». Florentino Pérez Raya, presidente del CGE, enfatiza la necesidad de que la salud mental sea visible desde el principio: «Cuidar la salud mental en todas las etapas de la vida es fundamental. Muchas veces, los cuidadores no profesionales se olvidan de esto, y es algo que no podemos permitir como sociedad », explica a ABC. «Cuidar a quien nos cuida es imprescindible para mejorar la calidad de vida de ambas partes». Pérez Raya advierte sobre los estigmas que aún rodean los trastornos mentales: «Nadie cuestionaría un dolor de muelas, ¿por qué sí se juzgan las enfermedades mentales? Las enfermeras especialistas en Salud Mental tienen un papel clave para derribar estos muros ». También subraya la necesidad de reforzar la formación y presencia de profesionales: «En la próxima convocatoria se han ofertado solo 356 plazas para formarse como especialistas en Salud Mental en todo el Estado, un número claramente insuficiente frente a la demanda actual». Para Pértega, el autocuidado, es decir, dedicar un tiempo diario o semanal para nuestro propio bienestar, no es ningún lujo : es un requisito para la sostenibilidad del cuidado a los demás. Prevenir el agotamiento antes de llegar al punto de «ya no puedo más», dice esta enfermera, implica parar, observar cómo nos sentimos y dedicarnos tiempo para escucharnos y hablarnos con compasión. Estos momentos críticos no siempre se anuncian con señales físicas claras. Por ello, la especialista aconseja que los cuidadores dediquen tiempo de calidad a la persona a la que cuidan, fomentando la confianza mutua: «El estado de alerta constante dificulta el cuidado emocional », subraya Pértega. Escuchar con empatía y aceptar incondicionalmente a la persona que padece un trastorno mental puede prevenir crisis y fortalecer la relación«. Autocuidarse va más allá de hábitos como el deporte o la alimentación, también implica proteger esos elementos que dan sentido a la vida de cada cuidador: «Si dejamos que el sentido de nuestra vida dependa únicamente de la persona a la que cuidamos, corremos el riesgo de perdernos en el proceso », dice la representante del CGE. «Cuidarnos también significa mantener nuestra autoestima y el amor propio«. Finalmente, la especialista destaca la importancia de las redes de apoyo, no solo para la persona dependiente, sino también para el cuidador: «Recibir ayuda no es signo de debilidad, sino de humanidad », indica Pértega. «Participar en grupos de apoyo, construir relaciones de solidaridad y compartir experiencias permite salir de la soledad y sostener el cuidado de manera saludable«. El mensaje de ambos es claro: la salud mental de cuidadores y pacientes debe ser visible, protegida y apoyada por la sociedad. De cara al próximo Día Mundial de la Salud Mental, la reflexión es doble: cuidar a otros no puede significar descuidarse a uno mismo, y reconocer, acompañar y profesionalizar el cuidado es esencial para que esta labor sea sostenible y de calidad.