Publicado: julio 26, 2025, 4:07 pm

El Gobierno de Ceuta ha lanzado este sábado un nuevo mensaje de auxilio al Ejecutivo central tras la llegada de 54 menores marroquíes no acompañados que accedieron de forma irregular a la ciudad autónoma entre la tarde y la noche del viernes, la mayoría bordeando a nado el espigón marítimo del Tarajal, que separa el territorio español de la localidad marroquí de Castillejos (Fnideq). La presión migratoria en la frontera sur se intensifica a las puertas de agosto, con un sistema de protección que ya opera muy por encima de su capacidad.
La Consejería de Presidencia y Gobernación ordenó el despliegue de unidades de la Policía Local con el objetivo de localizar a los menores que habían logrado alcanzar la playa sin ser interceptados por la Guardia Civil. Fuentes del Ejecutivo autonómico han confirmado que los chicos fueron encontrados en las inmediaciones del antiguo polígono industrial del Tarajal, donde se concentran varios recursos de atención inmediata. Todos ellos fueron acompañados y alojados en los dispositivos habilitados por la ciudad para su acogida provisional.
Durante la tarde del sábado, la Guardia Civil mantenía un dispositivo activo en el litoral ceutí, con apoyo de embarcaciones del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), para evitar nuevas entradas. Una lancha de la Gendarmería Real marroquí colaboraba también en las tareas de rescate y disuasión, retirando del agua a varios jóvenes que se habían lanzado al mar desde el lado marroquí y devolviéndolos a la costa.
Desde el Gobierno local, presidido por Juan Vivas (PP), se insiste en la necesidad de una respuesta estructural y coordinada por parte del Estado. «Que no nos dejen solos. Esto tiene que solucionarse», han afirmado portavoces de la administración ceutí, que actualmente tutela a 460 menores extranjeros no acompañados, pese a contar únicamente con 132 plazas para garantizar su atención en condiciones dignas.
La entrada de los menores se produce a escasos días del inicio de la Feria de Ceuta, cuya clausura, el 5 de agosto, activa el dispositivo de la llamada operación Feriante, mediante el cual las fuerzas de seguridad inspeccionan minuciosamente los vehículos de las atracciones antes de embarcar hacia Algeciras. En años anteriores, se han detectado menores ocultos en camiones o remolques con el objetivo de alcanzar la península sin ser detectados.
Fuentes consultadas en Marruecos confirmaron que, en la misma jornada del viernes, las fuerzas auxiliares marroquíes desplegadas en las playas de la zona de Castillejos impidieron la salida a nado de al menos 168 personas, la mayoría menores de edad. Según estas fuentes, los adolescentes que no fueron reclamados por sus familias fueron trasladados a un centro de protección infantil en la ciudad de Martil. En muchos casos, se trata de menores procedentes de Tetuán, Tánger u otras zonas más meridionales, que no cuentan con familiares cercanos ni portan documentos que permitan su identificación. «Muchos vienen solos y esperan días escondidos cerca del espigón hasta que encuentran la oportunidad de lanzarse al mar», explican desde el entorno de los servicios sociales locales
Desde la Delegación del Gobierno en Ceuta se insiste en que la cooperación con Marruecos está contribuyendo a contener los intentos de entrada irregular. Las autoridades subrayan que el despliegue conjunto de los cuerpos de seguridad a ambos lados de la frontera está permitiendo una respuesta más eficaz ante los cruces a nado y los movimientos no autorizados, especialmente en jornadas de alta presión como la vivida el pasado viernes.
La ciudad autónoma confía en que el sistema de reparto de menores aprobado por el Consejo de Ministros —que contempla la redistribución de 4.400 menores desde Ceuta y Canarias a otras comunidades autónomas— comience el próximo 28 de agosto, tal y como está previsto. Sin embargo, desde el Ejecutivo ceutí se advierte de que este plan podría resultar insuficiente si las llegadas continúan, como ya ocurrió en veranos anteriores: solo en agosto del año pasado, accedieron a Ceuta más de 300 menores por vía marítima o terrestre.
Los datos registrados en las últimas horas se suman a un patrón estacional que se repite cada verano, con un aumento significativo de intentos de entrada irregular por parte de menores marroquíes. En el mismo periodo del año pasado, accedieron a la ciudad más de 300 menores por vía terrestre o marítima. Ceuta gestiona actualmente la tutela de 460 niños y adolescentes, pese a contar con una infraestructura habilitada para 132 plazas. Las autoridades locales reiteran que el volumen de llegadas supera ampliamente la capacidad de acogida disponible y recuerdan que el fenómeno migratorio en la frontera sur plantea desafíos que exceden el ámbito competencial de las administraciones autonómicas.
Ceuta mantiene en la actualidad varios dispositivos de acogida para menores extranjeros no acompañados, que combinan recursos estructurales, centros habilitados de urgencia y espacios provisionales activados tras la saturación del sistema. Según fuentes oficiales, todos ellos se encuentran bajo la coordinación del área de Menores de la Ciudad Autónoma y operan a través de entidades sociales contratadas para su gestión.
El principal recurso ordinario es el Centro de Realojo Temporal «La Esperanza», ubicado en el barrio de San José-Hadú. Este centro, gestionado por la Fundación SAMU, funciona como dispositivo de referencia para la atención de menores en Ceuta. Dispone de módulos habitacionales para acoger tanto a chicos en primera acogida como a aquellos que permanecen bajo tutela durante meses. Recientemente ha sido sometido a una reforma para ampliar su capacidad operativa.
Ante el incremento sostenido de llegadas, la Ciudad reactivó dos espacios en sendas naves situadas en el polígono industrial del Tarajal que fueron habilitada durante la pandemia para alojar a personas sintecho y ciudadanos marroquíes atrapados tras el cierre fronterizo. Actualmente acogen a decenas de menores migrantes en módulos acondicionados con literas, baños y comedores, bajo la gestión de la Fundación SAMU y con refuerzo puntual de la asociación Engloba.
A estos dispositivos se suman los módulos de emergencia instalados en la zona de Piniers, donde se alojan principalmente menores de perfil vulnerable, incluidas niñas y adolescentes. Este recurso es gestionado directamente por Fundación Engloba, en coordinación con los servicios sociales del Gobierno de Ceuta. Aunque algunos módulos se han ido clausurando en fases anteriores de descongestión, parte de la estructura sigue operativa debido a la saturación actual del sistema.
Además, se encuentra en fase avanzada la rehabilitación de la antigua prisión de Los Rosales, que será convertida en un nuevo centro de acogida con capacidad para 94 plazas —76 de acogida residencial y 18 de primera atención— distribuidas en cinco módulos diferenciados por edad, sexo y necesidades específicas. La apertura del centro está prevista para junio de 2026.
En total, Ceuta cuenta oficialmente con 132 plazas ordinarias para la atención de menores extranjeros no acompañados. Sin embargo, las cifras actuales superan los 460 menores tutelados, lo que obliga a mantener activos los dispositivos extraordinarios. La gestión diaria combina recursos permanentes y soluciones de emergencia que se activan en función de la presión migratoria, con una red de atención sostenida por entidades especializadas y personal público.
Los recursos habilitados en el antiguo polígono industrial del Tarajal tienen su origen en la crisis sanitaria de 2020. Durante los primeros meses de la pandemia, fueron acondicionadas con carácter de emergencia para alojar a personas sin hogar y a ciudadanos marroquíes que quedaron atrapados en Ceuta tras el cierre de la frontera terrestre. Un año después, en mayo de 2021, ese mismo complejo se convirtió en el principal dispositivo de acogida provisional para los miles de menores que entraron de forma irregular durante la denominada «crisis humanitaria» del Tarajal. En apenas 24 horas, más de 12.000 personas cruzaron a nado o a pie los espigones de Tarajal y Benzú, en lo que fue una de las mayores entradas masivas registradas en territorio español, facilitada por la inacción de las autoridades marroquíes. Desde entonces, la Ciudad Autónoma ha mantenido en uso parte de esas instalaciones para la atención inicial de menores no acompañados ante nuevos episodios de presión migratoria.
Tanto el Gobierno de Ceuta como el de Canarias han subrayado que la redistribución de menores migrantes no acompañados solo será efectiva si las comunidades autónomas asumen su parte de responsabilidad en el sistema de protección. Ambas administraciones, que soportan la mayor presión migratoria del país en materia de infancia, han expresado públicamente su malestar ante la negativa de varios ejecutivos autonómicos a participar en el reparto acordado por el Consejo de Ministros. «Si todos asumimos que este es un asunto de todos, el problema dejará de ser solo de Ceuta o Canarias», declaró el presidente ceutí, Juan Vivas, en una comparecencia reciente. Vivas calificó la situación como «insostenible» y denunció la falta de corresponsabilidad por parte de otras regiones, algunas de ellas gobernadas por su propio partido.
En términos más duros se expresó el presidente canario, Fernando Clavijo, quien tachó de «indecente, absurda, insolidaria e ilegal» la negativa de varias comunidades a activar plazas de acogida. «Canarias sigue estando sola», afirmó, advirtiendo además que la actitud de ciertos gobiernos autonómicos podría tener consecuencias en los tribunales. Ambas administraciones denuncian que algunos territorios están utilizando a los menores como instrumento de presión política, condicionando su atención a intereses partidistas, y exigen que el reparto se aplique con criterios de equidad y responsabilidad común.