Publicado: abril 16, 2025, 10:07 am
«Entienda que yo, de familia minera, no le admita lecciones de minería». Enfrentado a un complicado pleno en la Junta General del Principado, el presidente de Asturias, Adrián Barbón, ha empuñado, una vez más, su genealogía para resistir a la irritación del Parlamento. La Cámara ha denunciado su «ausencia» durante la sesión de ayer, en la que dimitió la consejera de Transición Ecológica , Belarmina Díaz, tras revelar el pasado viernes que en la mina de Cerredo se extraía carbón de manera ilegal. Aunque aparentemente mitigado el incendio en el seno de la coalición del Gobierno, la oposición ha ido al choque contra su figura, exigiéndole su dimisión y aduciendo que «no estuvo a la altura cuando su Gobierno está viviendo la mayor crisis de todos estos años».
A la defensiva, y en un bucle que encadenaba sus «recuerdos de infancia», su «compromiso con la verdad» y los «tres ejes» de la actividad del Gobierno asturiano, Barbón ha intentado airear la tensión que el Parlamento regional respira desde ayer. «Imaginen el escándalo que hubiera supuesto que la consejera anunciara su dimisión antes de la comparecencia», ha resaltado el líder autonómico, que hoy sí ha defendido con vigor la decisión «libre y voluntaria» de su consejera.
Una voluntad que, no obstante, sigue suscitando dudas en la oposición. «La necesitaba [a Belarmina Díaz] como escudo, por eso no la cesó antes», le ha increpado el presidente del PP en Asturias, Álvaro Queipo. El popular también ha destacado el cese de «tres consejeros de Transición Ecológica en tres años», lo que pone de relieve el «fallo sistemático» en el departamento: «Cuando fallan tres consejeros seguidos, la culpa apunta a quién los nombró», ha insistido.
Las interpelaciones de PP, Vox y el Grupo Mixto le han afeado que ayer estuviera «escondido detrás de una cámara en su despacho, sin dar la cara de forma pública», en referencia al mensaje institucional que publicó en YouTube tras el pleno. «Qué acto de cobardía y de desprecio por su consejera: hacerla comparecer a ella, ya dimitida, y no usted, que también estaba convocado y se escondió cobardemente detrás de ella», ha denunciado Queipo.
La intervención del presidente del PP ha levantado polvo en el Parlamento. Ha criticado al líder del Ejecutivo regional por la bronca que tuvo lugar la jornada anterior, cuando, señalando al presidente del PP en el Principado, Barbón exclamó: «¡Vaya catadura moral!», después de que la ex consejera de Transición Ecológica afeara al popular que no le contestara al teléfono. «Ayer no le increpé; le contesté cuando usted dijo ‘no tienen vergüenza'», se ha defendido el presidente asturiano.
Barbón ha contestado a los reproches de Queipo sobre la gestión de su Administración, enzarzándose en un tenso intercambio de reprimendas: «Entienda que yo, de familia minera, no le admita lecciones de minería», ha lanzado a su rival político.
Precisamente, Barbón ha reprochado de nuevo la «utilización partidista» de la activación de una comisión de investigación, que «ya existe: en la comisión de seguridad minera», ha precisado el socialista. En esta línea ha acusado a la oposición de no querer «conocer la verdad» y de intentar esconder el nombre de la empresa responsable del accidente, Blue Solving, haciendo uso de «politiquería barata».
«El compromiso personal y político de este gobierno es llegar hasta el final», ha retomado Barbón, «porque yo no vivo en Oviedo; sigo viviendo en Laviana, sigo viviendo con mi gente. La ciudadanía de las cuencas no me ve como alguien ajeno y externo. Esto va en mi sangre». Tras la égloga, la diputada del Grupo Mixto, Covadonga Tomé, le ha recordado que fue él mismo quién «a partir del 5 de abril comenzó a utilizar su relación con la mina» con fines políticos.
