Publicado: julio 26, 2025, 10:07 pm
Dos médicos forenses activados durante una guardia continuada de 24 horas en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña: uno de ellos se dedica a todo tipo de incidentes (el levantamiento de un cadáver, un informe de lesiones tras un accidente o el examen de un detenido) mientras el otro presta servicio «exclusivo» e «inmediato» a víctimas de agresiones sexuales en Barcelona ciudad y L’Hospitalet de Llobregat.
Es decir, actúa cuando una persona acude a un hospital tras haber sufrido una violación, por ejemplo. Entonces, se avisa al juzgado de guardia correspondiente y se activa la cadena: es el forense el que se desplaza rápidamente al hospital en cuestión -normalmente es el Clínic al tratarse del centro de referencia en la capital catalana, aunque también están Bellvitge o Sant Joan de Déu en caso de menores- y colabora con una ginecóloga, un psicólogo y un investigador de los Mossos d’Esquadra para realizar el examen pertinente, recoger muestras biológicas y toxicológicas y prestar una atención «integral» a la víctima.
Su objetivo es encontrar restos biológicos del agresor o conocer si la persona en cuestión ha sufrido sumisión química, por ejemplo. «El tiempo es esencial», asegura la doctora Sara Milián, médico forense,. Y lo es para recoger el máximo de pruebas posibles y también para ahorrar tiempo de espera a la víctima en momentos críticos.
Así trabaja la primera unidad en España de forenses especializados en violencia sexual, un departamento integrado en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña que funciona siete días a la semana, 24 horas al día y atiende a víctimas de la capital catalana y L’Hospitalet de Llobregat, las dos ciudades más pobladas de Cataluña que suman hasta 1,9 millones de habitantes (más turistas y visitantes ocasionales). Se trata de un servicio pionero, que se puso en marcha hace cinco meses (en febrero) para responder al aumento de agresiones y violaciones, imparable en los últimos años. «Los datos demuestran que era más que necesario», avisa el director del organismo, Eneko Barberia, en el transcurso de una visita a los medios.
Y las cifras, siempre reveladoras, muestran una tendencia al alza de las agresiones sexuales en Barcelona y alrededores, ya en récords históricos: solo en estos primeros meses de 2025, la unidad ha atendido a 327 víctimas, una media de dos al día aproximadamente. Del total, 279 corresponden a la ciudad de Barcelona y 48 a L’Hospitalet.
Según sus estadísticas, el 89% son mujeres y tres de cada cinco casos afectan a menores de 30 años (el promedio de edad es de 28,8 años). Un 9% de son agresiones grupales, un porcentaje que ha aumentado en el último año ya que en 2024 la media era del 7,6%. La previsión es que este 2025 las cifras de víctimas de agresiones sexuales atendidas por los forenses «lleguen, una vez más, a un máximo histórico» teniendo en cuenta que a lo largo del año pasado fueron 600 y en estos primeros meses ya se han atendido 327 casos.
Una imagen del laboratorio en la sede del organismo en la Ciudad de la Justicia
Un dato negro, funesto, que demuestra el crecimiento de los delitos sexuales en las dos principales ciudades catalanas. Sobre la estacionalidad, si las agresiones se concentran en días épocas del año determinadas (verano) como ocurría antes, la doctora Milián aclara: «Ya no está tan centrada, el volumen en general es muy elevado». Es decir, se producen indistintamente de la época del año, aunque aún hay cierta diferencia entre el fin de semana y el resto de días laborables.
En la capital catalana, las agresiones sexuales -en lo alto de la tabla en el último lustro- han crecido un 4,1% solo en cuestión de un año, mientras que en L’Hospitalet se han disparado un 23%. De hecho, este uno de los motivos por los que se puso en marcha un servicio de guardia pionero en España, por el que ya se han interesado otros institutos forenses de distintas comunidades autónomas para hacer frente a las violencias sexuales. «Nos han llamado para conocer nuestra experiencia» admiten desde el organismo catalán, dependiente del Departamento de Justicia de la Generalitat.
«La unidad de guardia está teniendo un efecto muy positivo tanto a nivel judicial como a nivel médico-forense», señala Milián, quien habla de que ahora pueden hacer una «atención inmediata, con dedicación exclusiva» a la víctima, además de evitar «solapamientos en el 33% de los casos». «Una de cada tres actuaciones no se solapa con otras intervenciones y podemos actuar de forma más inmediata». «La víctima no debe esperar tanto en el hospital», insiste como ejemplo la doctora. También se reducen algunos trámites y pruebas incómodas para las personas que acaban de sufrir un abuso sexual.
Eneko Barbería, director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña, con las médicas forenses Sara Milián y Elena CanoAraba
La activación de la unidad se limita a los primeros siete días tras la agresión, porque es el tiempo en el que se posible hallar muestras biológicas válidas. Luego, se remiten al juzgado por si prospera la denuncia. En este sentido, con el servicio de guardia «se pueden recoger las muestras mucho más pronto», subraya Milián, un factor clave a la hora de aportar pruebas a una investigación judicial. «Hay que evitar demoras injustificadas y hacer un trabajo mucho más especializado», insiste la doctora forense.
¿Y dónde se analizan parte de las muestras recogidas? El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña se encuentra en el edificio oscuro de la Ciudad de la Justicia, justo al lado del marrón de la Fiscalía -se identifican por colores- y del amarillento de los juzgados de lo Social. En el sótano se ubica un gran laboratorio, además de cuatro salas dobles para autopsias, una individual y varios despachos. Aquí se analizan parte de las muestras biológicas y toxicológicas recogidas, y se interpretan los resultados obtenidos. Por ejemplo, una máquina de última generación que utiliza agua filtrada y purificada al 100% -no apta ni para beber- permite analizar muestras de sangre, orina o mucosas e identificar qué sustancias hay (cocaína, alcohol o cualquier tipo de estupefaciente) y cuánta cantidad de cada. Un aspecto determinante para resolver también casos de agresiones sexuales -además de homicidios, accidentes o lesiones- y saber, por ejemplo, si ha habido sumisión química.
El equipo de guardia especializado en violencias sexuales se ha impulsado junto a las Unidades de Valoración Forense Integral, para atender a las víctimas de delito desde los ámbitos biológico, pero también psicológico y social en los casos de violencia de género, sexual y otras violencias. En los informes que se realizasen incluye la valoración de la familia, del entorno y del investigado, una información que puede acabar resultando clave para el juzgado. En 2024 evaluaron 368 casos y desde febrero de ese año hasta ahora ya se han multiplicado y ya se han realizado unas 900 actuaciones.
Más que autopsias
En el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña trabajan un total de 350 empleados, 195 de ellos médicos forenses. Un porcentaje alto le equipara con Andalucía en cuanto a centros con más médicos forenses de España. «A veces el forense parece que solo esté haciendo autopsias de crímenes, y no es el caso», bromean en el organismo sobre la imagen pública que se proyecta de su profesión. No es el caso porque las autopsias no son, ni de lejos, las actuaciones más habituales, y la mayoría de ellas tampoco son por homicidios. Sobre el primer aspecto, el instituto forense catalán realiza al año más de 100.000 actuaciones, y de ellas solo 4.500 son autopsias. Los reconocimientos a lesionados (40.000) son los más habituales, por delante de las asistencias a juicios (11.000) o las valoraciones psiquiátricas (8.500).
Y, sobre el segundo aspecto, «de cada 100 muertos, un 1,5% lo son por homicidios», detalla Barberia. El resto son por causas naturales la gran mayoría, accidentes o suicidios al margen de los crímenes, tan mediáticos como excepcionales en el instituto forense de Cataluña.
Pionero en una guardia específica para violencias sexuales, el instituto forense catalán también es el único en el Estado que funciona como donante de tejidos de cadáveres (córneas, tejido musculoesquelético y piel, por ejemplo) a centros hospitalarios públicos, que se trasplantan a pacientes que lo necesiten.
En total, han contabilizado unos 150 donantes por año de los que se pueden beneficiar hasta 16.000 receptores, según los datos del 2024, que reciben las llamadas «multidonaciones» de diversos tejidos del cuerpo. «Con este servicio aportamos valor añadido en el momento de la muerte en el que podemos dar vida», zanja Barberia.