Publicado: abril 4, 2025, 4:07 pm
La empresa Tragsatec ha entregado en el Tribunal Supremo la documentación del proceso de selección de Jéssica Rodríguez, ex pareja sentimental de José Luis Ábalos, que ya ha admitido que nunca prestó servicio alguno pese a cobrar el salario correspondiente de las arcas públicas.
Entre los informes aportados, a los que ha tenido acceso EL MUNDO, se encuentran documentos en los que se evaluaba su capacitación profesional y se especificaba textualmente: «Puede que necesite ayuda para no cometer errores en trabajos muy exigentes».
Según informa la empresa pública, Jéssica estuvo destinada en el «Servicio de asistencia para el apoyo a la Gestión Presupuestaria, control sistemático de expedientes administrativos y soporte técnico en Adif Alta Velocidad para el periodo 2019-2021″. La amiga íntima de Ábalos se encontraba adscrita a la presidenta de Adif, cargo que desempeñaba entonces Isabel Pardo de Vera.
La entrevista laboral a la que fue sometida la ahora testigo fue solventada de manera satisfactoria: «Refleja actitudes de responsabilidad hacia el trabajo. Es muy probable que sea capaz de realizar de principio a fin una tarea consiguiendo un buen resultado».
«Parece ser capaz de controlar sus emociones en situaciones adversas en general, aunque en situaciones extremas puede tener que necesitar ayuda para reponerse», prosigue el estudio al que fue realizada la ex novia de Ábalos para su contratación. «Refleja actitudes de responsabilidad hacia el trabajo. Es muy probable que sea capaz de realizar de principio a fin una tarea consiguiendo un buen resultado», añade.
Tragsatec estimó que Jéssica había contestado en la entrevista de trabajo «de manera coherente» y «no ha mostrado ninguna tendencia a contestar lo que se espera, por lo que las respuestas parecen reales».
Notable en la evaluación final
La compañía decidió finalmente ponerle un 7 en la evaluación final tras calificar con un 10 la «orientación al cliente» de la ex pareja de quien fuera en ese momento ministro de Transportes. La nota más baja la obtuvo Jéssica en los apartados de «colaboración y cooperación» y «gestión de emociones». De tal forma que en las «competencias clave» obtuvo un 5,6 y un 8 en las «competencias secundarias».
Jéssica presentó en Tragsatec un currículum en el que comunicaba estar estudiando el grado de Odontología y una escueta experiencia laboral como «auxiliar administrativa en Ineco«, empresa pública dependiente de Transportes en la que también fue colocada y donde tampoco llegó a prestar trabajo alguno tal y como ella misma admitió al magistrado Leopoldo Puente, instructor del caso Koldo.
«En ese momento de mi carrera no tenía todas las asignaturas que debía tener y el señor Ábalos me dijo que era bueno que trabajase mientras estudiaba. Le di mi currículum, se lo mandé por WhatsApp y a finales de febrero me llamaron por teléfono. […] Me imagino que por encargo del señor Ábalos, sí, porque yo no había echado el currículum en ningún sitio».
La pareja del ex hombre fuerte del PSOE y del Gobierno de Pedro Sánchez estuvo dos años empleada en Ineco, dependiente del Ministerio de Transportes, y luego en cuestión de cuatro días fue contratada por Tragsatec. Su contrato con Ineco finalizó un domingo 28 de febrero y el 2 de marzo ya había sido contratada en Tragsatec, en un proceso de selección al que aspiraron 177 candidatos.
Investigación interna en Tragsa
Tal y como publicó EL MUNDO, el pasado miércoles, el presidente del Grupo Tragsa, Jesús Casas, expresó ante la comisión del Senado que investiga el caso Koldo, su indignación ante el caso de Jéssica Rodríguez, contratada como administrativo, a petición de Adif, que cobró un sueldo público sin acudir nunca a trabajar. Casas calificó este hecho de «lamentable» y «asqueroso» e insistió en que su labor es corregir lo que se haya hecho mal. También reconoció tener noticia de que, en algún documento interno de la empresa, Jéssica aparece como «la sobrina del ministro» y aseguró que si la investigación interna que está en marcha lo confirma depurará responsabilidades, incluida la suya propia.
«La empresa», explicó en la Cámara Alta, «tiene 27.000 empleados y firma más de 20.000 contratos al año y todo el mundo entra por méritos».
