Publicado: junio 4, 2025, 6:07 am

Evitar que Pedro Sánchez tenga que dar explicaciones a cuenta de la actividad de la militante socialista y ex alto cargo de Enusa y Correos, Leire Díez, con la intención de conseguir datos para desprestigiar a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. Esta es la estrategia puesta en marcha por el Gobierno y el PSOE que ayer se evidenció también en el Congreso cuando su presidenta, Francina Armengol, optó por no llevar a la «ronda de Mesa» -los contactos telefónicos que sustituyen la primera semana de mes a la reunión formal del órgano de gobierno de la Cámara- la calificación de la comparecencia del presidente del Gobierno para rendir cuentas del llamado caso Leire.
La decisión de no calificar ayer la petición del PP, reclamada también por otros grupos parlamentarios, lejos de ser una simple dilación parlamentaria implica evitar que el presidente acuda ante el Pleno para explicar un asunto del que tanto el Gobierno como el PSOE han intentado zafarse desde el primer día.
La maniobra implica retrasar hasta la semana que viene -hasta el martes día 10- la calificación de la comparecencia y, ello supone a su vez, aplazar hasta la siguiente -martes día 17- el debate sobre su oportunidad en la Junta de Portavoces que ya sólo podría fijar la fecha de celebración de la misma para la última semana del mes de junio, la que pone punto final al periodo ordinario de sesiones.
Se da no obstante la circunstancia de que esa última semana Sánchez no podrá acudir al Parlamento por encontrarse en La Haya participando en la cumbre de la OTAN.
La petición de comparecencia del presidente cuenta con el apoyo de Vox y Junts. E incluso ERC y Podemos han registrado su propia petición en el mismo sentido.
Los populares han reclamado la celebración de una Mesa extraordinaria para este jueves a fin de evacuar la calificación de la comparecencia pero lo hacen, aseguran, con nulas expectativas de lograrlo habida cuenta de que la convocatoria corresponde en exclusiva a Armengol.
Desde la presidencia del Congreso se argumenta que una comparecencia del presidente es un asunto que requiere de «debate político», razón por la cual debe sustanciarse en una reunión presencial de la Mesa y no en una ronda telefónica. Desde la oposición se replica que otras comparecencias de Sánchez, por ejemplo la celebrada a cuenta del apagón, se calificó en circunstancias como las actuales sin que se reclamara debate de ningún tipo porque así le interesaba al Gobierno. Y, en cualquier caso, añaden, el debate le corresponde a la Junta de Portavoces.
Para el portavoz de los populares, Miguel Tellado, «Armengol funciona como un árbitro comprado». En opinión del PP no hay duda de que su decisión encaja con la estrategia desplegada por un Gobierno «huído y forajido» para evitar rendir cuentas sobre las maniobras de Leire Díez a la que consideran un tentáculo del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
En el mismo sentido, los populares denuncian que Sánchez evitará una vez más acudir el próximo martes a la sesión de control del Senado -y ya se cumplen 15 meses de ausencia del presidente- e igual que él lo harán nueve ministros. Sánchez esquiva la Cámara Alta, dominada por la mayoría absoluta del PP, por considerarla terreno hostil.