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Apple tiró su sistema operativo a la basura y empezó de cero. Dos veces. Y todo para «no parecerse a Windows»

Publicado: abril 27, 2025, 8:01 am

Apple tiró su sistema operativo a la basura y empezó de cero. Dos veces. Y todo para "no parecerse a Windows"

A finales de los años 80 y durante toda la década de los 90, Apple vivió una de las etapas más intensas y caóticas de su historia. Muy lejos de la imagen de empresa sólida e innovadora que tenemos hoy, la Apple de entonces era un hervidero de ideas, pero también de dudas. Fue la época en la que Steve Jobs estuvo fuera de la compañía (1985-1997) y los directivos, temerosos de quedarse atrás, buscaban desesperadamente cómo mantener la identidad que había hecho únicos a los Mac.

El éxito inicial del Macintosh se había ido diluyendo mientras Microsoft y Windows ganaban terreno a pasos agigantados. Para muchos dentro de Apple, la mayor pesadilla era acabar siendo «otro Windows más», perdiendo la esencia que los diferenciaba. Así, Apple decidió jugárselo todo reinventando por completo su sistema operativo. Y no fue una, sino dos veces. Primero con Pink, un proyecto tan secreto y avanzado que parecía de ciencia ficción. Y después con Copland, la respuesta directa a la amenaza de Windows 95 y la promesa de devolver a Apple al centro de la innovación.

Pink: el primer gran salto (y tropiezo)

En 1988, el Mac OS original ya mostraba sus límites. No tenía multitarea real ni protección de memoria, y los ingenieros estaban cansados de parches sobre parches. Un grupo conocido como la «Gang of Five» planteó un ultimátum: o les dejaban crear un nuevo sistema operativo desde cero, o se marchaban. Así nació Pink, el proyecto secreto que muchos en Apple veían como la salvación del Macintosh.

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El nombre de Pink surgió casi por accidente, durante una sesión de brainstorming en la que las ideas más revolucionarias se escribían en tarjetas rosas (pink cards). El equipo, convencido de que estaban ante algo grande, se mudó a un almacén fuera del campus de Apple para trabajar sin interferencias. El secretismo era tal que nadie fuera del grupo podía ver el código ni probar el sistema, lo que llevó a situaciones tan surrealistas como que, mientras Pink desarrollaba su propio sistema de gráficos, otro equipo en Apple hacía lo mismo con QuickDraw GX, sin que ninguno supiera del otro.

Apple Taligent

Pink apostaba por una arquitectura completamente orientada a objetos, multitarea, memoria protegida y una interfaz gráfica avanzada, con iconos en 3D y ventanas no rectangulares. La memoria protegida era un salto enorme: cada programa tenía su propio espacio de memoria, aislado del resto. Así, si una aplicación fallaba, el resto seguía funcionando sin verse afectada. En los sistemas antiguos, un fallo podía colgar todo el ordenador. Con la memoria protegida, cada app iba por su carril.

Taligent Apple

El desarrollo, sin embargo, fue mucho más lento de lo esperado. La plantilla creció a más de 100 personas, pero el sistema seguía siendo inestable y apenas funcional. Las tensiones internas y la falta de resultados hicieron que varios miembros clave abandonaran el barco. Finalmente, en 1992 Apple decidió externalizar el proyecto y, en colaboración con IBM, Pink se transformó en Taligent. El objetivo era crear un sistema operativo multiplataforma, pero tras años de desarrollo, Taligent se canceló en 1998 sin apenas impacto en el mercado.

Como recogió el periodista Michael S. Malone en su libro Infinite Loop (1999), Pink fue «una idea hermosa: un sistema operativo radicalmente orientado a objetos que iba a hacer que Mac OS pareciera anticuado. Pero el proyecto creció en tamaño y ambición hasta que se volvió imposible de completar». Una sensación que muchos ingenieros del proyecto, como Donn Denman, también compartieron en su momento. Durante años, en los pasillos de Apple se repetía la broma: «¿Cuándo va a salir Pink? ¡Dentro de dos años!

Copland: la gran esperanza de los 90

Tras el fiasco de Pink, Apple necesitaba una respuesta urgente a Windows 95. Así nació Copland en 1994, con el objetivo de ser el Mac OS 8 que revolucionaría la informática personal. El nombre, siguiendo la tradición de Apple de bautizar proyectos con nombres de compositores (en este caso, Aaron Copland), era toda una declaración de intenciones. Incluso el siguiente sistema, que nunca llegó a ver la luz, iba a llamarse Gershwin.

Mac OS Copland

Copland apostaba por una arquitectura basada en microkernel (Nukernel), multitarea real, memoria protegida y una interfaz llamada Platinum, con temas personalizables y ventanas con pestañas. El sistema permitía, por ejemplo, copiar varios archivos a la vez, usar cuentas multiusuario y buscar archivos en tiempo real desde la barra de herramientas. Algunas funciones, como las carpetas «spring-loaded» (que se abrían solas al arrastrar archivos), se adelantaron años a su tiempo y más tarde inspirarían características de macOS.

Apple puso toda la carne en el asador: más de 500 ingenieros y 250 millones de dólares al año, además de una campaña interna que incluía camisetas y tazas de Copland para motivar a los equipos. Incluso se llegaron a distribuir versiones beta a desarrolladores, cuyos discos hoy son codiciados por los coleccionistas de software vintage.

Camiseta Macos Copland

Pero el desarrollo fue un caos. Cada equipo quería añadir su propia función estrella y el proyecto creció sin control. El resultado: retrasos, versiones beta inestables y promesas incumplidas. En 1996, con Apple perdiendo cientos de millones y sin un producto final, la dirección decidió cancelar Copland. Algunas ideas se reciclaron en Mac OS 8 y 9, pero el gran salto nunca llegó.

Gil Amelio, CEO de Apple en 1996, lo resumió años después con una frase muy gráfica en su propio libro: «Copland se nos fue de las manos. Era como intentar construir un avión mientras volaba».

Algunas de las ideas de Copland, como su buscador integrado, eran tan avanzadas que Apple reutilizó su concepto años después para patentar Spotlight, la búsqueda avanzada que llegaría mucho más tarde a macOS. Y es que tanto Pink como Copland no estaban faltos de innovación, sino más bien lo contrario: intentaron abarcar tanto que resultó imposible asimilarlo todo en una sola versión.

Copland

El giro inesperado: mirar fuera y empezar de verdad desde cero

Tras dos intentos fallidos de reinventar su sistema operativo, Apple tomó una decisión radical: dejar de intentarlo internamente y comprar la tecnología que necesitaba. En diciembre de 1996, adquirió NeXT, la empresa de Steve Jobs, por 429 millones de dólares. NeXTSTEP, su sistema operativo basado en Unix, se convirtió en la base de lo que hoy conocemos como macOS. Y con la compra, Jobs volvió a Apple, cambiando para siempre el rumbo de la compañía.

El nuevo sistema operativo, primero llamado Rhapsody y luego Mac OS X (lanzado en 2001), heredó la robustez de NeXTSTEP y añadió compatibilidad con aplicaciones clásicas de Mac. Así, Apple logró por fin un sistema moderno, estable, multitarea, seguro… y muy distinto a Windows. Desde ese momento, la evolución de macOS y el regreso de Steve Jobs marcaron el comienzo de la Apple que conocemos hoy, con productos y sistemas operativos que ya forman parte de nuestra vida.

Fuentes | Apple confidential 2.0, On the Firing Line e Infinite Loop

En Applesfera | macOS 16: todo lo que creemos saber sobre la nueva actualización del Mac

En Applesfera | Apple macOS: todas las versiones hasta la fecha, cómo saber la que estás usando y cómo actualizar el sistema operativo

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La noticia

Apple tiró su sistema operativo a la basura y empezó de cero. Dos veces. Y todo para «no parecerse a Windows»

fue publicada originalmente en

Applesfera

por
Guille Lomener

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