Publicado: abril 11, 2025, 9:39 am
Apple apunta a ser una de las empresas más damnificadas en la guerra arancelaria que mantiene Estados Unidos con gran parte del mundo y especialmente con China. Todo por mantener gran parte de la fabricación de dispositivos como el iPhone en China. Para Donald Trump la solución es sencilla: que los fabriquen en Estados Unidos. Para Apple, no es tan fácil.
De todos los planes que maneja Apple para impedir que los iPhone suban mucho de precio, el de fabricarlos en casa es el menos viable. No es algo que venga de ahora, de hecho, ya que es algo que se valoró en la época de Steve Jobs y que se volvió a valorar hace ocho años, en la primera etapa de Trump como presidente. Hay muchos motivos para ello, aunque el económico es el más importante. El Bank of America acaba de demostrarlo con datos.
Un aumento inviable de los costes de producción
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Tal y como vimos hace unos meses, para fabricar un iPhone 16 Pro Max, Apple necesita invertir aproximadamente 485 dólares (unos 433 euros al cambio). No es algo exacto, dado que el coste iPhone no cuesta únicamente lo que sus componentes le valen a Apple. Si bien en esta ecuación se añaden algunos costes indirectos, no están todos. Siempre hay que sumar elementos como la inversión en investigación y desarrollo, sueldos, costes de electricidad y agua en las fábricas, transporte y, por supuesto, aranceles.
Por tanto, y pese a que este terminal se venda en Estados Unidos por un precio mucho mayor (1.199 dólares antes de impuestos), el coste real de la producción es mayor. Y a eso hay que sumar el siempre esperable margen de beneficio para la empresa. El de Apple, según estiman en Bloomberg, es de alrededor de un 45%.
El caso es que, independientemente de por cuánto vendiese Apple un iPhone fabricado en Estados Unidos, los costes podrían aumentar hasta un 90%, según las estimaciones de Wamsi Mohan, analista económico del Bank of America.
Solamente en lo que a salarios se refiere, Apple tendría que invertir un 25% más. También habría que tener en cuenta que, como sucede ahora, el iPhone se compone de piezas de medio mundo y, pese a que el ensamblaje final se pudiese llevar a cabo en Estados Unidos, muchos de los componentes seguirían viniendo de China. Y eso, sabiendo de los aranceles a China han ascendido ya a un 145%, es lo que lleva a Mohan a creer que se incrementarían los costes en un 90% “o más”.
Con datos como el que tenemos del iPhone 16 Pro Max, esto supondría en el mejor de los casos que a Apple le costaría alrededor de 920 dólares. Eso reduciría al mínimo el margen de beneficio de la compañía. Así que parece inviable en cualquier caso si encima tenemos en cuenta que los costes indirectos de suministros también elevarían el coste.
Aunque Apple quisiera, es imposible hacerlo en el corto plazo
No obstante, a todo esto habría que sumarle una evidencia: Apple no tiene posibilidad de fabricar en Estados Unidos a corto plazo. No es cuestión de que un día Tim Cook levante el dedo y de repente arranquen las máquinas. Se necesita infraestructuras e inversiones también por parte de socios como Foxconn para levantar fábricas, algo que más allá de lo económico, resultaría impensable en el corto plazo por la dificultad que entraña a nivel logístico.
Donald Trump ya visitó la fábrica de Mac Pro en Austin en 2019 (Imagen: Evan Vucci)
Apple ya ensambla algunos Mac Pro en Estados Unidos desde hace años. En Austin (Texas) más en concreto. Podríamos pensar que esa misma planta puede servir para fabricar iPhone, pero nuevamente nos equivocaríamos. Por su naturaleza, el nivel de demanda del Mac Pro es inferior al de un iPhone. No hay más que ver como, solamente en 2024 los teléfonos supusieron un 51,5% de los ingresos anuales de Apple, muy por debajo de lo que obtuvo toda la familia Mac al completo (un 7,7%).
Y aunque Apple quisiese aprovechar esa planta ya existente, ampliarla y acondicionarla para fabricar también iPhone no es una cosa sencilla. También les supondría una alta inversión y, al igual que para abrir una nueva, tampoco se podría llevar a cabo en poco tiempo.
Por tanto, y muy a pesar del deseo de Trump, los planes de Apple parecen abocados a seguir fabricando fuera. La exención arancelaria sigue siendo la mejor opción y el presidente abrió ayer las puertas a esta posibilidad. También en manos de Apple está negociar nuevos precios con proveedores o tratar de buscar otros situados en países con menores tasas arancelarias.
También conviene recordar que sobre la mesa está la idea de ofrecer nuevos servicios de suscripción al iPhone, una medida con la que mitigar las posibles subidas de precio. Sería algo así como un leasing en el que los clientes pagan mensualmente una cuota a cambio de tener el último iPhone, con la opción de renovarlo cuando salga uno nuevo o entregarlo sin más.
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La noticia
Ante la guerra comercial con China, nos preguntamos cuánto costaría fabricar los iPhone en EE.UU. Bank of America tiene la respuesta
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Álvaro García M.
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