Publicado: agosto 4, 2025, 2:07 am

Pedro Sánchez quiere agotar la legislatura. Tras comprobar que, por ahora, sus socios no tienen pensado tumbarlo, prepara un «reseteo» y una batería de medidas para enfilar el otoño con garantías de mantenerse en el cargo otro año. Con o sin Presupuestos Generales del Estado. «Ni tan mal» es el nuevo lema. Pero incluso en Moncloa reconocen que la incertidumbre domina el calendario: «Esto puede durar dos meses o dos años».
Por eso, el PP ha activado el modo electoral de manera preventiva. Nadie entre la dirigencia de los populares sufre esa ansiedad paralizante de necesitar elecciones ya, pero todos quieren estar preparados para mantener la tensión entre sus cuadros. Alberto Núñez Feijóo no descarta en absoluto que Sánchez active el botón rojo según evolucione la investigación judicial sobre el caso Cerdán.
Lo mismo les ocurre a los barones del PP. Al menos los presidentes de Andalucía y Castilla y León contemplan adelantar las elecciones autonómicas para coincidir con las generales, si Sánchez decide sorprender. Se trata de dos comunidades donde el desgaste el PSOE es intenso, como revela la encuesta sobre el reparto territorial de escaños que hoy publica EL MUNDO. Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco tienen ya decidido ese adelanto. Y desde Extremadura señalan que «no es algo que se contemple en estos momentos, pero no es descartable si el objetivo es consolidar un proyecto». Mientras, en Aragón, aunque priorizan los presupuestos, estudiarían esa posibilidad si Sánchez se lanza al ruedo.
«Pedro tendrá que decidir si es mejor que haya elecciones después de las autonómicas y municipales», dicen a EL MUNDO en el Gobierno, o si les hace caso a los alcaldes y dirigentes territoriales que le piden que celebre antes el plebiscito sobre sí mismo, para no perjudicarles como en mayo de 2023, cuando los ciudadanos le dieron una patada a Ximo Puig, Javier Lambán, Francina Armengol, Guillermo Fernández Vara y Ángel Víctor Torres. Sólo Emiliano García-Page revalidó su mayoría.
Por eso muchos socialistas ven factible la coincidencia de las generales con las andaluzas, que tocan en junio de 2026. Aunque nadie se atreve a hacer pronósticos, y cunde en el Consejo de Ministros una sensación de indeterminación, como de vivir en una larga campaña sin urna.
CASTILLA Y LEÓN
En todo caso, las primeras elecciones en el calendario político son las de Castilla y León, en febrero de 2026. Fuentes de la Junta aseguran a este diario que se tirarían «de cabeza» a hacer coincidir las elecciones autonómicas con la generales, si Sánchez las adelantase al próximo otoño. Es sólo una hipótesis, pero ya se ha analizado en el seno del Gobierno regional de Alfonso Fernández Mañueco, y se ha llegado a la conclusión incontrovertible de que sería positiva la doble urna.
ANDALUCÍA
Esta comunidad también podría sumarse a una convocatoria electoral de racimo si Sánchez se decidiera a disolver el Parlamento a la vuelta del verano o en el primer trimestre del año. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, lo dijo abiertamente en la entrevista a EL MUNDO publicada el pasado 27 de julio, que disparó las alertas en la oposición: «Si existe un periodo corto de tiempo entre las generales y la fecha prevista para las andaluzas (junio de 2026), lo razonable sería una convocatoria conjunta». Esta declaración constituye una novedad en el discurso de Moreno pues el PP siempre ha reclamado para Andalucía el derecho a celebrar un debate propio, en clave andaluza, que no se vea contaminado por lo nacional.
En las últimas convocatorias, los resultados han sido mejores para el PSOE en las generales que en las autonómicas, lo que podría hacer temer una suerte de efecto contagio que pudiera perjudicar los intereses del PP andaluz. De hecho, Sánchez obtuvo en Andalucía, en 2023, 564.224 votos más que Juan Espadas en las autonómicas de 2022, cuando logró 888.325 votos, fijando un paupérrimo suelo para el PSOE andaluz.
¿Qué ha pasado entonces para que Juanma Moreno apueste ahora por una convocatoria conjunta? El propio presidente daba una de las claves: «Los andaluces tienen nivel democrático como para diferenciar su voto en una convocatoria a dos urnas». Ese riesgo de contagio se ha demostrado que es infundado, viene a decir Moreno. Por no hablar de cómo se ha deteriorado en los últimos meses la marca PSOE y la marca Sánchez.
Pero hay otras razones que también pesan y tienen que ver con la enorme incertidumbre sobre los resultados en una realidad política tan fragmentada t convulsa, a golpe de escándalos políticos. El triunfo más que probable (a tenor de las encuestas) de Feijóo no garantiza, como ya se ha comprobado, que el presidente del PP vaya a llegar a Moncloa. Y la fortaleza que exhibe Vox en los sondeos preocupa a los estrategas populares: por el voto que pueda arrebatarle al PP y porque complique una hipotética investidura exigiendo una parte de la tarta del Gobierno que, de momento, Feijóo no cede.
Un gobierno de coalición PP-Vox daría a la izquierda y al PSOE la munición necesaria para reactivar al electorado progresista, para recuperar el apoyo. El escenario post electoral (en el caso de unas generales adelantadas) podría ser menos propicio que el actual para los barones del PP.
Por otro lado, el presidente de la Junta reconocía, en esa entrevista, cómo Vox podría estar arañando algunas décimas al PP por el desgaste de su Gobierno y por cómo los últimos escándalos generan desafección. El descrédito general afecta tanto al PSOE como al PP, y alimenta a los «radicales», admitía Moreno.
La última encuesta de la Fundación Centra -el CIS andaluz, que depende de la Consejería de Presidencia- no llegaba a poner en peligro la mayoría absoluta de Moreno pero sí reducía al mínimo su margen, otorgándole una horquilla de entre 55 y 57 diputados (la mayoría absoluta está en 55), frente a los 58 escaños actuales. El mayor crecimiento, según ese sondeo, lo registra Vox, pasando de los 14 diputados a entre 16 y 18. En esa coyuntura, unos meses de adelanto podrían ser cruciales para los intereses del PP.
EXTREMADURA
Con un gobierno regional sin presupuestos y un rival, el PSOE, todavía aturdido tras perder la presidencia de la Junta de Extremadura, con problemas internos con el liderazgo de Miguel Ángel Gallardo y su polémico aforamiento exprés, además de estar procesado por los delitos de prevaricación y tráfico de influencias a la espera de que se fije la fecha del juicio del caso del hermanísimo, un posible adelanto de las elecciones generales no sería visto «con malos ojos» por el PP en esa comunidad autónoma. Fuentes cercanas a la Junta afirman que se trata de una opción «no descartable», sobre todo, «si el objetivo es consolidar un proyecto, buscar estabilidad política o seguir encarrilando una buena gestión con el respaldo renovado de los ciudadanos».
De hecho, el runrún del adelanto electoral ha existido durante todo 2025, justo desde que en el segundo ejercicio de la legislatura Guardiola se viera obligada a retirar los presupuestos tras fracasar, primero, sus negociaciones con Vox y, posteriormente, con el PSOE. Así, en su segundo año de legislatura, gobierna con las cuentas prorrogadas, unos presupuestos que sí salieron adelante debido al pacto de coalición que se alcanzó tras los resultados de las pasadas elecciones autonómicas que, no sin dificultades y también con polémica, le dieron la presidencia de la Junta a la baronesa extremeña.
Sin embargo, la salida de Vox de los gobiernos autonómicos el pasado verano rompió el acuerdo en Extremadura y desde entonces el PP gobierna en minoría y sin poder aprobar las cuentas. Con las encuestas a favor de Guardiola (las elecciones europeas ya le dieron cinco puntos de ventaja y el sondeo de Sigma Dos para EL MUNDO de este mes de mayo le otorga a Guardiola el 41,8% (29-30 diputados), a tres-cuatro escaños de la mayoría absoluta, mientras que el PSOE se queda en mínimos históricos con el 36,7%, y 25-26 diputados. En los últimos comicios, hubo empate a 28 escaños y Vox se convirtió en la llave con 5 diputados, por 4 Unidas por Extremadura (Podemos-IU).
Durante los primeros meses del año, y tras confirmarse que no se podían sacar adelante los presupuestos, el gobierno regional del PP, se planteó adelantar las elecciones ante un posible bloqueo de leyes en la Asamblea, pero decidió continuar e intentar agotar la legislatura. Sin embargo, un posible segundo fracaso para sacar adelante los presupuestos podría precipitar el adelanto, aunque oficialmente desde el gobierno de Guardiola siempre se ha hablado de otorgar «estabilidad» a la región y, en el fondo, desconocen las consecuencias de unir el voto autonómico con el nacional. En Extremadura nunca se ha producido un adelanto electoral.
«Sí hemos cumplido con la obligación de presentar las cuentas cada ejercicio, a diferencia de Pedro Sánchez, que lleva años incumpliendo. En cuanto a la opción de adelantar elecciones, en estos momentos no es algo que se contemple», señalan desde la Junta, con el matiz, crucial, ya reseñado: «La opción de adelantos electorales no es descartable».
La apertura de juicio oral al líder del PSOE en Extremadura por el caso del hermanísimo y, sobre todo, su erosión por el aforamiento exprés es una posibilidad que se ha barajado para un posible adelanto electoral. Guardiola aprovecharía así la debilidad reputacional de Gallardo para acudir a las urnas y lograr una mayoría absoluta, de momento lejana por la fortaleza de Vox como marca, que también repercute en Extremadura (Sigma Dos le daba un diputado más en la región extremeña).
ARAGÓN
El presidente de Aragón, Jorge Azcón, solemnizó el miércoles su intención de aprobar el presupuesto regional de 2026 y no convocar elecciones. Pero fuentes de su Gobierno aseguran que estudiarían la convocatoria en caso de adelanto de las generales, porque «tendría sentido» no someter a los ciudadanos a más tensiones electorales, y para reforzar el plebiscito a Sánchez, toda vez que la candidata aragonesa del PSOE sería nada menos que la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. Sin embargo, por ahora ni siquiera han entrado a valorarlo. No le queda lejos una mayoría que ya no dependiese del apoyo de Vox.
BALEARES, MURCIA…
Como Azcón, otros barones no quieren hablar de adelanto. Unos, porque ya tienen presupuestos, como Prohens en Baleares y López Miras en Murcia; otro, como Azcón, porque su preocupación es sobrevivir y otros, porque, como Ayuso en Madrid o Rueda en Galicia, gobiernan con placidez.