Publicado: febrero 15, 2025, 12:07 am
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La apuesta de Santiago Abascal por Donald Trump es firme. No dejó de defenderle pese a la amenaza de imponer aranceles a España y tampoco lo hace ahora que su postura respecto a la invasión de Ucrania diverge de las tesis que venía sosteniendo Vox. Conservar y fortalecer su relación con el presidente estadounidense es ahora una prioridad para Abascal, que así parece dispuesto a justificar y respaldar sus decisiones aunque estas choquen con el ideario de su partido.
En Vox no ignoran que algunos de los movimientos que ha puesto en marcha Trump desde su llegada a la Casa Blanca provocan discrepancias en las bases de la formación y, por ello, evitan pronunciarse al respecto o lo hacen con ambigüedades. Sin embargo, lo que terminan diciendo -y no diciendo- da cuenta de que su postura pasa por ir de la mano del republicano sea cual sea la materia. Creen que el rédito que pueden sacar de esa «alianza» es mayor que lo que pierden por no oponerse a medidas que erosionan su propio argumentario y, así, el plan a seguir es el de hacer propias las banderas de Trump.
Abascal lo puso ayer de manifiesto en el que fue –casi 48 horas después– su primer y por ahora único pronunciamiento sobre el inicio de negociaciones de paz entre Trump y Putin para poner fin a la invasión de Ucrania. Fue el propio presidente estadounidense quien lo anunció el pasado miércoles en sus redes sociales, defendiendo esas conversaciones porque «la guerra debe terminar». Y esa misma tesis la adoptó ayer el líder de Vox: «Creo que hay que estar con aquellos que defendemos la paz, con aquellos que defendemos el fin de la agresión rusa».
Así, en un vídeo de dos minutos publicado en su cuenta de X, Abascal trasladó la postura del partido ante los últimos movimientos de Trump. Abogó por la «paz», pero sin mencionar en ningún momento a Ucrania, y defendió el fin de la invasión, aunque sin matizar en qué términos debería producirse el acuerdo ni cómo deben quedar dibujadas las fronteras. Ni siquiera reclamó que se tenga en cuenta a Volodimir Zelenski o a Europa a la hora de pactar el fin de la invasión.
Mientras dirigentes de PSOE y PP se pronunciaron en defensa de una «paz justa» para Ucrania -como venía defendiendo Vox-, Abascal se alineó con Trump y le dio su voto de confianza para que negocie con Putin sin poner condiciones al acuerdo. Preguntadas por si quieren matizar su postura en algún sentido, fuentes del partido se reafirman: «Seguimos donde estábamos: elogiamos la figura de un presidente de Estados Unidos que busca la paz». E insisten: «Lo mejor de una guerra es cuando termina y esta debe terminar».
Aunque dicen estar a la espera de conocer cómo avanzan las negociaciones que ha iniciado Trump para posicionarse al respecto, en Vox por el momento respaldan los movimientos del presidente estadounidense. Desde el partido transmiten que su premisa es la de defender la «soberanía de las naciones y la integridad del territorio», pero no mencionan expresamente que estén del lado de Ucrania en este aspecto, reservándose así margen de maniobra ante los posibles términos de «paz» que pueda acordar Trump.
Esta postura de Vox contrasta con las exigencias que venía reivindicando la formación desde que en febrero de 2022 se produjo la invasión rusa. «Debemos condenar el brutal ataque a la soberanía de Ucrania y exigir a Vladimir Putin que dé marcha atrás», escribió Abascal en su cuenta de X el día que Rusia entró en el país vecino. Una semana después, sobre la tribuna del Congreso, acusó a Putin de ser «culpable de una gravísima violación del derecho internacional» y apuntó que la comunidad global «tiene el deber de aplicar las más graves sanciones a Rusia por [esa] agresión». Ahora, sin embargo, el líder Vox respalda a Trump en sus negociaciones por la «paz» sin matizar en qué condiciones debe esta producirse.
El cierre de filas de Abascal con el estadounidense -ya venía defendiéndolo en materia arancelaria pese a la amenaza que esto supone para España- se produce en vísperas de que, la próxima semana, el líder de Vox viaje a Washington para asistir a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), la cumbre del trumpismo. Una cita en la que aún se desconoce si se verá con el republicano, como sí sucedió el año pasado.
Además, la postura fijada ayer por Abascal respecto a las negociaciones de paz con Rusia le acerca también a sus actuales «socios» europeos en una materia en la que mantienen ciertas discrepancias. Cuando Putin invadió Ucrania, Vox se alineaba en Europa con la italiana Giorgia Meloni y el polaco Mateusz Morawiecki, ambos firmes en la oposición al presidente ruso. Ahora, sin embargo, va de la mano de la francesa Marine Le Pen y el húngaro Viktor Orban, cuyas relaciones con Putin han sido objeto de controversia en las bases de Vox. Abascal, ayer, se reafirmó al lado de sus «aliados», desde Trump hasta Orban.