Publicado: septiembre 14, 2025, 10:07 pm

El conservadurismo, la derecha y la extrema derecha de todo el mundo se han conjurado este domingo en el Palacio de Vistalegre (Madrid) contra la izquierda, lo «progre» y los «extremistas», con el asesinato del activista Charlie Kirk como telón de fondo. Lo han hecho desde el portugués André Ventura hasta el argentino Javier Milei y la italiana Giorgia Meloni, que han intervenido por vía telemática en la cumbre que Vox celebra este fin de semana. Y también Santiago Abascal, como anfitrión de la cita, ha elevado el tono tras lo ocurrido en Utah (EEUU), que se ha convertido en el pretexto para renovar el frente común.
«El asesinato de Kirk no es un caso aislado, es la evidencia repetida de que la izquierda no renuncia a la violencia. Al revés, la promociona y la utiliza para eliminar a sus rivales políticos», ha afirmado Abascal, que ha hecho una analogía entre lo sucedido en EEUU y los crímenes de ETA. «Lo han hecho en España hasta antes de ayer», ha señalado, en un discurso duro en el que ha dicho saber «personalmente quiénes son».
«Lo peor no son sus balas, lo peor es el miserable cinismo con el que justifican sus asesinatos», ha insistido el líder de Vox, para acusar a la «propaganda progre» de «culpar a las víctimas y disculpar a los criminales». «No nos matan por ser fascistas, nos llamas fascistas para matarnos», ha llegado a afirmar Abascal, una proclama por la que ha sido ovacionado por las 8.500 personas congregadas en Vistalegre -según datos de la organización-.
A estos mensajes sobre el asesinato de Kirk se han sumado los dirigentes internacionales que han participado en la cumbre. «Este hecho solo fue una prueba más de lo que es la izquierda en estado puro: odio y resentimiento», valoró el presidente argentino, que intervino en directo en el acto. «Toda nuestra fuerza en estos momentos en que muchos se están juntando para intentar hacerte daño», le trasladó Abascal, a lo que Milei contestó: «La causa de la libertad es de todos, la izquierda y estos terroristas asesinos no nos la van a sacar».
La cita se presentaba algo descafeinada por la ausencia -presencialmente- de grandes «líderes»: Meloni, Milei y Viktor Orban, que sí acudieron a otras citas de Vox, han intervenido esta vez por vídeo. La participación de la primera ministra italiana, que ya no comparte grupo europeo con Abascal, ha sido la principal sorpresa de la mañana: «[Kirk] pagó con su vida el precio de su libertad. Su sacrificio nos recuerda una vez más de qué lado están la violencia y la intolerancia», ha dicho Meloni, que ha enunciado un discurso centrado en la necesidad de Europa de «volver a ser protagonista en el escenario global».
La primera ministra italiana afirmó que Vladimir Putin «no parece estar interesado en la paz», «a pesar de la importante iniciativa que puso en marcha el presidente [Donald] Trump«, y pidió seguir proporcionando la «ayuda necesaria» a Kiev. Sobre la situación en la Franja de Gaza, Meloni defendió la necesidad de construir «una perspectiva de paz que reconozca el derecho de los palestinos a tener un estado propio y a Israel a vivir seguro, sin la amenaza del terrorismo». Esta tesis, sin embargo, no fue compartida por otros dirigentes que tomaron la palabra: el portugués André Ventura cargó contra la flotilla que salió de Barcelona rumbo a Gaza y Abascal solo insistió en acusar a Pedro Sánchez de ser «el mejor aliado de Hamas en Europa».
«No vamos a aceptar que proclamen el califato de Bruselas»
Vox había dibujado este acto como el arranque oficial del nuevo curso político, y el presidente del partido se ha subido al escenario rodeado de sus afines para enunciar un discurso en un tono más agresivo de lo habitual, dejando claro que no hay «patinazos» entre sus tesis, por muy polémicas que resulten. «Hay que confiscarlo y hundirlo», ha vuelto a reclamar, en referencia al barco Open Arms: «No se nos ha calentado la boca, no ha sido una provocación».
Así, la inmigración ha sido el otro eje del discurso de Abascal. «No vamos a aceptar que proclamen el califato de Bruselas», ha afirmado, para sintetizar en una idea el mensaje al que Vox viene dando vueltas en los últimos meses: «No nos vamos a ir, se van a ir ellos. Y se tienen que ir todos, todos los que han venido a delinquir. Billete de vuelta, a las cárceles de su país, ¡fuera!», ha proclamado, poniendo al auditorio en pie. La tesis la han repetido, antes que él, todos los dirigentes internacionales que, por vía telemática o presencialmente, han intervenido en la cumbre.
«Todos los que pretenden imponer su religión por encima de nuestras leyes. Todos los que prediquen su guerra santa. todos los que quieren encarcelar a la mujer detrás de una capucha. Todos fuera», ha defendido Abascal, llamando incluso directamente a la expulsión de los menores migrantes no acompañados: «No es un castigo, es un premio, porque los menores donde tienen que estar es con sus padres y no en un secuestro institucional».
Al hilo de la materia migratoria, Abascal ha cargado contra todo el abanico político, nacional y comunitario, postulándose como la «alternativa». «No ha llegado Europa hasta aquí para que la izquierda islamista y la complicidad del PP se la acaben entregando a los hooligans de Osama bin Laden», ha llegado a decir.
A los populares los ha acusado además de «no querer» formar una alternativa con Vox -y con las fuerzas de la extrema derecha del Parlamento Europeo-. «Lloran porque les llamamos derechita cobarde o estafadora», ha ironizado, para agregar: «Somos incluso buenos, porque han traicionado todo sin excepción. No hay ninguna política socialista a la que hayan renunciado o que haya revertido».
Sánchez «no puede escuchar la canción del verano»
Si lo habitual en los actos de Vox es escuchar «vivas» a España y a Abascal, este domingo el lema más coreado en el Palacio de Vistalegre no ha sido ese. «Pedro Sánchez, hijo de puta», gritaban los asistentes de vez en cuando, y en una de esas ocasiones lo han hecho en respuesta a unas palabras del líder del partido.
«Al psicópata que ocupa la Moncloa le dan exactamente igual las consecuencias que sufran los españoles. Yo sinceramente creo que los odia, odia a su pueblo porque no puede salir a la calle, no puede escuchar la canción del verano», ha dicho el dirigente de Vox, en referencia a los vídeos viralizados en redes de los insultos contra Pedro Sánchez en ferias de distintos pueblos.
«La canción del verano tendría que haber sido ‘Pedro Sánchez, chulo de putas'», ha respondido Abascal cuando el público ha empezado a corear el insulto al presidente del Gobierno.
Contra el jefe del Ejecutivo español ha cargado también el líder de la extrema derecha portuguesa, André Ventura: «Tenemos que echar a Pedro Sánchez a la cárcel. […] Si yo fuera primer ministro español, lo haría como primera medida», ha enunciado, despertando la ovación de los asistentes.