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Ábalos afronta en el Supremo «a pecho descubierto» el interrogatorio por el dinero en metálico del PSOE y con temor de acabar en prisión

Publicado: octubre 15, 2025, 8:07 am

El ex ministro de Transportes José Luis Ábalos comparece hoy en el Tribunal Supremo para dar explicaciones por el origen del dinero en metálico que manejó a raíz de ser nombrado miembro del Gobierno de Pedro Sánchez. El magistrado Leopoldo Puente lo ha citado a declarar tras analizar el informe donde la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil donde se detectaron «desembolsos» de 95.437 euros del ex dirigente del PSOE que provendrían de «ingresos no declarados» por el actual diputado del Grupo Mixto. Una parte de esos ingresos procedían de Ferraz.

La comparecencia de Ábalos ha venido precedida del intento -inútil- del ex secretario de Organización del PSOE de retrasar su declaración ante Leopoldo Puente, instructor del caso Koldo. Ábalos ha llegado al Supremo esta mañana, a las 9.15 horas. Ha bajado de un taxi, en el que viajaba solo, tras haber dejado su coche en el cercano Congreso de los Diputados. A diferencia de otras ocasiones, no viajaba con él su hasta ahora abogado, José Aníbal Álvarez, a quien sí se le ha visto después también llegar al Alto Tribunal.

Fuentes jurídicas indican que el interrogatorio que realizarán tanto el magistrado Puente como el fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, se centrará en preguntas sobre el origen del dinero en metálico que manejó Ábalos desde que fue nombrado titular del Ministerio de Fomento, después de que el informe de la UCO evidenciase el empleo de pagos a través de sobres, con el membrete del PSOE y recibidos en la sede.

Asimismo, las fuentes consultadas indican que gran parte de la comparecencia también versará sobre papel desempeñado por su ex asesor, Koldo García, como gestor de esos fondos de origen desconocido. El juez Puente ya ha señalado que los indicios atesorados en la causa desmontan la tesis defendida por Ábalos sobre su relación con Koldo como un asesor más dentro del Ministerio aunque éste último asumiera la realización de «ciertos encargos domésticos» para el ex dirigente socialista.

Ayer, el juez Puente dictó un nuevo auto donde señaló que la maniobra de Ábalos tenía como «propósito entorpecer o perturbar el normal desarrollo del procedimiento» judicial y añadió que la renuncia a su abogado horas antes de declarar «únicamente» podía entenderse «como efectuada en fraude de ley». En la resolución, Puente adelantó además que, una vez que haya declarado, Ábalos se enfrentará a la comparecencia prevista en el artículo 505 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, es decir, la vistilla de imposición de medidas cautelares. El ex ministro ya tiene cautelares impuestas como son la obligación de comparecer de forma quincenal en el juzgado más próximo de su domicilio, la retirada del pasaporte y también la prohibición de abandonar España. El temor de Ábalos es poder acabar en prisión preventiva como ya lo está el también ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.

Quien fuera hombre total confianza del presidente Sánchez tiene previsto hoy volver a defender su inocencia en el Supremo. «Iré a pecho descubierto porque no tengo nada que ocultar», sostiene el ex ministro en conversación con EL MUNDO. Lo cierto es que una posible colaboración con la Justicia está más lejos que nunca. De hecho, el imputado ha reprochado durante los últimos meses a su letrado, José Aníbal Álvarez, haberle creado un «clima de presión» con filtraciones a los medios de comunicación para que dejase el acta de diputado y alcanzase un pacto de conformidad con la Fiscalía Anticorrupción. El ex ministro le ha venido trasladando a Aníbal su negativa a aceptar este planteamiento y le ha reiterado su intención de defender su inocencia así como de mantener el acta de diputado, que considera que en estos momentos es «su único medio de vida».

Una estrategia política

Prueba de que Ábalos ha querido imponer su criterio fue el último escrito presentado ante el Tribunal Supremo en el que se dirigió con dureza al Alto Tribunal y a la Guardia Civil, refiriéndose al primero como un «Tribunal de la Inquisición» y al Instituto Armado, como un órgano que «ve casas donde no las hay», en referencia a la atribución errónea de un inmueble en Colombia al ex ministro. En este escrito está la línea argumental que quiere mantener en su defensa: «De lo practicado hasta la fecha no se ha encontrado nada extraño en lo que se refiere a recibir dádivas de carácter económico».

Por su parte, el letrado José Aníbal recrimina a Ábalos el haberse reunido durante los últimos meses con otros letrados para que le aconsejen sobre la estrategia de defensa que debe seguir, algunos de los cuales le dieron consejos coincidentes con el de Aníbal. Esto es, que alcance un acuerdo de conformidad con el Ministerio Público para rebajar su previsible condena y evitar su ingreso en prisión. El malestar por estos encuentros se ha acrecentado durante los últimos días al haberse visto Ábalos con la abogada de Koldo García.

Los últimos reproches cruzados provocaron la ruptura definitiva pero quedó en el aire cómo se iba a articular. Ábalos le pidió a Aníbal que renunciara voluntariamente a su defensa, extremo al que se negó el letrado al considerar que no estaba dispuesto a actuar así a pocas horas de una declaración clave en el Tribunal Supremo.

Por su parte, el juez Puente sostuvo ayer que la conducta del letrado de Ábalos ha sido «objetivamente irreprochable, interviniendo en los interrogatorios practicados hasta ahora; interesando la práctica de las diligencias u oponiéndose a las que no consideraba de interés para los derechos e intereses de Ábalos Meco». Durante las horas previas a su comparecencia, y según ha podido saber este diario, Ábalos ha mantenido conversaciones con varios letrados para elegir a su nuevo defensor. Sin embargo, al cierre de esta edición, Ábalos seguía sin cerrar la contratación de un nuevo letrado.

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