Publicado: septiembre 6, 2025, 1:07 am

Estética paramilitar y uso cada vez más frecuente de armas de guerra, de las que se hace exhibición en las redes sociales y se ha llegado a utilizar incluso en alguna disputa familiar. Los fiscales de la lucha contra el narcotráfico han trasladado a sus órganos superiores la escalada de violencia que se está dando entre los clanes de la droga, donde los asesinatos y desapariciones relacionados con los vuelcos (robo de droga entre las organizaciones) están a la orden del día y los ataques a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son cada vez más frecuentes.
Así se recoge en la Memoria de la Fiscalía General del Estado, que dedica un apartado especial a la lucha contra la droga. En el documento, se subrayan los avisos que han llegado desde varias fiscalías provinciales, entre ellas la de Huelva, sobre cómo se ha incrementado el uso de la violencia y de las armas de guerra. «Hemos pasado de una o ninguna causa con armas de guerra a que, en casi todas las desarticulaciones de organizaciones criminales, aparezcan estas y sus municiones. O que las descargas de hachís se aseguren por individuos encapuchados con apariencia paramilitar y kalashnikov en mano, lo que ha causado una gran alarma social, no sólo a nivel provincial, sino también nacional».
El uso de estas armas -continúa la Fiscalía de Huelva- es constante, así como los heridos y «desaparecidos», «empleando violencia extrema entre los propios delincuentes para los famosos «vuelcos», así como para castigar las pérdidas de la mercancía. «El uso de estas armas viene asociado, además, con una difusión de la ostentación de estas en redes sociales, con lo que la inquietud ciudadana es preocupante. Se ha llegado a tal punto que incluso existe una causa judicial en la que un investigado ha usado y presumido del uso de un AK47 para la resolución de un conflicto familiar por la custodia de menores».
La situación no es nueva y ya se puso de manifiesto a raíz del tiroteo vivido en la barriada de las Tres Mil Viviendas de Sevilla, donde las mafias de la marihuana tienen decenas de pisos ocupados con plantaciones de interior. En octubre del año pasado, un enfrentamiento entre dos clanes acabó con unas ráfagas al aire disparadas con armas automáticas como las que se utilizan en los conflictos bélicos. Los vídeos en los que se oía el tiroteo se difundieron en las redes sociales y sembraron la alarma. La Policía realizó varias redadas días después que se saldaron con varios detenidos y numerosas plantaciones desmanteladas, pero no se halló rastro del arma. Hasta el pasado mes de abril cuando, tras un nuevo enfrentamiento con disparos, se realizó una nueva intervención policial en la zona y, en un búnker, se halló un fusil de asalto del tipo kalashnikov, que estaba preparado para su uso, junto a 49 cartuchos de fusil de guerra, 29 de arma corta y dos chalecos antibalas.
También la Fiscalía de Jerez ha dejado constancia en la última memoria del incremento de incautaciones de armas de fuego, muchas de ellas automáticas, «que anuncian una violencia que ya se observa contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con materialización en un disparo realizado este año contra un agente de la Guardia Civil que trataba de impedir una descarga de una embarcación de alta velocidad».
«Espectáculo lamentable de las narcolanchas»
Andalucía sigue siendo -anota la Fiscalía General del Estado- una de las comunidades autónomas más afectadas por el fenómeno del narcotráfico y, desde el punto de vista de visibilidad es, sin duda, la comunidad más señalada «debido al espectáculo lamentable y llamativo del uso de narcolanchas que hace notorio a la ciudadanía un fenómeno como el tráfico de drogas que, por su esencia, suele estar oculto y trata ordinariamente de pasar desapercibido».
La exhibición constante a plena luz del día de estas embarcaciones de alta velocidad que son, además, género prohibido constituye «un desafío abierto al Estado que requiere una respuesta firme y adecuada». La Memoria subraya la «alarma e impotencia» ante este fenómeno «que se torna cada vez más grave puesto que, como reflejan las memorias de los delegados de la Fiscalía Antidroga en Almería, Cádiz, Huelva y Sevilla, las narcolanchas no se quedan ya en el Estrecho, sino que amplían su itinerario por las costas de las provincias colindantes y entran incluso por el Guadalquivir«.
Por otro lado, la Fiscalía subraya cómo Málaga se consolida en números globales como la tercera provincia, tras Barcelona y Madrid, por este orden, con más procedimientos sobre tráfico de drogas. En buena parte se debe a que la presión policial en el Campo de Gibraltar desplaza las actividades de los narcotraficantes a la Costa del Sol y siguen incrementándose los lugares en la zona de Axarquía donde se introducen las embarcaciones semirrígidas, pero sobre todo «refleja la ya conocida y preocupante instalación en la provincia de grandes organizaciones criminales». «Málaga y Marbella son foco principal de las actividades de sofisticadas organizaciones criminales nacionales y extranjeras que suman al tráfico de drogas las actividades necesarias para asegurar sus ganancias con distintas y complejas actividades financieras de lavado de activos», añade la Fiscalía. En este punto, la Memoria subraya que sigue sin haber un escáner que permita detectar los alijos en el puerto de Málaga, una vez que, «como ya se señaló el año pasado», la empresa privada que lo facilita, Adtrans, contaba con trabajadores actualmente investigados por colaborar con las organizaciones criminales en la introducción de contenedores por ese puerto».