Publicado: septiembre 1, 2025, 10:07 pm

En su primera entrevista en más de un año, Pedro Sánchez ha cargado duramente contra «los jueces que están haciendo política» en referencia a las imputaciones de su mujer, Begoña Gómez, y de su hermano, David. «Están pagando la pena del telediario», ha lamentado el presidente del Gobierno en TVE, donde ha vuelto a defender «la honestidad e inocencia» de sus familiares acusados, respectivamente, de malversación de fondos públicos y prevaricación y tráfico de influencias.
Sin ocultar la incomodidad que le supone este asunto, el jefe del Ejecutivo ha remarcado que, «aun confiando en la Justicia», porque la «inmensa mayoría» de los magistrados «hacen bien su trabajo», hay algunos «que no», que tienen «un problema de desempeño», y que esto hace «un daño terrible». A lo que ha apostillado: «Desde el plano personal no pensé que esto pudiera pasarle a una persona que ejerce responsabilidades institucionales».
A preguntas de Pepa Bueno en su regreso a la televisión pública, Sánchez ha admitido que en junio se planteó dar un paso atrás después de la publicación del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que situó al hasta entonces secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en el epicentro de la presunta trama de cobro de mordidas a cambio de adjudicaciones públicas por la que también está siendo investigado su predecesor en el cargo y ex ministro de Transportes, José Luis Ábalos. «Me afectó en lo personal y en lo político y, sin ninguna duda, también pensé en dimitir», ha afirmado.
No obstante, ha negado con rotundidad que haya «corrupción estructural» en el partido que dirige desde 2017 y ha descartado que se vaya a volver a plantear la posibilidad de dejar voluntariamente La Moncloa a medida que avancen las investigaciones sobre sus dos ex colaboradores a pesar de que ambos fueron personas de su máxima confianza. En este sentido ha defendido que cuando ha constatado «el más mínimo atisbo» de irregularidad en su entorno ha actuado «siendo implacable, con total contundencia».
«He pedido perdón, pero no voy a aceptar lecciones de organizaciones con más de 30 causas abiertas y 100 personas investigadas», ha añadido tratando de desviar el foco, sin nombrarlo explícitamente, hacia el PP. Y, a la pregunta de si su continuidad depende en estos momentos más de los tribunales que de la acción de Gobierno, ha respondido tratando de exhibir convicción que de lo segundo.
Además, Sánchez ha reafirmado su confianza en el fiscal general del Estado ante la inminencia de su juicio por la filtración de datos reservados del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. «Creo en su inocencia», ha afirmado volviendo a poner la mano en el fuego por Álvaro García Ortiz con el argumento de que él siempre estará al lado de «los que luchan contra la corrupción y persiguen al delincuente» y esgrimiendo una «falta de consistencia en la carga probatoria» contra quien ostenta la representación del Ministerio Fiscal.
El dirigente socialista se ha visto también frente al espejo de la hemeroteca cuando en 2018, siendo líder de la oposición, le dijo al entonces inquilino de La Moncloa, Mariano Rajoy, que un presidente incapaz de aprobar unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) «tiene como obligación constitucional someterse a una cuestión de confianza y si la pierde no tendrá ninguna excusa para anticipar las elecciones». Ahora, en cambio, sostiene que llevará al Congreso un proyecto de nuevas cuentas -a diferencia del año pasado cuando, ante la evidencia de falta de apoyo parlamentario para sacarlas adelante renunció a hacerlo- y que si se las tumban ha asegurado que seguirá prorrogando las de 2023, como ha hecho hasta ahora.
También se ha referido Sánchez al problema de acceso a la vivienda en España que no ha logrado solucionar tras más de siete años al frente del Ejecutivo central. «Necesito tiempo y cooperación y colaboración de ayuntamientos y comunidades autónomas», ha expuesto tratando de girar la responsabilidad hacia las administraciones gobernadas por el PP del fracaso de las medidas que han adoptado sus sucesivos gabinetes, entre las que ha destacado la eliminación de las golden visa, que permitían acceder al régimen de residencia cuando se invertían más de 500.000 euros en bienes inmuebles, los bonos de alquiler, la «apuesta decidida» por la rehabilitación y el aumento en la promoción de pisos de protección oficial.
En los más de 40 minutos de entrevista, Sánchez también ha defendido la quita de la deuda a las autonomías exigida por ERC para Cataluña a cambio de los votos a su investidura. Al respecto ha señalado que él se dedica a «cumplir con los compromisos parlamentarios» que ha adquirido, «sin duda alguna», pero ha tratado de defender que esta medida da «margen fiscal» a los ejecutivos regionales «para que hagan políticas sociales».
Asimismo, Sánchez ha bendecido el encuentro de este martes en Bruselas entre el president de Generalitat, Salvador Illa, y Carles Puigdemont, líder de Junts, otro de sus apoyos imprescindibles en el Congreso, como «una decisión coherente con la política de normalización» que a él, ha dicho, le parece «acertada». Sobre si esa visita a Bélgica es el peaje que tendrá que pagar el Gobierno por los siete votos de la formación independentista para poder aprobar los PGE el entrevistado se ha afanado en desvincular ambos hechos.