Publicado: agosto 31, 2025, 2:07 am

Sucede lo mismo de distintas maneras, en circunstancias diversas y con una ligera modificación del rol que desempeñan los actores en cada pormenor de esta legislatura baldía y estéril, excepto para medradores, corruptos, separatistas y pancistas. Todo lo que acontece obedece a una cuestión de fondo: Sánchez, que tocó techo en 2019, perdió las elecciones de 2023. De ese hecho fundamental para interpretar el acontecer se deducen otros dos: Sánchez articuló una mayoría negativa y Sánchez y la legislatura carecen de Presupuestos. Todo lo que pase gira en torno a esto -también la respuesta gubernamental a los incendios- y a la perentoria necesidad de Sánchez de durar en La Moncloa.
Compareció la ministra Robles en el Senado y afirmó que, en relación con la gestión de los incendios, todo cambió el 15 de agosto, cuando Feijóo pidió más medios. Ella lo dice porque cree que el líder del PP sembró cizaña; pero en realidad lo que hizo Feijóo fue llenar el vacío al que debemos acostumbrarnos hasta 2027. No hay Gobierno sino un consorcio. Feijóo se dejó ver y producciones Moncloa comenzó a construir narrativas y repartir papeles [el de Puente estaba asignado ya], entre ellos, a la rutilante partisana Barcones.
Ese día 15 pasaron dos cosas más: Extremadura y Castilla y León solicitaron más ayuda y efectivos a Interior. Y Marlaska, titular de la cartera, trampeó en El País [la entrevista se publicó al día siguiente]. Tras la reunión del Comité de Coordinación y Dirección de Protección Civil respondió al periodista: «Si nosotros hubiéramos entendido en algún momento que una comunidad se encuentra en situación de incapacidad para la dirección técnica de las labores de extinción, habríamos declarado la emergencia de interés nacional para asumir la gestión».
«La necesidad de duración de Sánchez será más evidente y las consecuencias de esto, más difícilmente reversibles»
Cierto que solicitar más efectivos no supone renunciar a la dirección técnica, pero el rostro suplicante de Guardiola ante un aparentemente compungido pero impertérrito Sánchez -la foto la distribuyó Moncloa-, la magnitud de los incendios y que afectaran a varias autonomías no sólo permitía sino obligaba, según la Ley del Sistema Nacional de Protección Civil, a declarar la emergencia nacional.
Además, Aemet ya había advertido el día 13 de que los fuegos se extenderían y agravarían por las condiciones climatológicas. La disputa narrativa en torno al fuego es producto de lo que nos pasa: ni Gobierno ni Presupuestos; barro y confusión. Resulta un contrasentido que Sánchez se aferre al cambio climático mientras tenía pendiente desde 2022 aprobar un decreto sobre dotaciones de efectivos a CCAA y sabiendo que las temperaturas empeorarían la situación en todas las regiones afectadas.
Entretanto, Belarra amenaza y pone cuatro dañinas condiciones a Sánchez para apoyarle los presuntos próximos Presupuestos. Nada es inasumible para Sánchez; es más, con esos requisitos le lanza un cable por si disuelve las Cortes. A cambio, Belarra disuelve a Díaz. A Podemos las cuentas le dan igual porque está menos conectado que Díaz y Urtasun a la manguera del erario. Así las cosas, este curso se prevé parecido al pasado con dos agravantes: la necesidad de duración de Sánchez será más evidente y las consecuencias de esa duración, más difícilmente reversibles.