Publicado: agosto 24, 2025, 10:07 pm
La nota de final de curso de Pedro Sánchez ha sido un tres sobre 10. Suspenso sin paliativos. En el ecuador de una legislatura marcada por los casos de corrupción que han impactado de lleno en la cúpula del PSOE y en el entorno más próximo del presidente del Gobierno, la puntuación que le dan los españoles ahora es 1,3 puntos inferior a la de hace exactamente dos años, cuando obtuvo un 4,3, y sólo una décima por encima de la de Santiago Abascal (Vox), el líder político peor valorado, tal y como se desprende de las encuestas elaboradas por Sigma Dos para EL MUNDO antes de la crisis de los incendios de este verano.
El deterioro de su reputación se está traduciendo, a su vez, en un retroceso en la intención de voto de las siglas que representa: de celebrarse hoy nuevas elecciones generales, el partido mayoritario de la coalición al frente de La Moncloa obtendría 108 diputados, 13 menos que en 2023. Matemáticamente sería imposible una reedición de la coalición de izquierdas que primero con Podemos y después con Sumar ha estado al frente del país desde 2020.
Y es que la valoración de Sánchez también ha caído en picado entre sus propios votantes. Mientras al inicio del verano pasado consideraban que merecía una calificación media de 6,5, esa cifra se había desplomado hasta el 5,4 sólo 12 meses más tarde, si bien según el último barómetro -realizado entre el 21 y el 30 de julio con una muestra de 2.267 entrevistas- ha repuntado ahora hasta el 5,8.
La entrega más reciente de la encuesta de Sigma Dos muestra que el 68% de quienes en los últimos comicios metieron en la urna la papeleta encabezada por el presidente sí tiene claro que volvería a hacerlo. En cambio, el 6,2% de sus potenciales apoyos se decantaría en esta ocasión por el PP, el 3,8% por la lista de Yolanda Díaz y un 2,2% por la de la formación morada, mientras otro 16,9% admite que se sitúa en el terreno de la indecisión.
La principal razón por la que los votantes socialistas dejarían de serlo es el «descontento» con la dirección del partido, esgrimido por uno de cada tres (34,9%) de los que se mudarían de color político. Ante este panorama, ¿sería el momento de pensar en un relevo del candidato a pesar de que el presidente del Gobierno reitera siempre que tiene ocasión su firme determinación de volver a presentarse por sexta vez?
«Si estuviéramos hablando de hace unas décadas, por ejemplo de los años 90, diría que, efectivamente, con un cambio de liderazgo podría evitar una debacle como la que parece que va a ocurrir cuando haya elecciones, en 2027 o antes. Sin embargo, ya no estamos en ese contexto», analiza Fernando Jiménez, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Murcia.
Para exponer gráficamente su creencia de que aunque hubiera otro cabeza de cartel el resultado no variaría demasiado recurre a un ejemplo dentro del propio partido:«[Alfredo Pérez] Rubalcaba al final pagó el pato del cabreo que tenía la gente con lo que había ocurrido con las políticas de [José Luis Rodríguez] Zapatero. Y realmente Rubalcaba era un candidato al que se valoraba pero no se votaba porque no se quería votar al PSOE de Zapatero que había estado en el Gobierno hasta ese momento».
El politólogo Manuel Mostaza tampoco cree que un cambio de candidato pudiera revertir lo que pronostican todas las encuestas salvo la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS),que habrá cambio de inquilino en La Moncloa, aparte de que no cree que Sánchez esté por la labor de propiciar un relevo. «Su estilo de liderazgo desde que llegó ha sido vaciar de contenido al partido, que es lo que ha pasado en los partidos en Europa desde que copiaron las primarias de EEUU de forma acrítica y perruna», apunta.
Y lo explica detalladamente: «Ya no existen las corrientes en el PSOE. La mayoría de los miembros de la dirección son del aparato. Ha laminado a los barones, sólo resiste [Emiliano García] Page porque gobierna con mayoría absoluta. A los ministros los ha metido él en los territorios. Salvando muchas distancias, es lo que ha hecho [Donald] Trump con el partido republicano, la música es la misma. El líder toma las decisiones y se avalan de manera plebiscitaria. No hay una estructura interna de contrapeso ni contra poder».
«Es una carrera al suicido, porque antes de las generales están las autonómicas y las municipales», añade Mostaza en referencia a las citas electorales de mayo de 2027. «Ir con Sánchez al frente puede ser catastrófico. Y cuanto más aguante Sánchez, si no mejora la situación, cada vez habrá más incentivos para quitárselo de encima, pero Ferraz con Santos Cerdán a la cabeza hizo lo que dio la gana con las listas de 2023, y el grupo parlamentario está lleno de fieles. Es difícil que lo echen», apostilla.
En la misma línea, Jiménez tampoco ve factible la posibilidad dentro del PSOE de activar un relevo en la dirección salvo que su secretario general «se quite de en medio». Y no cree que tenga ninguna intención de hacerlo. Ahora mismo, añade el catedrático de Ciencia Política, «el estar ahí al frente del Gobierno tiene más beneficios individuales para él, aunque sea a costa de su partido y a costa del país, que si lo dejara, que sería entrar en un viacrucis judicial complejo». A todo esto suma «el problema del hiperliderazgo», que sitúa como uno de «los efectos nocivos de las primarias».
«No hay alternativa a Sánchez en el PSOE y él estará al frente del PSOE mientras quiera porque no hay posibilidad de construir una alternativa ni hay masa crítica en el partido suficiente. Están los barones territoriales que venimos conociendo y ya. Ni siquiera estos barones territoriales se atreven tampoco a dar el paso definitivo como podrían haber hecho intentado convencer a los diputados de sus circunscripciones para evitar determinadas votaciones en el Congreso», añade el también experto del Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO) del Consejo de Europa y miembro del capítulo español de Transparencia Internacional en alusión a las cesiones al independentismo a cambio de sus votos a la investidura, como la Ley de Amnistía para los encausados por el referéndum ilegal de Cataluña.
La opinión de Jiménez es que, en un escenario político «más normal y menos polarizado, evidentemente convendría parar el colapso cuanto antes y luchar en contra de eso», pero cree que implicaría «dar un giro de timón» a las políticas que se han defendido en Ferraz desde que Sánchez ganó sus segundas primarias. Bajo su liderazgo, prosigue, es cuando se ha producido una «transformación tremenda, la podemización de la que hablaba Rubalcaba».
«El PSOE medio mantiene una base de apoyo electoral, pero no son los viejos votantes del PSOE, sino que es captando todo el voto más radical. Todo es un proceso de radicalización del partido que hace que otros partidos en principio a la izquierda o nacionalistas, cuando se plantean elecciones generales, optan por votar a un PSOE como éste de Pedro Sánchez y eso, de alguna manera, disimula la caída en apoyos», añade el docente de la Universidad de Murcia. «No veo posible una alternativa ni con este PSOE ni con este Pedro Sánchez», concluye.
Aparte del cuestionamiento del liderazgo actual del partido, otras razones de peso entre quienes votaron al socio mayoritario del Gobierno en 2023 y ahora ya no lo harían son la desconfianza por las informaciones que afectan a la Presidencia del Gobierno -24,6%- y la decepción por los resultados de la gestión en la primera mitad de la legislatura -23,2%-. Las investigaciones judiciales que alcanzan al círculo más próximo al jefe del Ejecutivo, la imputación del fiscal general del Estado y la ausencia de soluciones tangibles para grandes problemas como el del elevado precio de la vivienda lastrarían sus opciones electorales.
En cambio, las cuestiones que más indignan a los pocos dirigentes del PSOE desalineados con la dirección nacional que permanecen en activo y a los ex cargos que integran el sector crítico interno apenas hacen mella en el electorado en general. Sólo un 2,3% no volvería a respaldar a Sánchez por sus cesiones a los partidos nacionalistas e independentistas a cambio de su apoyo parlamentario, incluida la controvertida Ley de Amnistía para borrar los delitos del 1-O, y un 2,1% por pensar que sus posturas políticas se han radicalizado.
La valoración general del presidente del Gobierno empezó a caer precisamente mientras su equipo negociaba los votos de la investidura en septiembre de 2023 -3,9- y desde entonces, salvo un ligero repunte tras los cinco de días que se tomó en abril de 2024 para reflexionar sobre su posible renuncia, ha continuado por una senda descendente a medida que han ido avanzando las investigaciones judiciales sobre su mujer, Begoña Gómez, su hermano, David Sánchez, los dos últimos secretarios de Organización del PSOE, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, y el ex colaborador de ambos, Koldo García.
Dentro de la coalición, Yolanda Díaz sigue siendo la más valorada, aunque su puntuación también ha ido bajando con el paso del tiempo desde el 4,5 del inicio de la legislatura al 3,3 que obtuvo según el último barómetro. Por su parte, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, empezó el nuevo periodo de sesiones con una nota media de un 3,8 y ha llegado a la mitad sólo con una décima menos, aunque durante muchos meses ha superado el cuatro. El único que mejora ligeramente es Abascal -de 2,8% a 2,9%-, aunque su calificación más alta en estos dos años ha sido del 3,1.
En plena polémica por el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que situó a Cerdán, su persona de la máxima confianza en el PSOE, en el epicentro de la presunta trama de cobro de mordidas por amañar adjudicaciones públicas, Sánchez se postuló oficialmente como candidato para las elecciones que insiste que no serán hasta 2027. De hacerlo, según Sigma Dos, obtendría 108 diputados, dos menos del resultado por el Rubalcaba dimitió en 2011.
Cambios pendientes en el Gobierno: la salida de Montero como mínimo
«Todos los ministros y ministras del Gobierno de coalición progresista cuentan con mi reconocimiento, mi respeto y mi respaldo. No va a haber crisis de Gobierno». Éste fue el mensaje que Pedro Sánchez dejó desde Palma de Mallorca en su comparecencia pública del 29 de julio, tras ser recibido en audiencia por el Rey e inicia sus vacaciones, que se han visto afectadas por los incendios. Dicho de otra forma: que no pensaba hacer ninguna remodelación de su ‘núcleo duro’ en La Moncloa para afrontar la segunda mitad de la legislatura que aún queda por delante.
Sin embargo, en los próximos meses el jefe del Ejecutivo tendrá que hacer como mínimo un cambio, el de María Jesús Montero. La vicepresidenta primera y titular de la cartera de Hacienda dejará sus cargos institucionales para ser la candidata del PSOE en las elecciones de Andalucía, que como muy tarde se celebrarán a mediados del año que viene.
Lo mismo sucederá en el caso de que la legislatura dure hasta 2027 con los ministros Óscar López, Diana Morant, Pilar Alegría y Ángel Víctor Torres, que serán aspirantes a las presidencias autonómicas de Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón y Canarias. La incógnita es si Sánchez aprovechará esos momentos para hacer otros cambios.
FICHA TÉCNICA
Población de referencia y ámbito geográfico: Personas de 18 y más años residentes en España con derecho a voto.
Técnica de recogida de información: A través del Panel Sigma Dos by Trust Survey. Metodología mixta telefónica (CATI) / on line (CAWI) / RRSS.
Tamaños muestrales: 2.267 entrevistas.
Selección de las unidades muestrales: En la entrevista telefónica mediante selección aleatoria de hogar y aplicación de cuotas de sexo y edad en la selección de la unidad última. En el caso del panel se ha aplicado asignación proporcional por sexo y grupo de edad. La distribución de la muestra ha sido proporcional por comunidad autónoma en ambas muestras.
Margen de error: El error de muestreo absoluto se puede acotar por ±2,1% para un nivel de confianza del 95.5%, y en el supuesto de variables con dos categorías igualmente distribuidas.
Fecha del Trabajo de Campo: del 21 a 30 de julio de 2025.