Publicado: agosto 22, 2025, 1:07 am
Una creciente presión política y social con tintes preelectorales se cierne sobre el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, a quien la oposición y la ola de manifestaciones que se ha desatado tratan de poner en apuros por la gestión que la Junta está haciendo de los incendios. De hecho, si no hay un giro radical, hoy se va a convertir en el primer líder autonómico que es obligado por su parlamento regional a dar explicaciones de la crisis.
Mañueco prefería darlas en octubre, con la campaña de verano concluida, pero las críticas a la Junta han unido a partidos tan ideológicamente diferentes como PSOE, Vox, Soria Ya!, Unión del Pueblo Leonés (UPL) o Podemos para exigir y forzar al presidente de Castilla y León a acudir la próxima semana a las Cortes.
La decisión se tomará formalmente hoy, durante la reunión de la Diputación Permanente, y saldrá adelante porque el PP no tiene mayoría absoluta y todos los demás partidos van a decir sí. Tan previsible es, que el PP lleva días haciendo la digestión de esta derrota y trata de edulcorarla diciendo que irá «gustosamente».
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.EFE
Mañueco será el primer presidente de las tres autonomías más afectadas en dar explicaciones sobre la gestión y en tener que capear al chorreo de críticas que le están llegando de sus rivales políticos. La siguiente podría ser María Guardiola en Extremadura. El PP tampoco cuenta allí con una mayoría absoluta -depende de Vox- y el PSOE ha pedido un pleno monográfico en la Asamblea que está por decidir. Más control de los tiempos tiene Alfonso Rueda en Galicia, pues es el único de los tres que se basta en solitario en el Parlamento.
Donde ninguno tiene control es en las calles, y ahí Mañueco está viendo que hay una ola de protestas. Valladolid, León, Burgos, Soria, Ponferrada o La Bañeza ya han sido escenario de manifestaciones exigiendo su «dimisión» y la del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones -al que el presidente ha respaldo expresamente-.
La marejada política se enmarca, además, en un contexto netamente preelectoral, lo que favorece la lucha partidista. Castilla y León será la próxima autonomía en celebrar unas elecciones. Como tarde será en el primer trimestre de 2026, y llegarán tras un parón de más de un año y medio sin comicios en España. Mañueco optará a su tercer mandato en un feudo tradicional del PP e inexpugnable para la oposición desde hace casi cuatro décadas. No obstante, en sus dos legislaturas, ha necesitado pactos. Primero fue Cs y luego, Vox.
Manifestación en La Bañeza (León).EUROPA PRESS
En el PSOE no han desaprovechado la ocasión de activar ya la maquinaria para tratar de sacar rédito electoral a la gestión de los incendios. Su líder, Carlos Martínez, reclama la dimisión Mañueco y Quiñones por su «incapacidad» para controlar la situación y recrimina que no se pida el nivel 3 de alerta por «orgullo» para no desnudar su «incompetencia».
Mañueco y la Junta defienden su gestión de la crisis y denuncian la falta de «medios» que han sufrido por la tardanza del Gobierno en enviarlos y porque tampoco les ha provisto de todo que habían pedido. Tampoco los del Ejército. Además, destacan que el nivel 3 no garantiza por sí mismo «más medios». Los equipos contra el fuego -recalcan- «serían los mismos» y lo único que cambiaría es que «reportarían al ministro Marlaska».
En la estrategia de lanzarse contra el PP, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha llevado su propia estrategia de ataque a Mañueco a través de X, primero por tardar varios días en interrumpir sus vacaciones en Cádiz ante la proliferación de los incendios y después, entre otras cosas, por «mantener parados recursos del Gobierno mientras pedía más medios». El ex alcalde de Valladolid y líder socialista en esta provincia justifica las críticas porque es su tierra «la que se está quemando» mientras acusa al PP de «desidia» e «irresponsabilidad» a escasos meses de que los castellanos y leones tengan que elegir a su presidente para los próximos cuatro años.