Publicado: agosto 13, 2025, 4:07 am
El fuego, que ahora le ha quitado la vida, le arruinó primero el negocio. Así lo cuenta Claudia, amiga de Mircea Spiridon, el rumano fallecido en el incendio de Tres Cantos (Madrid): «Él tenía un taller de mecánica pero ocurrió un incendio hace unos años cerca, se vio afectado y tuvo que cerrarlo».
No se trató de un incendio forestal como el que ahora ha calcinado 2.000 hectáreas de pasto de esta localidad de 53.000 habitantes al norte de Madrid. Entonces, las llamas se iniciaron en la cocina de del restaurante Luis I, ubicado en una zona industrial, justo al lado del taller de Mircea, que se vio afectado y acabó cerrando.
Claudia, al igual que el fallecido, es de origen rumano. Cuando ella llegó a Tres Cantos, hará dos décadas, Mircea ya residía allí. Las familias se conocieron y entablaron una relación de amistad que se afianzó con el tiempo. Hasta el punto de ser incluidos en la lista de invitados con los que Spiridon, nacido el 1 de abril de 1975, celebró a lo grande hace unos meses su 50 cumpleaños. Acudieron a un restaurante especializado en cocina rumana de Alcalá de Henares.
En el momento de nuestra conversación, el cuerpo de Mircea aún se encontraba en el hospital de La Paz de Madrid, a donde fue trasladado en helicóptero con un cuadro irreversible, ya que tenía el 98% de la superficie corporal quemada.
Para entonces, la familia de Claudia y la comunidad rumana de Tres Cantos ya se habían movilizado para recaudar fondos para ayudar a la viuda, Elena, con los gastos que supondrá la repatriación de su cadáver y entierro en Tulcea, la localidad rumana de donde Mircea emigró y donde reside su madre. El fallecido deja además dos hijos, de 18 y 15 años aproximadamente.
«Hoy nos despedimos con mucho dolor de nuestro querido Mircea Spiridon. Fue padre, marido y un gran amigo para todos los que le conocimos, un alma alegre y bondadosa que nos ha dejado esta misma mañana [martes] debido al trágico acontecimiento a causa del incendio de la anterior noche en Tres Cantos y Soto de Viñuelas», se lee en uno de los mensajes que circulan por redes sociales, en los que se adjunta un número de cuenta de la familia de Spiridon: ES52 1465 0100 96 1761729824.
«Con un gran dolor, nos despedimos de nuestro gran y el más querido amigo Mircea (cariño), de 50 años, vecino y emprendedor (mecánico autos) en Tres Cantos, que perdió su vida en el incendio de Tres Cantos, intentando salvar la vida de otra persona de 84 años y los animales de una finca. Hasta el último momento demostró la gran persona que era y lo será siempre en nuestros corazones», se lee en otro mensaje en el que se reproduce los mismos dígitos bancarios y en el que se destaca lo generoso con los demás que era.
Amigo de los dueños de una finca cercada por las llamas que albergaba una veintena de caballos, no dudó en acercarse para intentar ponerlos a salvo cuando le pidieron ayuda. Mircea no tardó nada en llegar, puesto que vivía muy cerca. Tratando de liberar a los animales, una bola de fuego lo alcanzó. El dueño de la propiedad, que también tuvo que ser trasladado al hospital con quemaduras, pero de carácter más leve, recibió el alta médica horas después.
No muy lejos de la finca en cuestión -todos los caballos murieron- se encuentra el taller de Midas en el que Mircea, donde «entró a trabajar en 2006». Estuvo en plantilla durante «unos siete años», según explican en el negocio los trabajadores que coincidieron con él, a los que la noticia sacudió ayer por la mañana.
El fallecido dejó Midas para emplearse en otra cadena de talleres de reparación de vehículos, Euromaster. Allí trabajó hasta que finalmente logró dar el salto a montar su propio negocio, aventura que pronto truncó el anteriormente citado fuego en el restaurante vecino a su local. «Tuvo que cerrar por los daños que provocó el fuego y nunca volvió a abrir», explican sus ex compañeros de Midas.
Hace un año y medio, en febrero de 2024, puso en marcha Delivinnova Express S. L., empresa dedicada, según figura en el Registro Mercantil, al «transporte de mercancías por carretera». «Se dedicaba a hacer mudanzas», aclaran en su entorno. «Y también nos arreglaba los coches a las mayoría de los rumanos de Tres Cantos. Lo llamabas y en unas horas lo tenía listo: ‘Enseguida voy, cariño, y te ayudo’. Cualquier cosa que le pidieras, él siempre estaba dispuesto a ayudar», añaden.
«Su mujer está destrozada, quiere a su marido de vuelta«, explican sobre el mazazo que ha supuesto para su familia una pérdida tan repentina. «Pero es lo que hay. Tiene que ponerse de pie, afrontar los problemas que tiene ahora y estar de cara para sus hijos. Nadie espera que le suceda una cosa así. Lo ves una tarde salir por la puerta y ya no lo vuelves a ver más».
