Publicado: agosto 11, 2025, 2:07 pm

Verano movido en los ayuntamientos gallegos tras la sentencia del Tribunal Constitucional que elimina de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) la restricción de usar el voto tránsfuga en las mociones de censura. En menos de un mes, habrá cuatro en otras tantas localidades de las provincias de Pontevedra y A Coruña, que arrebatarán la Alcaldía a regidores del PP y del PSOE gracias a pactos que no habrían sido posibles con la ley antitransfuguismo.
Tras la que prosperó el 31 de julio en Forcarei (Pontevedra), con agosto llegan tres en territorio coruñés, este lunes en Noia, el martes en Touro y el día 18 en Fisterra.
En Noia, el socialista Francisco Pérez alzó este mediodía el bastón de mando que hasta ahora pertenecía al ‘popular’ Santiago Freire. La moción de censura la presentó el PSOE con apoyo del tránsfuga del PP Luis Alamancos, que desde septiembre figura como no adscrito, y contó también con los votos a favor del resto de fuerzas de izquierdas, BNG y Marea Cidadá.
Una mayoría de nueve concejales que devuelve al PSOE una Alcaldía que había perdido en 2016 también a través de una moción de censura. Entonces, el socialista Miguel Paz Barreiro gobernaba en coalición con NO.I.A. y con apoyos de Marea y del BNG, pero el PP presentó una moción de censura que puso al frente de la Alcaldía a Santiago Freire. Ahora, nueve años, dos elecciones y una moción de censura después, la pierde.
Es esta una moción de censura de ida y vuelta, si bien con la diferencia de que, en esta ocasión, el nuevo alcalde logró la mayoría tras avalar el Constitucional el uso del voto de un tránsfuga para estos mecanismos. Freire gobernaba desde las últimas elecciones con el partido independiente N.O.I.A., pero desde septiembre lo hacía en minoría al dejar las filas del PP Alamancos, que escenificó su marcha en septiembre pasado al votar en contra de los presupuestos municipales.
El ya ex alcalde recordó este lunes, durante la sesión plenaria de debate de la moción de censura, que su antiguo compañero de filas «traicionó la confianza de quienes le dieron la oportunidad» de formar parte de la corporación. Le acusó directamente: «Usted es el responsable de que se llegue a esta situación», le echó en cara, para añadir: «puede estar usted bien orgulloso de la decisión que ha tomado y de su comportamiento como miembro del grupo municipal del PP».
El ahora concejal no adscrito no perdió la oportunidad de responderle y asegurar que «no se debe culpar a todos de todo» e instó a su antiguo jefe de filas a «tener la suficiente humildad como para poder hacer algo de autocrítica». Así, aseguró que Freire le enseñó durante los dos años del actual mandato como alcalde «la forma más clara de cómo no se debe hacer política» y también le reprochó una «obsesión personal» contra su persona
El ya nuevo alcalde defendió el apoyo del concejal tránsfuga y puso la culpa en el tejado del PP. Para Francisco Pérez, la «culpa» de haber llegado a esta moción de censura es del ex alcalde «porque no sabe gestionar el pueblo».
En el pleno extraordinario en el que prosperó la moción, que transcurrió ante numeroso público y sin incidencias, Pérez sacó a colación que durante los nueve años de gobierno del PP se vivió en Noia un progresivo «desmantelamiento» de la estructura económica del municipio.
Touro.
Tras Noia, llegará Touro, también en A Coruña, este mismo martes. En este caso, será el PP el que alcance la Alcaldía mediante la moción de censura. Jesús Reboredo presumiblemente alzará el bastón de mando y lo perderá Roberto Castro, de la formación independiente Movemento Veciñal, por el voto del concejal díscolo Darío Rey, que se presentó como número dos por Movemento Veciñal y pasó a no adscrito por discrepancias con el alcalde.
El 19 de agosto el cambio se prevé en Fisterra. Aquí será también el PP el que llegue a la Alcaldía, que desde las elecciones de 2023 ocupa Áurea Domínguez Sisto, del partido independiente Alternativa dos Veciños (AV). El antiguo concejal de esta formación Francisco Martínez se convirtió en no adscrito y apoyará la moción que convertirá en alcalde al ‘popular’ Luis Insua.
Forcarei, el inicio
Tras la sentencia del Constitucional en junio, el primer municipio en aplicar esta nueva norma fue el pontevedrés de Forcarei, donde la ‘popular’ Belén Cachafeiro recuperó el 31 de julio su puesto de alcaldesa omo resultado de una moción de censura presentada por el PP con el apoyo del concejal no adscrito, Rafael Fiestras, que originariamente había formado parte del grupo de gobierno del PSOE.
Aquella sesión plenaria fue, once días antes, tan concurrida como la de Noia este 11 de agosto y dejó fuera de la Alcaldía a la socialista Verónica Pichel entre críticas por su falta de capacidad para aprobar los presupuestos municipales durante seis años. Le afeó el PP la «falta de capacidad de gobierno» que paralizó el ayuntamiento y también su «enfrentamiento con otras administraciones».
Tras seis años al frente del municipio, Pichel pasó a la oposición con la vista ya puesta en las próximas municipales de 2027, con la esperanza de que «los forcaricenses quieran devolvernos al gobierno».
La nueva alcaldesa es, en realidad, una vieja conocida del cargo, que ya había ocupado de 2012 a 2019, y, ya como nueva responsable, hizo «autocrítica» de aquella etapa: «sé que cometí errores y espero no repetirlos en esta nueva etapa».