Publicado: julio 14, 2025, 8:19 am
La Unión Europea se toma en serio el anuncio de Trump de un arancel del 30% a todos los productos comunitarios, pero quiere apurar el plazo para la negociación, que acaba el 1 de agosto y además avisa: una tarifa de tal calibre «prácticamente prohíbe» el comercio transatlántico. Así lo ha expresado este lunes el comisario europeo Maros Sefcovic en la reunión de ministros del ramo en Bruselas. En este sentido, el titular español, Carlos Cuerpo, ha reconocido que hay que «empujar» para alcanzar un acuerdo que está cerca, pero también «estar preparados para represalias» contra las políticas de la Casa Blanca.
«Seguimos convencidos de que nuestra relación transatlántica merece una solución negociada, una solución que construya la base para una nueva estabilidad y cooperación, y por eso continuamos en la acción con la Administración de Estados Unidos y priorizamos las soluciones negociadas a través de la nueva fecha del 1 de agosto», expresó el comisario, que insistió en que la cifra del 30% distorsiona por completo la relación comercial: «Se acabaría el vínculo tal cual lo conocemos».
En Bruselas no quieren ser pesimistas, pero todas las puertas están abiertas. «Debemos prepararnos para todos los resultados, incluyendo, si es necesario, mejoras proporcionales para restaurar el equilibrio en nuestra relación transatlántica. Estaré discutiendo con los ministros los siguientes pasos para las próximas semanas».
Así, habla de cuatro áreas en cuanto a la estrategia de la UE. Negociaciones, medidas de «rebalanceamiento», acción con otros socios y cooperación exterior. Y en ese último punto, quiero aclarar que estamos reduciendo los esfuerzos para abrir nuevos mercados. El acuerdo político en las negociaciones de intercambio UE-Indonesia y el acuerdo de inversión, alcanzado y anunciado, es el ejemplo tangible de estos esfuerzos», ejemplificó Dombrovskis.
Volvió el comisario a la cifra clave para insistir en que «un 30% o más de 30% de arancel, contando con una respuesta nuestra, es un nivel que prácticamente prohíbe el comercio. Habrá un gran impacto en el comercio. Será casi imposible continuar el comercio como lo usamos en una relación transatlántica«, incidió ante los periodistas. «Y si miramos el impacto que tendría esto, tengo que decir que las cadenas de suministros transatlánticas serían gravemente afectadas en ambos lados del Atlántico», sentenció.
Carlos Cuerpo, por su parte, cree que hay que agotar los plazos. «Tenemos que seguir empujando para conseguir este acuerdo y apoyar a la Comisión para que sea capaz de cerrar este acuerdo con Estados Unidos«, sostuvo desde Bruselas, y cree que el pacto final «está al alcance» para evitar una guerra comercial. Pero una cosa no quita la otra. «Vamos a trabajar todos en intensificar nuestros esfuerzos para conseguirlo y lo que sí que tenemos que seguir haciendo es avanzar en paralelo, por supuesto, en la preparación de las posibles medidas de reequilibrio que pudieran entrar en marcha si es que este escenario de acuerdo al final no llega a producirse», recalcó.
El titular español quiere ser quirúrgico a la hora de ver, en caso de contramedidas por parte de la UE, qué productos pueden ser los que más afectados queden. «Tenemos que darnos espacio para la negociación. Veremos, una vez que lleguemos a esas fechas de principio de agosto, cuál es la situación y si se dan las condiciones o no» para lanzar esa contraofensiva comercial, matizó. Y es que la de Cuerpo es una postura más conciliadora: otros países como Francia o Dinamarca piden una respuesta dura por parte de Bruselas. París considera que hay que «cambiar de método» para demostrar que la UE puede ponerse a la misma altura que Trump, y los nórdicos creen que hay que «mostrar músculo» europeo ante esta situación.
