Publicado: junio 27, 2025, 6:07 pm
Donald Trump es un político obsesivo. Cuando coge un tema no lo suelta y pueden pasar días, semanas, meses y años. El Gobierno español aprovechó la cumbre de la OTAN para antagonizar con él, confiando en que los choques por el gasto en Defensa eclipsaran parte de la actualidad política y se llevara los titulares que estaban dedicados a la corrupción. Una apuesta arriesgada que salió parcialmente bien esta semana. Pero el presidente de Estados Unidos es impredecible, incontrolable, y tan pronto puede olvidar un tema y pasar al siguiente como pasar el resto de la legislatura incidiendo.
De momento, la balanza se inclina por la segunda opción. Este viernes, Trump ha vuelto a mencionar a España. A diferencia de todas las ocasiones anteriores, en las que se pronunció sobre el gasto en Defensa de nuestro país en respuesta a preguntas muy concretas y que específicamente le pedían que opinara sobre la decisión de Pedro Sánchez, esta vez ha sido el presidente el que lo ha sacado de la nada, en medio de una larga diatriba contra Joe Biden y los aranceles comerciales al resto del mundo.
Trump estaba hablando sobre cómo espera recaudar decenas de miles de millones de dólares con las barreras arancelarias y cómo las empresas están volviendo supuestamente a EEUU. «Está entrando muchísimo dinero a niveles nunca vistos. Pero lo más importante es que se están construyendo fábricas, plantas de automóviles, y empresas se están mudando a nuestro país como nunca antes. Y eso es solo en unos pocos meses porque el último presidente fue un desastre. El peor presidente de la historia de nuestro país. Por cierto, lo que hizo en nuestra frontera jamás se olvidará. Acabo de estar con un gran grupo de las personas más respetadas del mundo y eso incluye a grandes figuras, ya sabes, a grandes países», explicó sobre la Cumbre de la OTAN antes de la mención expresa.
«Estaban Alemania, Francia y España… aunque… España no cumplió, por cierto, pero lo hará, garantizado. Fue el único país que intentó algo así como contenerse para no aportar el dinero, pero lo hará», ha dicho Trump.
Ha sido la única referencia, pero en el contexto de lo que lleva diciendo toda la semana. En su relato, nuestro país ha intentado escaquearse de sus responsabilidades con la organización, «no es justo» dijo en la rueda de prensa. España ha firmado el compromiso en La Haya como el resto de los aliados, que supone que habrá un incremento del gasto hasta el 5% del PIB, si bien con muchos matices, ya que al menos un 1,5% de esa cantidad no es inversión pura. Pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insiste en que sólo se gastará un 2,1%, la cifra comprometida hace más de una década y que España tampoco ha cumplido nunca.
Nuestro Gobierno sostiene que esa cantidad será suficiente para cumplir con las necesidades específica de inversión que la OTAN calcula conjuntamente para cada miembro. La Alianza cree que será imposible con menos de un 3,5%, pero como el compromiso es para dentro de una década, y hay una claúsula de revisión para 2029, ambas partes han optado por dar una patada hacia adelante, que no haya una ruptura formal, y que se ocupan los que estén al frente más adelante. Por eso Trump asegura que está «garantizado» que España acabará cumpliendo. Igual que ahora promete llegar al 2% del PIB, cuando hace apenas seis meses estaba a años luz y fijaba el objetivo para 2030.
Trump ha cambiado rápidamente de tema. Pero la experiencia sirve de algo con él, cuando agarra un tema y se le mete en la cabeza, ya no lo vuelve a soltar nunca. Es el riesgo de apostar contra alguien como él, como ha hecho Moncloa.
