Publicado: mayo 13, 2025, 4:07 am

De la reunión de aproximadamente dos horas que Pedro Sánchez mantuvo este lunes con la Ejecutiva Federal del PSOE no dedicó «ni un solo minuto ni una palabra» a la polémica de los whatsapps que intercambió con José Luis Ábalos antes y después de que dejara de ser su hombre fuerte tanto en el Gobierno como en el partido. El presidente únicamente ha hablado con su núcleo más próximo de las informaciones publicadas en exclusiva por EL MUNDO para transmitirle que está «escandalizado por la filtración» y «preocupado por el atropello a su derecho a la privacidad».
De momento, la estrategia pública de Ferraz se ha limitado a tratar de minimizar el alcance de las noticias que han revolucionado la escena política en las últimas horas. «Más allá de lo que alguno quiera ver no hay nada relevante ahí. Mi grupo de primos es más interesante y más animado que las filtraciones y los mensajes que hemos podido ver estos días», llegó a ironizar Esther Peña durante una rueda de prensa prácticamente monotemática.
Justo antes de que comenzara la reunión de la dirección socialista, tanto Emiliano García-Page como Javier Lambán, dos de los barones señalados en ese intercambio de whatsapps de 2020 y 2021 por sus críticas a la gestión de la pandemia y la concesión de los indultos a los condenados por el referéndum ilegal en Cataluña, explicaron en sendas entrevistas en Onda Cero que sus discrepancias con Sánchez son «de fondo» y que se remontan a 2015. En concreto al Comité Federal que se celebró el 28 de diciembre de aquel año en el que el PSOE obtuvo el que hasta ese momento había sido el peor resultado de su historia -90 diputados- en el que llegaron a «un gran acuerdo entre todos para que ni se pactara con radicales, ni con independentistas, ni tampoco con la derecha».
En los siguientes meses la vida orgánica del partido iría intrínsecamente ligada con la historia de España: se repitieron los comicios en 2016, los socialistas bajaron hasta los 85 escaños en el Congreso, los críticos con el entonces secretario general encabezados por Susana Díazlo defenestraron en el ya célebre 1-O y el líder caído reconquistó la cúpula de Ferraz ocho meses después aupado por el voto de la militancia como antesala a su llegada a La Moncloa en 2018 previa moción de censura.
Debate «de fondo»
«Aquel debate de 2015 era un problema de fondo que se abrió con ocasión de los que no estábamos de acuerdo de gobernar a cualquier precio y los que en cualquier momento podían hacerlo», apuntó este lunes Page. «Después el diapasón cambió y la dirección no se quiso someter bajo a ningún concepto a lo que habíamos aprobado, que realmente que eran estos límites», agregó el presidente de Castilla-La Mancha, que desvinculó sus discrepancias con la cúpula actual de su partido de un «teatrillo».
Lambán también situó el origen de sus diferencias con Sánchez en ese mismo momento, en el que él estaba al frente del Gobierno de Aragón y lideraba el partido en su región: «Unos cuantos advertimos que Pedro estaba dispuesto a cualquier tipo de acuerdo, que no existían para él perímetros de pactos posibles con tal de llegar al poder, y eso tuvo una respuesta clarísima en el Comité Federal donde le prohibimos que hiciera eso. Lo que pasa que luego ganó las primarias, los perímetros saltaron por los aires, pasó a controlar poco a poco el partido hasta conseguir un dominio absoluto de todo lo que se mueve dentro de la organización, el PSOE dejó de actuar con la autonomía estratégica que había tenido siempre y pasó a depender de sus socios, todos ellos indeseables desde mi punto de vista».
Sin embargo, esta cuestión de fondo tampoco se abordó este lunes en la reunión de la Ejecutiva, en la que en cambio se habló «largo y tendido» de «lo que verdaderamente le interesa la gente», como los aranceles de EEUU a los productos españoles y las consecuencias del apagón del 28 de mayo. En Ferraz no quisieron tampoco entrar a valorar las críticas a su señalamiento en los mensajes publicados por este periódico por parte de Page y Lambán -que reveló que le sorprendió la «ira» y la «pérdida de control» con la que Sánchez se dirigía a él ante comentarios que había hecho que no le gustaban- ante comentarios que había hecho que no le gustaban. «Entendemos que no da mucho más de sí esta cuestión», zanjaron.
Origen de la filtración
En Moncloa subrayan que los whatsapps «no forman parte de ninguna causa judicial» lo que, sostienen, «agrava» el hecho de que hayan llegado a la prensa y consideran que deja en una situación de «indefensión total» al presidente. Lo que más preocupa es «la filtración».
En público, el PSOE se afanó este lunes en desviar el foco de la sospecha de Ábalos sobre la publicación de unos mensajes que custodiaba Koldo García en dos memorias externas que obran en estos momentos en poder de la UCO de la Guardia Civil. Posteriormente, fuentes del partido precisaron que no se había apuntado «a ninguna institución» por su difusión y que lo que quieren es que «se conozca el origen de la misma, sin dar por hecha ninguna conclusión».
De los otros dos ex barones a los que Sánchez criticaba en sus mensajes, Susana Díaz ha dicho que «esto supera la ciencia ficción de la película Cónclave«, mientras que Guillermo Fernández Vara, ahora miembro de la Ejecutiva Federal, sigue sin pronunciarse al respecto.