Publicado: abril 26, 2025, 8:07 pm

Cuando nos encontramos a punto de entrar en el ecuador de esta legislatura cargada de vaivenes, que Izquierda Unida, tras años sumida en un profundo letargo, decidiese amenazar con su posible salida del Gobierno era algo que no parecía estar en el guion. Pero, tras anunciarse el aumento de 10.500 millones de euros en el gasto en Defensa y conocerse que Interior había firmado un acuerdo de compra de munición con Israel por valor de 6 millones de euros, Antonio Maíllo y Enrique Santiago valoraron romper su acuerdo con el PSOE para defender los valores fundacionales de su partido, aunque, eso sí, de forma tímida y solo por unas horas. En este contexto cobran importancia voces críticas como la de Alberto Cubero, quien estuvo a punto de liderar al PCE (fuerza troncal en IU) en 2022, cayendo derrotado contra el propio Santiago con un 46% de los votos, y que, ahora, llama a recuperar «la esencia» ideológica de su formación.
- ¿Cuál es su opinión respecto a la posición tomada por Izquierda Unida tras conocer el acuerdo entre el Gobierno e Israel para la compra de munición?
- Lo que hemos vivido ha sido el conflicto entre el deber y el querer, el conflicto entre lo que uno considera que debe hacer y lo que uno quiere o puede hacer. Por la mañana, Izquierda Unida planteó una posible salida del Gobierno, que es lo que se tiene que hacer, y por la tarde acabó imponiéndose la realpolitik, la inercia por mantenerse en el Gobierno y la incapacidad de imaginarse un futuro fuera de él. Sin embargo, creo que, más allá del cambio que pueda darse en nuestra posición, el principal cambio de opinión lo ha tenido el PSOE, porque siempre habían dicho que no se le iban a comprar ni vender armas a Israel y se ha acabado haciendo. Hay un proverbio árabe muy sabio que dice: «La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, será culpa mía». En IU deberíamos empezar a aplicárnoslo, porque no es la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que el PSOE nos engaña con este tema y con muchos otros.
- ¿Considera que la dirección del partido piensa que, si se sale del Gobierno, IU no puede sobrevivir?
- En estos últimos años, en los partidos de la izquierda del PSOE se ha tenido el Gobierno de coalición como un objetivo y un fin en sí mismo, además del pensamiento de que ahora no se puede sobrevivir sin él. Esto no siempre ha sido así; en IU estábamos habituados tanto a formar parte del Gobierno como a ser socios de investidura, donde se tejen acuerdos que, bien trabajados y con un buen seguimiento, pueden ser más eficaces que entrar en el poder, pero creo que hemos asumido que no había otro plan. Da la sensación de que, en 2027, si los números salen, se volvería a gobernar con el PSOE y que no existen líneas rojas para ejecutar una salida natural, porque si un aumento de 10.000 millones en el gasto militar y ser parte de una escalada bélica no lo es, pues no se me ocurre otra cosa que pueda serlo. Es un asunto de extrema gravedad, por lo que supone para la línea de flotación de nuestros principios ideológicos, y creo que se ha cometido un error de bulto.
- ¿En quién personifica ese error?
- No pienso que se deba personificar en nadie. En el ciclo político iniciado tras la crisis de 2008 se inició la mayor etapa de movilización social y de ahí, con el nacimiento de Podemos, se basculó hacia lo institucional, poniendo todos los huevos en la cesta de formar Gobierno. No culpo a nadie, porque había una fuerte dominación ideológica que nos hacía creer que la institución es donde se dirimen las contradicciones de la sociedad en un plano de igualdad. Creíamos que si queríamos cambiar las cosas había que ir ahí; al menos, eso es lo que nos decía Dolores de Cospedal. Todavía algunos piensan que cuando fundaron un partido y lograron 70 diputados la habían engañado, pero yo creo que fue ella la que nos engañó al hacernos abandonar las calles y entrar en las instituciones.
- ¿Fue también un error entrar en el proyecto de Sumar?
- Nuestro principal error ha sido estar más preocupados en lo que hacían los demás que en lo que teníamos que hacer nosotros. Nos hemos subordinado a los proyectos electorales de moda, en su día Podemos y hoy Sumar, y hemos entregado demasiadas competencias y demasiada autonomía del partido. Aun así, esto no quiere decir que no haya que buscar la unidad, pero esa unidad tiene que respetar la autonomía de las fuerzas políticas y nosotros debemos ejercer todas nuestras competencias. Yo respeto que Sumar tenga su posición con el despilfarro de 10.000 millones en armamento, pero IU debe tener su propia opinión, tomar sus decisiones y, si ambas coinciden, pues bienvenido será, y si no, pues en otras nos encontraremos, compañeros y compañeras.
- ¿Por qué IU alzó la voz al conocerse el contrato con Israel y no lo hizo, al menos no de forma tan clara, tras conocer el incremento en el gasto en Defensa?
- No podemos caer en la trampa que nos está tendiendo el PSOE, que es ponernos el trampantojo de los contratos con Israel y que con eso olvidemos todo lo demás. Pretenden que con la rectificación nos quedemos contentos y ocultar que el martes se aumentó en 10.000 millones de euros el gasto en armamento. Creo que nuestro partido debería evitar que eso se produzca, pero lo que pasa es que hay gente interesada en que la trampa sea efectiva.
«En IU se piensa que fuera del Gobierno no se puede sobrevivir»
- Desde que Pedro Sánchez es presidente, el PSOE ha ido aumentando paulatinamente el gasto en Defensa del Estado. ¿Por qué querría ocultarlo ahora y por qué IU despierta ahora, cuando ha sido socio de Gobierno desde el principio?
- Llevamos seis años en el Gobierno y si a la sexta resulta que es la vencida, pues nunca es tarde si la dicha es buena. Yo habría denunciado desde el primer momento, pero bueno, no está mal que haya sido ahora, porque lo importante es que se ha producido.
- Tengo que insistir en el porqué de la tardanza, porque el aumento del gasto militar es algo que va totalmente en contra de los principios fundacionales de su partido…
- En Izquierda Unida, como en todas las formaciones, llega un momento en el que la situación empieza a ser insostenible. Esta semana ha sido muy dura y ha evidenciado que nosotros ya no estamos en el Gobierno. El pasado jueves, Albares hizo una nueva traición al pueblo saharaui en Marruecos; el lunes, se decretaron tres días de luto por la muerte del Papa; el martes, 10.000 millones de euros en gasto militar; el miércoles, sale el contrato de Interior con Israel. Esta semana ha sido un viacrucis y ha habido motivos suficientes para que haya saltado todo. Parece que el PSOE gobierna en solitario y que, ante decisiones de coyuntura que no pueden estar previstas en un acuerdo de hace dos años, actúa sin consenso y decide cosas que sabe que no son acordes a nuestra ideología, pero tampoco a la suya propia. No es solo eso, también estamos en un Gobierno que no gobierna, y el PSOE, mientras ve que no puede cumplir las condiciones que sí se recogían en el acuerdo de investidura, prioriza amarrar los votos de partidos que no tiene asegurados, llegando a hacer concesiones que son prácticamente racistas.
- ¿Y qué debe hacer IU ante esta situación?
- Tenemos que ser conscientes de que las semanas que vienen no van a ser mejores que esta. Considero que la colaboración de España en el genocidio de Israel y el aumento del gasto militar no dependen de Pedro Sánchez, y ese fue un gran error de análisis que tuvimos cuando entramos a gobernar. España no es un país soberano, estamos inmersos en la UE y en la OTAN y Pedro Sánchez se limita a cumplir los mandatos. Cumple con lo que se le ordena y no tiene capacidad de negociarlo con nosotros. Por eso, lo que toca es volver a los orígenes, activar a la calle y la presión social para, junto a la labor institucional, tratar de conseguir nuestros objetivos.
- ¿IU tiene poder para activar la calle como antaño?
- Como hace años no, desde luego, porque ni la calle es la misma ni nosotros tampoco. Por nuestra parte hemos perdido cierta credibilidad, porque criticar al Gobierno mientras seguimos en él hace que la gente interprete que solo nos importa el poder. Además, en todo el conjunto de la izquierda hemos tenido cierta responsabilidad en hacer que la calle no sea la misma, porque hemos tomado demasiadas confianzas en la institución. Aun así, es el único camino y en IU toca recuperar la coherencia.
- ¿El paso de los partidos de la izquierda del PSOE por las instituciones en estos últimos 10 años ha sido un fracaso?
- No lo creo. Ha habido cosas positivas y negativas; la clave es si vamos a aprender de este ciclo político para encarar la nueva etapa en unas mejores condiciones. Ya he dicho que creo necesario salir del Gobierno y volver a las esencias, pero debe hacerse desde una reflexión que aúne al conjunto de la militancia, que sea propositiva y que establezca un horizonte estratégico. En fin, un debate como siempre lo ha habido en IU y que no se dio en las dos veces en las que decidimos entrar en el Gobierno.
- Si hubiese logrado hacerse con el liderazgo del PCE, ¿habría optado por entrar en el Gobierno en 2023?
- A mí me gusta mantenerme en la realidad y no en la hipótesis, pero he de decir que yo siempre he defendido no entrar en el Gobierno, pero tanto en 2023 como en 2019. Yo no soy de los que piensan que no hay que gobernar nunca, pero tampoco de los que creen que lo mejor es gobernar siempre. Lo lógico es valorar la fortaleza ideológica y la situación social del momento y creo que no teníamos las mejores condiciones en ninguno de esos dos ámbitos para entrar a formar parte de un Gobierno. Ahora se ve que la historia nos ha dado la razón, pero no se trata de echar cosas en cara y sacar pecho, sino de mirar hacia el futuro y tomar, cuanto antes, la decisión de salir del Ejecutivo.
- ¿Hay temor de que el PSOE adelante las elecciones en caso de que se produzca la salida?
- No veo por qué se tendría que producir un adelanto electoral. No sería la primera vez que Pedro Sánchez cambia ministros (ríe). La salida del Gobierno no implica que se deje de apoyarlo, como hacen Bildu, BNG o Esquerra, que, sin estar en el poder, ayudan a evitar que se forme un Gobierno de ultraderecha. La posibilidad de ser socio de investidura siempre ha estado ahí, que es lo que hemos hecho la mayoría de las veces. Luego, con esto, el PSOE no tendría por qué ir a las urnas. Además, creo que serían muy estúpidos si lo hiciesen, porque ya sabemos que tanto ellos como el PP convocan las elecciones cuando les interesa y ahora no creo que les venga bien.
- ¿Qué espacio puede ocupar IU en el plano actual de la izquierda política española?
- Creo que tenemos que desarrollar el papel de pegamento que siempre hemos tenido, pero debemos hacerlo desde la autonomía. Este ciclo político ha resituado a todo el mundo y todos deberíamos abordar el nuevo desde la humildad, porque nadie ha demostrado ser infalible. Debemos pensar en nuestros intereses, apostando por la unidad, eso sí, y volver a ser un faro ideológico, que es lo que siempre ha sido Izquierda Unida, aunque para eso debemos empezar por aclararnos entre nosotros mismos.