Publicado: abril 20, 2025, 6:07 am

Existe un mar de fondo en el PSOE andaluz sobre las ventajas e inconvenientes de que su secretaria general, María Jesús Montero, siga formando parte del Gobierno de Pedro Sánchez. El desgaste que producen en su imagen los frentes abiertos en el Ministerio de Hacienda ha llevado a algunos referentes a plantearse si el precio que paga por mantenerse en ese rol está siendo demasiado alto. La batalla (perdida por Montero frente a Yolanda Díaz) sobre la tributación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o las críticas a su decisión de no presentar un proyecto de presupuestos acaparan las intervenciones de la ministra cuando ‘baja’ a Andalucía, opacando su estrategia de oposición a la gestión de Juanma Moreno.
El elevado coste de los acuerdos con el separatismo catalán que afectan a los intereses de Andalucía empieza a pesar demasiado en su mochila. Las intervenciones de Montero en sus convocatorias andaluzas acaban convertidas en una sucesión de respuestas sobre conflictos antipáticos que poco ayudan a la construcción de una alternativa «ilusionante» como la que se les prometió a los militantes del PSOE andaluz.
Por contra, una salida del Ejecutivo la dejaría sin el foco mediático y la plataforma institucional que necesita para hacer llegar a su electorado la imagen de una candidatura solvente para las elecciones autonómicas. Sin cartera de ministra, Montero se quedaría fuera de los actos institucionales y no podría reivindicarse en las inversiones que se anuncian, las licitaciones que se publican en el BOE o las ‘primeras piedras’ que se convocan cada semana.
La solución podría pasar, apuntan algunas fuentes, por desplazarla a una cartera de menos peso en el Ejecutivo, lo que le permitiría conservar un papel institucional, pero aligeraría la carga política que tiene actualmente como número dos del Gobierno de Sánchez y le dejaría manos libres para reactivar la federación andaluza. En la dirección nacional del partido, del que además es vicesecretaria general, el único escenario que se contempla es que mantenga sus actuales responsabilidades tanto en Moncloa como en Ferraz hasta la convocatoria de los comicios.
Este debate se produce, además, cuando las primeras encuestas publicadas no acaban de percibir ningún tipo de reactivación del voto en favor del PSOE andaluz tras el cambio de liderazgo. A estos efectos, algunas fuentes consultadas por EL MUNDO explican que la transición está resultando lenta debido a que, de momento, las agrupaciones siguen enfrascadas en los procesos de renovación interna. Hasta el 31 de mayo, de hecho, no se habrán cerrado todas las asambleas locales. Y, con el previsible parón del verano, es fácil que la maquinaria electoral socialista no consiga la velocidad de crucero hasta el mes de septiembre. «Siempre, claro, que a Juanma Moreno no le dé por pulsar antes el botón del adelanto electoral», se lamentan.
Precisamente, la posibilidad de que se produzca un adelanto electoral es lo que ahora más preocupa. Quienes apuestan por que Moreno convocará a las urnas antes de final de año lo argumentan con dos razones. Por un lado, el PP-A podría temer que los procesos judiciales abiertos por las irregularidades detectadas en los contratos sanitarios durante la pandemia puedan depararle algún disgusto en los próximos meses. Y, por otro, la única posibilidad de evitar unas elecciones conjuntas con las generales es adelantar las autonómicas. A priori, las elecciones generales no tocan hasta julio de 2027, un año después que las autonómicas. Pero Sánchez podría estar tentado de concurrir conjuntamente, ya que el PSOE obtuvo mejores resultados (550.000 votos más) en Andalucía en las generales del 2023 que en las autonómicas del 2022. Entonces, se achacó a que la candidatura de Juan Espadas no suscitaba entusiasmo alguno entre su electorado.
Tras los primeros reveses en los últimos sondeos publicados, que dibujan un paisaje electoral muy parecido al de 2022 (que fue el peor de su historia), existe cierta expectación en torno a la próxima entrega del barómetro de la Fundación Centra. Aunque es una encuesta elaborada por un organismo que depende de la Junta y la oposición suele ponerla bajo sospecha, hasta el momento, se ha demostrado bastante fiable, ya que se elabora a partir de 3.600 entrevistas telefónicas, una muestra suficiente para tomar el pulso con rigor al momento político.
El último barómetro del Centra se publicó en el mes de diciembre, antes del relevo en el PSOE-A. La próxima entrega podría salir a finales de este mes de abril o principios de mayo. El PSOE-A sabe que, de momento, hay pocas posibilidades de recuperar la Junta de Andalucía, pero sueña con, al menos, arrebatarle a Juanma Moreno la mayoría absoluta y echarle en brazos de Vox, desactivando así el discurso del líder más «moderado» en la nómina de barones del PP.
Escenario «volátil»
Pese a reconocer que el relevo en el Palacio de San Telmo -sede del Gobierno regional- es «muy difícil», en Ferraz no dan por perdida la batalla aferrándose a la «volatilidad» del escenario político actual. La hipótesis más factible que contemplan es la de conseguir tres escaños -en Cádiz, Sevilla y Córdoba- que en las últimas elecciones se perdieron por un estrecho margen de votos. Actualmente, el PP cuenta con una mayoría absoluta holgada de 58 de los 109 diputados del Parlamento andaluz, mientras que el PSOE se quedó con sólo 30 representantes, su mínimo histórico.
No obstante, los socialistas reconocen que su «principal hándicap» para poder armar una alternativa es la izquierda situada a su izquierda. El partido de Teresa Rodríguez, Adelante Andalucía, volverá a concurrir con su marca propia a la cita con las urnas, pero confían en que al menos el resto de fuerzas progresistas puedan reeditar una lista de integración en la única comunidad en la que no se ha consumado la ruptura entre Podemos y Sumar y donde IU tiene una mayor implantación.
«Es de dominio público que hay muchos nervios en el PP de Andalucía y que Moreno Bonilla ha pedido elevar los ataques a María Jesús Montero: una vez más Pedro Sánchez ha dado en el clavo», resumen en la cúpula socialista. «Unido a la preocupación por la candidatura de Montero, está el caso del fraccionamiento de contratos en la sanidad andaluza, que crece y crece, y el PP de Sevilla, que ha saltado por los aires también alrededor de cosas muy turbias», añaden en alusión a las denuncias cruzadas de corrupción entre dos facciones internas del partido provincial.
Además, en Ferraz dicen que el PP cree que «con el ataque resta», pero que «ante una mujer tan solvente» como la vicepresidenta primera lo que está consiguiendo es «darle más foco» también a través de las críticas semanales que le hacen los diputados del PP en el Congreso, donde le han llegado a decir que «lleva muchas cosas y no da para más». Y concluyen: «Aunque no la saquen en Canal Sur, cada día le dan un púlpito nacional y ensalzan la importancia que tiene en el Gobierno y en el PSOE».