Publicado: abril 6, 2025, 8:07 am
A las 10 y 28 minutos del pasado martes se abrió la rampa trasera de un avión A400 M del Ejército del Aire y del Espacio. Estaba estabilizado a siete mil pies y volaba destino a la Base Aérea de San Javier, en Murcia, desde Madrid. Los pilotos lidiaban con un viento de 180 nudos mientras dos soldados realizaban la maniobra de apertura de la rampa. Abajo, campos de cultivo de Castilla La Mancha y en el horizonte un cielo despejado.
De pronto, seis aviones CASA C-101 se aproximaron a la parte trasera del A400M. Durante la hora que duró el vuelo, los apodados culopollos que componen la Patrulla Águila escoltaron a la aeronave de transporte. De pronto, en formación, soltaron el humo con el que tiñen el cielo rojigualdo en las exhibiciones aéreas desde 1992. Después, dos volaron paralelos, con sus alas separadas apenas unos centímetros, haciendo gala de su lema: «Juntos pero no revueltos«. Iban, venían, se colocaban debajo del A400M para lanzar humo gris… Un avión PC-21 se sumó a la exhibición, y su hélice frontal parecía saludar a los pasajeros del avión de tropa.
Se cumplen 40 años de la creación de la Patrulla Águila y el Ejército del Aire y el Espacio lo quiere celebrar a lo grande. Así, en la misma Base de San Javier en la que presentaron la próxima cita, los días 14 y 15 de junio tendrá lugar el festival aéreo Aire25, dos jornadas en la Academia General del Aire y del Espacio y en las playas del Mar Menor donde van a conmemorar la primera exhibición de la Patrulla, que tuvo lugar hace cuatro décadas en Jerez de la Frontera.
El equipo que compone la Patrulla ÁguilaMUNDO
Con más de 500 exhibiciones en su trayectoria y 275.000 horas de vuelo acumuladas, la Patrulla Águila es un referente internacional en acrobacias. El equipo está formado por el jefe, seis pilotos de caza titulares, un speaker y un piloto reserva, tiene la misión de representar a España donde requieren su presencia.
Con acrobacias llamadas looping, zig-zag,sacacorchos… desafían la pericia de sus pilotos para entretener a los espectadores. Hay algo fijo que nunca falta en sus exhibiciones: el lanzamiento de humo teñido para pintar en el cielo la enseña nacional. Lo hacen desde que se les incorporó el sistema de humos blancos que estrenaron el 12 de octubre de 1992 con motivo de la Fiesta Nacional en Sevilla. Pero este aniversario tiene algo de nostálgico, pues la actual dotación de laPatrulla Águila no tiene relevo. El motivo es que están en periodo de transición hacia los Pilatus, los aviones de entrenamiento con los que ya se forman los futuros oficiales del Ejército del Aire y que están llamados a sustituir a los culopollos que ya no participarán en el próximo desfile de la Fiesta Nacional.
«Ahora estamos centrados en terminar esta temporada con nuestro 101, a partir de ahí tenemos claro que dejará de formar parte de la Patrulla y nos esperan unos años viendo lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer», explica el teniente Oscar Sanz Rillo, punto derecho del equipo y el más joven. De 28 años y recién aterrizado tras la exhibición, lleva dos años de «patrullero titular»
Según su opinión, lo más gratificante de su trabajo es «ver a la gente cómo disfruta». Aunque parezca desde tierra una actividad recreativa, las sensaciones en el aire se alejan mucho de la diversión: «Este, al ser un avión caza, lo que sentimos arriba son G [se refiere a la fuerza de aceleración], presión… no es un ambiente súper cómodo de volar, pero cuando te acostumbras es como estar aquí abajo». Confiesa que las maniobras que más le gustan son «el par, que son dos aviones que vuelan paralelos pero invertidos; y el tuister, que es en la que más tengo que poner de mi parte».
Unas acrobacias que repetirán por última vez en el Festival Aire25, donde despedirán al avión de entrenamiento que a tantos pilotos españoles ha formado.