Publicado: marzo 26, 2025, 7:07 am

El péndulo está empezando a girar hacia el otro lado. No hemos franqueado aún el ecuador de la legislatura ni Pedro Sánchez ha doblado el Cabo de Hornos del rearme defensivo, pero esta vez se le han cegado todas las salidas polÃticas que tenÃa previstas en su manual de resistencia. Hay jaque en Moncloa, y es real. Ninguno de sus socios quiere elecciones y ninguno está dispuesto a darle el oxÃgeno que apuntalarÃa su supervivencia a largo plazo.
No se lo darán ni para disparar el gasto en defensa ni para cuadrar unos Presupuestos que cumplieran con Europa a cambio, pongamos, de disparar el gasto en vivienda. Esta vez, no hay conejos suficientes en la chistera. No bastará con ir toreando al Congreso, nos digan lo que nos digan. Esta vez, los suyos no lo van a salvar in extremis. Esta vez, no opera la teorÃa de juegos, ni se puede hacer virtud de las necesidades que impone Europa. Esta vez, Bruselas no da margen para flexibilizar el subidón del gasto, y asà se lo han hecho saber desde la Comisión a los eurodiputados españoles. Nadie compra el plan B de España. Ni siquiera Meloni, collera insospechada de Sánchez en sus reticencias compartidas al giro comunitario.
Hay cierta manga ancha para el gasto, pero no la que le gustarÃa a nuestro Gobierno. Préstamos a devolver. Y sanseacabó. Esta vez, aunque en Moncloa aseguran que pueden convencer a Yolanda DÃaz, a Sánchez sólo le queda un camino viable: ir tirando como pueda, arañando fondos e incrementos extrapresupuestarios. Y, en última instancia, pactar decretos con el PP. Eso, o el ostracismo europeo. ¿O las elecciones, a medio plazo? No lo creo, pero no hay término medio ya, con el jaque de los socios (sobre todo, de Podemos) sobre la mesa. César o nada.
No exagero. La crisis que amenaza la idea misma de la UE tiene un reflejo igualmente existencial para el Gobierno de España. ¿Por qué? Porque gobernar es ir abriéndose paso entre dilemas, y éste le ha llegado a Sánchez en el peor momento procesal posible, justo cuando desde la formación de Ione Belarra le han comunicado en privado al PSOE que «jamás» van a volver a pactar con Yolanda DÃaz una coalición electoral, según revelan a EL MUNDO fuentes de Ferraz. Que se olviden. De hecho, también les han trasmitido que Pablo Iglesias ya descuenta que la suma de la derecha es inevitable y, por tanto, lo que le toca a la formación morada es crecer en la oposición y recuperar espacio.
Y sin una coalición de Podemos con Sumar, serÃa aritméticaente «imposible» revalidar La Moncloa en las próximas elecciones, reconocen fuentes gubernamentales. «Pero el PSOE subirá y tendrá más diputados que ahora», ventean ya, sotto voce, las cabezas pensantes, conscientes de que el futuro lejano se ve muy negro. Éste es el mismo escenario que dibujan en petit comité ya algunos lÃderes del entorno del presidente. Pero se aferran a la famosa baraka, que se tiene o no se tiene. Y el lÃder del PSOE la tiene, indudablemente.
Por si acaso, Sánchez ya ha colocado a sus alfiles en el poder orgánico territorial socialista. Y ha trazado una estrategia temporal para no pisar el cepo que le ha puesto la UE con el gasto en defensa. ¿Cuál? Ir tirando hasta la cumbre de la OTAN, a finales de junio. Lo que diga hoy en su comparecencia en el Congreso nos dará pistas sobre si le ve o no futuro a largo plazo a su proyecto. Antes, deberá explicar los detalles, se supone, de su plan para que España se amolde al «rearme» europeo. O, dicho en politiqués, para el incremento de inversión «en seguridad». Lo único seguro de verdad es que las armas matan. Conviene no olvidarlo. Ursula von der Leyen fue clara en su discurso en Estrasburgo: «Defensa aérea avanzada, drones, ciberseguridad, misiles, munición, movilidad militar o inteligencia artificial». Rearme cinco, seguridad dos, ése es el marcador.
Tampoco la special relationship de Ursula y Pedro puede ya ser la que era, ni va a desbloquear nada esta vez. Ahora no hay margen de maniobra suficiente, como sà lo habÃa con los fondos Next Generation. Y tampoco hay recursos. En el fondo de contingencia quedan 3.200 millones. De ahà no saldrá la palanca.
España está muy lejos de la lÃnea de fuego y de la amenaza fÃsica de Putin, pero no de la cibernética. Pero, por desgracia para la sociedad española, que es de natural pacifista, ha llegado el momento de arrimar el hombro e invertir mucho más en la industria disuasoria. Ha llegado el dÃa, por desgracia también, de comprar las «bombas por la paz» de aquella canción protesta que le dedicó Kiko Veneno a John Lennon. Aunque no nos guste. Porque la alternativa es peor: dejar el sueño del Viejo Continente en manos de un tirano ruso y de un autócrata estadounidense.
Por eso resulta incomprensible que Sánchez ni contemple acordar un incremento del gasto en defensa con Alberto Núñez Feijóo. Porque se cerrarÃa la única puerta -estrechÃsima, pero la única- que queda para salir de esta encrucijada, que no es suya pero que lo ha arrastrado como ninguna otra. La OTAN es un escudo defensivo que tiene que ser lo suficientemente grande como para no tener que usarlo, y el butrón que le ha hecho Donald Trump es tan gigantesco que a la UE no le queda otra que suplirlo con potencia militar. No con ingenierÃa contable ni con subterfugios eufemÃsticos. Pero si a Putin le da la risa con eso, hombre. Si se parte con nosotros.
¿Pero de qué partido son los diputados de la banderita?
Alvise Pérez ha perdido fuelle. Ya ni siquiera los eurodiputados de Se Acabó La Fiesta (SALF) le siguen los pasos a pie juntillas. La relación es buena, pero hay gestos que valen más que mil palabras. El grupo Conservadores y Reformistas Europeos -el de Meloni– ha acogido como «miembros individuales» a Diego Solier y Nora Junco, números dos y tres de la candidatura de Alvise. A él, no. Pues bien, en la puerta de los despachos de ambos, bajo las siglas del grupo, no pone SALF, sino la bandera de España. Como si fueran ya apátridas de su partido.
Dos nombres más para la ‘serpiente del verano’ del PP
A Carlos Mazón sus compañeros de filas no lo ven como lÃder de futuro del PPCV. Aunque saque adelante los Presupuestos. En los mentideros de los ‘populares’ valencianos comienzan a brotar los nombres y las quinielas para sustituirlo en el futuro (¿en verano?, se preguntan unos y otros). Este diario reveló las opciones de Juanfran Pérez Llorca y MarÃa José Catalá, pero ahora entran en liza otros dos perfiles de futuro: Amparo Folgado, alcaldesa de Torrent, muy valorada por Feijóo y Gamarra (pero no por Catalá), y el presidente de la Diputación valenciana, Vicente Mompó.