Publicado: marzo 23, 2025, 9:07 am
Tras meses en un falso segundo plano y con una recién estrenada jubilación de la vida política, Javier Lambán (Ejea de los Caballeros, 1957) concede a EL MUNDO esta entrevista para explicar los motivos de sus repetidas a críticas a Pedro Sánchez y su Gobierno, analizar su salida del PSOE de Aragón y reivindicar la importancia de que se produzca un entendimiento entre las grandes fuerzas políticas del país.
- La semana pasada se celebró el 18º Congreso Regional del PSOE de Aragón, al que decidió no acudir al considerar que su presencia «no sería muy grata» ni para la nueva dirección ni para usted. ¿Por qué lo cree así?.
- En este momento la posición de la nueva dirección y la mía están muy distanciadas, por lo que creo que mi presencia no habría sido grata para ellos y tampoco para mí. Además, pienso que lo que tenía que prevalecer por encima de todo era el transcurso tranquilo del Congreso, a lo que, por responsabilidad, yo estaba obligado a contribuir. Sin embargo, sí me gustaría dejar claro que yo entré a la secretaría general cuando quise y dejé mis responsabilidades cuando lo creí oportuno. Nadie ha conseguido acabar con mi liderazgo, pese a haber habido numerosos intentos. Otra cosa es el proceso de relevo. El partido tenía que elegir si prefería que el PSOE de Aragón siguiera teniendo voz propia en España o que quedara reducido a la voz de la Moncloa. Las ventajas de la primera opción son evidentes, porque es lo coherente con un estado autonómico, en el que los presidentes regionales no son delegados del Gobierno y tienen la obligación de defender su territorio, ahora más que nunca ya que estamos en un momento en el que la unidad del país está en riesgo. Las políticas de pactos del Gobierno nos están llevando a ver cómo se entregan auténticos privilegios, como el cupo catalán, la quita de la deuda o las concesiones en inmigración y ante eso Aragón se tiene que defender. Además, la región vive un momento espectacular en el plano económico, que arranca con mis dos legislaturas, y creo que con el 20% de las ayudas que recibe Cataluña sería Silicon Valley. Por todas esas razones, el PSOE de Aragón debería ser un partido con voz propia, pero la elección ha sido otra, lo cual es totalmente legítimo porque así lo ha querido la militancia. Reconozco mi fracaso, es el tiempo de Pilar Alegría y ahora es ella la que tiene la oportunidad de demostrar que el que está equivocado soy yo.
- ¿Considera que Pilar Alegría no es la secretaria general correcta para el PSOE de Aragón?
- Es la secretaria general correcta y legítima desde el momento en el que ha sido elegida por la abrumadora mayoría de los militantes. Evidentemente, yo discrepo de la línea política que ha anunciado, pero eso no es nuevo porque llevo meses diciéndolo. La militancia se ha posicionado con ella y no hay más que decir.
- Hace meses dijo que su sucesor «no podía ser un transeúnte interesado de la política». ¿Lo dijo por ella?
- No quiero volver sobre el agua pasada, eso ya no mueve molino. Estábamos en una fase de la historia de Aragón determinada, pero ahora, por el bien de todos, hemos de pasar página y aceptar las cosas como son. Ha triunfado una forma de ver el partido con la que yo no estoy de acuerdo, pero me reservo el derecho de mantener mi opinión y, desde la minoría, defender lo que creo.
- ¿Qué opina de la estrategia de derivar a ministros a las secretarías generales autonómicas?
- En ningún sitio está escrito que no se pueda hacer esa práctica política, pero creo que no es conveniente para el país que los ministros ejerzan de oposición en los gobiernos autonómicos. Son dos funciones que me parecen incompatibles.
- Pilar Alegría selló su nueva Ejecutiva con el 93% del apoyo de la militancia, ¿cree que ese apoyo masivo es consecuencia de la existencia de un cierto hartazgo de su actitud beligerante contra Pedro Sánchez?
- Hace cuatro años yo tenía la misma posición y en el Congreso me votó el 96% de la militancia.
- ¿Y a qué se debe ese cambio?
- Eso se lo pueden decir sociólogos que se dediquen a estudiar el comportamiento de las personas. Yo tengo mi propia opinión, a lo mejor se debe al cambio climático, pero no lo sé, así que prefiero limitarme a reiterar ese dato.
- ¿Le ha decepcionado alguien en este proceso de elección interno?
- Eso son cuestiones menores que creo que hay que dejar atrás y correr un tupido velo.
- ¿Qué opina de Darío Villagrasa? ¿Cree que decidió dar un paso atrás para mantenerse en política?
- Sobre Darío solo puedo tener palabras de elogio. Creo que es uno de los principales valores del partido, de los que más futuro cabe adivinarles. A lo largo de los años he ido sedimentando determinadas amistades con varios compañeros y si me preguntara por quienes tengo un mayor aprecio en estos momentos le hablaría del propio Darío, de Mayte Pérez, de Carlos Pérez o de Vicente Guillén.
- ¿Cree que se dejó solo a Villagrasa desde sector lambanista durante las primarias?
- Nunca pensé que existiera un sector lambanista. En todo caso, es público y notorio que hubo deserciones de última hora que para él fueron muy dolorosas y para mí también. Pero eso es pasado.
- De estar mejor de salud, ¿usted se habría presentado a dirigir de nuevo el partido?
- No. Yo tomé la decisión de dejar la política activa en la noche en la que perdí el Gobierno, en ese momento entendí que mi carrera había terminado y ahí no tenía ningún achaque. Perseverar contra la evidencia de que es el momento de otros creo que es un error.
- ¿Fue esa decisión lo que ha llevado a hacer más oposición contra Pedro Sánchez que contra Jorge Azcón en este último año y medio?
- Es que yo no he hecho oposición contra Pedro Sánchez y yo no soy un martillo contra él. Mi actitud y mi forma de relacionarme con la dirección del partido ha sido siempre la misma y, por eso, discrepé en ocasiones con Felipe González, discrepé, con reiteración, con Rodríguez Zapatero y con Sánchez ha sido igual, no es que haya tenido una especie empecinamiento con él. Creo que los votantes se merecen que les digan la verdad, sin que se la camuflen de eufemismos ni de intereses del partido y es lo que siempre me he visto obligado a hacer, porque así me lo ha permitido la libertad del partido, un componente que es indisociable de él.
- Alegría anunció su intención de recuperar la candidatura Aragón-Cataluña para los Juegos Olímpicos de Invierno. Dado que usted fue unos de los principales protagonistas del enfrentamiento que supuso este proyecto en el pasado, ¿qué opina sobre ello?
- Si el Gobierno de España hubiera apoyado a Aragón igual que a Cataluña habría habido Juegos Olímpicos y de ese Gobierno formaba parte Pilar Alegría. No sé en qué términos tiene la pretensión de recuperarlo, pero he recordar que el año en el que nosotros intentamos concurrir la convocatoria quedó desierta, por lo que habría que pensar si son rentables estos eventos.
- ¿Cree que Aragón debe entenderse con Cataluña?
- Aragón debe entenderse con Cataluña en lo político, porque en otros terrenos ya se entienden hasta la extenuación. Yo lo intenté, pero cuando desde la Generalitat te encuentras un muro de visiones supremacistas y de tratamientos despectivo, surgen dificultades difícilmente soslayables. Ojalá algún día cambie esa situación, pero siempre que yo llamaba a Cataluña se me invitaba a entrar con condiciones y por la puerta del servicio, nunca por la principal.
Javier Lambán durante la entrevistaE.M.
- ¿Qué le parece el pacto migratorio entre PSOE y Junts?
- Me parece inaceptable que el PSOE subordine sus políticas a un partido independentista y xenófobo, pactando con un prófugo de la Justicia y yéndolo a ver dónde está huido. Es algo insólito que no esperaba ver con mis propios ojos.
- Uno de los mayores críticos con este acuerdo ha sido Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha. ¿Por qué usted y él son los únicos barones críticos con Ferraz y con Sánchez?
- Yo creo que dentro del partido hay posiciones muy similares a las de Page, pero por una lealtad mal entendida se tiende al silencio.
- ¿Es lealtad o miedo?
- Dejémoslo, por respeto, en lealtad mal entendida.
- ¿Qué perspectivas de futuro le da a la legislatura actual?
- A veces los socialistas pensamos que ganamos las elecciones, pero no es verdad, las perdimos. A veces pensamos que hay una mayoría de progreso, pero no es verdad, en las Cortes hay una mayoría de derechas. Pero lo peor de todo es que la mayoría que apoya al Gobierno es tan heterogénea que una gobernanza coherente con un proyecto a medio-largo plazo resulta materialmente imposible. Por ello el Gobierno recurre tanto al decreto-ley, que no es lo más adecuado, y se ve obligado a ir pasando las semanas sin afrontar las grandes reformas que necesita este país. Sin embargo, por la otra parte hay PP despistado, sin un proyecto identificable, condicionado por Vox y cometiendo errores que son incomprensibles y que le producen un gran desgaste, como estamos viendo con el caso de Mazón en Valencia. Los dos partidos tienen demasiado plomo en las alas como para ser capaces de encontrar soluciones a los problemas de España, por lo que yo creo que es necesario hacer un llamamiento a la ciudadanía para que salga de su atonía, tome conciencia y fuerce el entendimiento entre las grandes fuerzas, como ha ocurrido en Alemania. Si esto no sucede, no hay ningún motivo para ser optimistas respecto al futuro del país.
- ¿Cree que el Gobierno haría bien en saltarse el Congreso para aumentar el gasto en defensa?
- En absoluto. Cuando yo hablo de la necesidad de entendimiento entre el PSOE y el PP es porque, en estos momentos, estamos sometidos a una especie de mutación doble del modo de vida que nos ha proporcionado estabilidad durante las últimas décadas. Por una parte, está mutando el modelo de país surgido de la Constitución en beneficio de unos pocos y en perjuicio de la mayoría y, por la otra, está mutando el mundo que surge de la Segunda Guerra Mundial, que dio lugar a la Unión Europea y permitió a los países del continente estar en el mundo de una forma exitosa y favorable a la paz. En cuanto a España, la deriva de confederalización que pretenden el País Vasco y Cataluña, dos comunidades en las que el Estado está prácticamente ausente, es perjudicial para el resto de las regiones, hasta el punto en el que deben poner pie en pared e iniciar una reforma de la Constitución que federalice el país, lo que requiere un gran pacto entre PSOE y PP. En el plano geopolítico, el ascenso económico de China ha provocado un cambio sísmico que ha alcanzado a Europa por obra y gracia de la zafiedad de Trump, aunque sin él también habría llegado. La Unión Europea requiere una refundación para ser un actor importante en la política mundial, lo que implica la mejora de la política de Defensa, con una inversión de miles de millones de euros y un esfuerzo de todos los países. En España esa decisión se debe tomar en el Parlamento y, también, con un gran pacto.
- ¿Deberían dimitir miembros del PSOE por los casos judiciales que acechan al partido?
- La corrupción es algo inaceptable para cualquier demócrata, algo que molesta cuando la practican los demás, pero que es particularmente incómoda cuando la practican compañeros de tu propio partido. Creo que los cargos públicos debemos ser ejemplares, escenificando en nuestra vida los valores que defendemos.
- ¿Cree que la intención del Gobierno de controlar los medios de comunicación ayuda al mantenimiento de la democracia?
- No conozco ningún Gobierno de España que no haya hecho todo lo posible por controlar a los medios. Sería deseable que dentro de esa nueva manera de entender el mundo se les diera un espacio a los medios de comunicación, para que sean realmente independientes y realmente libres, porque sin una prensa libre, sin unos jueces y unos fiscales respetados por todos y sin una verdadera división de poderes la democracia liberal se cae al suelo y, sin ella, la socialdemocracia es totalmente inviable.
- ¿Cómo es su vida con el cáncer?
- Lo voy llevando bastante bien. Sigo con tratamientos y necesitado de cuidados, pero todo lo que pensaba hacer cuando dejara la política lo estoy haciendo. Estoy terminando un libro de historia, estoy viendo con mayor serenidad la realidad que me rodea y, por lo demás, desde los ámbitos que se me vayan ofreciendo, seguiré defendiendo mi idea del socialismo clásico y, como aragonés, seguiré defendiendo a muerte a Aragón.