Publicado: marzo 20, 2025, 1:07 am

La decisión de la Audiencia de Barcelona de apartar de la esfera de la amnistía a los cuatro policías nacionales imputados por utilizar pelotas de goma y herir a un hombre en el ojo en las protestas del 1-O ha enervado al Cuerpo y, especialmente, al resto de agentes que participó en ese dispositivo. Les rechina la decisión judicial y la critican abiertamente. Aseguran que ninguno de los compañeros a los que se envió a Cataluña para templar los desencuentros políticos y la violencia en las calles actuó al margen de la ley y que todos -«absolutamente todos», insisten- hicieron uso de sus armas reglamentarias. «Las armas con las que nuestros jefes y el ministerio nos mandaron allí».
Tras conocer la postura de la Audiencia barcelonesa , EL MUNDO ha contactado con dos agentes que estuvieron en el referéndum de 2017 y también en los severos disturbios de 2019, cuando se hizo pública la sentencia del procés, para conocer su postura al respecto. Son claros: «Quedamos vendidos», sentencia uno de ellos. Su decepción con sus superiores y con el Ministerio del Interior es manifiesta.
Uno de estos policías resultó amnistiado el pasado mes de octubre a pesar de su determinación de continuar con el proceso. «Prefiero ir a juicio. Me van a dar un perdón que no necesito», resolvía. «Este proceso y todos los demás son un circo, un chiste, una comedia que nuestros jefes y el ministro contemplan desde su comodidad». El policía tilda de «parodia» la situación en los juzgados derivada de las intervenciones de la Unidad de Intervención Rápida (UIP), los antidisturbios.
«El auto de la Audiencia de Barcelona deja a los cuatro agentes como delincuentes, como profesionales que no hacen bien su trabajo y salen a una especie de cacería como si tuvieran algo personal con el hombre. Es vergonzoso», argumenta otro de los policías consultados que prestó servicio en Cataluña en la etapa más convulsa de los últimos años. Los dos coinciden en concluir que si tuvieran que regresar a la autonomía por necesidades del servicio, su actitud sería muy distinta. «Me lo pensaré mucho. Haré mi trabajo de una manera diferente. He llegado a la conclusión de que lo mejor es no hacer nada, visto lo visto. Parece que los delincuentes éramos nosotros».