Publicado: marzo 13, 2025, 1:07 am
Pedro Sánchez recibe este jueves a Alberto Núñez Feijóo en el Palacio de La Moncloa para informarle sobre los acuerdos del Consejo Europeo en materia de defensa, pero sin visos de una entente a corto plazo sobre el enorme incremento del gasto militar que debe acometer España. Tanto la UE como la OTAN están presionando fuertemente al Gobierno para que se ponga las pilas cuanto antes, toda vez que los datos de inversión defensiva española son los más bajos de toda la alianza atlántica: un 1,28% del PIB. Es decir, muy lejos del 2% al que se ha comprometido Sánchez antes de la 2029 y a una distancia sideral de la tasa «más allá del 3%» que exige la Comisión Europea que preside Ursula von der Leyen.
Sánchez también se reunirá con Junts, el PNV, UPN y Coalición Canaria, así como con cuatro grupos que se oponen frontalmente al incremento del gasto militar: ERC, Podemos, Bildu y BNG. A todos ellos los irá recibiendo a lo largo de la mañana y la tarde de este jueves, en turnos de 20 minutos. Pero la clave será el PP (al que le dará 10 más, en principio: de 10.00 a 10.30 horas), cuyos votos serían cruciales en una hipotética (y probable) votación futura en el Congreso sobre el gasto extra que hay que destinar a la seguridad.
Mientras en Estrasburgo y en Bruselas los socialistas y los populares acuerdan una posición común, en Madrid reina la desconfianza. Ni en Moncloa ni en Génova ven posible un entendimiento ahora, a bocajarro de la reunión, pero en ambos cuarteles generales sí que creen que el final del camino no puede ser otro que un pacto. Hay que recordar que el presidente del Gobierno no ha mantenido contacto alguno con el líder de la oposición en los últimos 15 meses, y eso, junto a los escándalos que afectan al entorno de Sánchez, ha encrespado la relación de PSOE y PP como pocas veces en la historia política reciente.
La clave de la reunión de Sánchez y Feijóo no estará tanto en el fondo del asunto -los dos apoyan aumentar el gasto- como en los criterios y las herramientas para acometerlo. El martes, Von der Leyen fue muy clara: la aportación extra tiene que salir del esfuerzo de cada país, hasta un total de 650.000 millones de euros en cuatro años. Y otros 150.000 millones los aportará la UE, pero no a fondo perdido, sino en forma de préstamos. A devolver. Es decir: el paradigma ha cambiado y los estados miembros tienen que invertir muchísimo más -fundamentalmente, en armamento y capacidad militar- para «disuadir» a Rusia y suplir las «lagunas» que deja EEUU.
Sánchez y los eurodiputados socialistas españoles siguen hablando de la posibilidad de aplicar instrumentos financieros heterodoxos, con la vista puesta en una suerte de eurobonos -deuda mancomunada- o una suerte de fondos Next Generation. «Hay que gastar más, pero pedimos un instrumento financiero de deuda que permita coordinar mejor ese gasto. Es normal que no gasten todos lo mismo. Es normal que el Este gaste más que el Sur», apuntan fuentes socialistas.
Mientras tanto, fuentes del PP Europeo y de la Comisión consultadas por este diario son tajantes en negar esa posibilidad: «No va a haber subvenciones, ni unos fondos como los Next Generation ni mancomunización de la deuda». El PP español también rechaza esa hipótesis, por irreal, ya que el Consejo Europeo apuntó en otra vía, y así se lo trasladará Feijóo a Sánchez si el presidente lo pone sobre la mesa. El PP español cree que ese plan del presidente es una «trampa» para dilatar los plazos y no asumir los compromisos: «No va a ocurrir». «Nosotros apoyamos la inversión comprometida con la OTAN», inciden fuentes del equipo directo de Feijóo, donde agregan que el líder de la oposición apremiará a Sánchez a elevar el gasto militar sin subterfugios y rechazará la hipótesis de reclamar la deuda mancomunada para ganar tiempo.
La reunión entre el presidente y el líder del PP se celebrará la primera, pero sólo media hora antes de que le toque el turno a Gabriel Rufián. Que Sánchez trate al principal partido de la oposición como a uno más es algo que ha soliviantado a la dirección de Génova, donde también acusan a Moncloa de no haberles facilitado ningún documento ni «informe» preparativo que permita salir de la reunión con avances. «Lamentablemente, Sánchez y el PSOE no nos han consultado nada. Da igual: seguiremos apostando por tener una política consensuada con ellos en Europa y España. La iniciativa tiene que venir del Gobierno y nosotros la complementaremos. Nos gustaría consensuar con el Gobierno, porque el PP es un partido de Estado», señala un veterano eurodiputado popular a este diario.
En Génova son más críticos: «No sabemos qué piensa el Gobierno. ¿Cuál es la postura del Gobierno? Sánchez en este momento no puede hablar por Sumar. Sánchez habla como líder del PSOE. Feijóo acude a la llamada y va a escuchar y a tomar nota. De momento, el sentido de Estado no nos compromete a nada más, ahora». «Sánchez nos tiene que decir qué quiere hacer y cuál es su hoja de ruta. Europa tiene un plan y Sánchez no, y no nos da información. Él tiene en esta reunión la oportunidad de explicarle a Feijóo esto, y cómo es posible que mientras nos insulte nos pida nuestro apoyo», añaden.
En La Moncloa rebajan las expectativas sobre las reuniones de hoy. «El objetivo es explicar la posición y los dilemas», aseguran fuentes gubernamentales. «Queremos compartir nuestra visión y nuestro criterio sobre qué hacer con los mecanismos de financiación europeos aprobados en el Consejo Europeo; perfilar cómo y cuáles vamos a usar», aseguran. Lo que quiere Sánchez es trasladar su «apreciación personal de los mecanismos, que son públicos». «¿Qué informe vamos a hacerle al PP sobre estos mecanismos, si son públicos? ¿Feijóo no tiene asesores? Que se lo hagan ellos», agregan. «No entendemos qué le podíamos haber pasado nosotros. Ellos no quieren hablar», afean.
En este sentido , es importante subrayar que tanto el PP como La Moncloa dan por imposible el acuerdo «ahora». El adverbio es una acotación fundamental, ya que más adelante sí lo ven. Ambos. «En materia de Ucrania estamos de acuerdo. Lo que dice el PP no difiere de lo que dice el Gobierno». En La Moncloa creen que si las posiciones son coincidente en cuanto a Ucrania y cumplir los objetivos con UE y OTAN «todo lo demás es escenificación política». Si se hubiera querido una bilateral o cerrar pactos, efectivamente habría que haberlo trabajo con reuniones previas, reconocen en el Ejecutivo.
